Un final feliz. Fred Weasley y tú.

Regreso a clases

Llegó el momento de regresar a Hogwarts, las vacaciones fueron estupendas, a pesar de que Fred y yo no hablamos mucho, Molly y Arthur se convirtieron en personas muy importantes para mí. Ginny mencionó que soy como la hermana que nunca tuvo, me alegra poder ser su amiga y estar ahí para ella. Antes de subir al tren Ginny observa a sus hermanos despedirse de su madre y lo que dice después me toma por sorpresa. 

-Ya deja de verlo.- Susurra Gin. 

-Yo no estoy viendo a nadie.- Le respondo entre risas nerviosas. 

-Ajá, como digas, pero creo que Fred es un tonto por no invitarte a salir.  

-¡Ginny!- Le digo mientras la empujo cariñosamente.

-¿Qué es tan divertido?- Dicen los gemelos cuando nos alcanzan. 

-¡Nada!- Les digo casi gritando tratando que de Gin no hable más para no avergonzarme.

-Ok, que raras son las niñas pequeñas.- Dice Fred mientras me despeina.

-Oye, sólo son un año mayor que yo.- Le digo empujando su mano fingiendo estar enojada.

Después subimos los cuatro al tren y nos sentamos en el mismo vagón. Ginny está junto a mí y enfrente están Fred y George. Ellos se acomodan abarcando todo el asiento y Ginny y yo nos ponemos a platicar de tonterías. 

Pronto Ginny se queda dormida, creo que no debimos quedarnos hasta tarde hablando de los jugadores profesionales de quidditch. El vagón se queda en silencio y cuando mi vista se cruza con la de Fred, él extiende el pie y pisa mi zapato sin decir nada. Sé que lo hace a propósito para molestarme, así que lo piso de vuelta y él sólo se ríe, es un bobo, mi pequeño pie no se compara con el suyo. 

Otra vez el vagón se queda en silencio y noto de reojo que Fred se me queda viendo, antes de poder reclamarle toca a la puerta la señora del carrito de dulces, ya que Ginny sigue dormida creo que le compraré algo para cuando despierte.

-Una rana de chocolate, por favor.- Le pido a la señora mientras le entrego el dinero.

- Unas grageas y dos varitas de regaliz.- Dice Fred.

-Y una empanada de calabaza, por favor.- Le dijo George.

-Vaya, no puedo creer que se vayan a comer todo eso.- Les digo mientras regreso a mi asiento. 

Después de pagar los gemelos hacen lo mismo y Fred le entrega la empanada a su hermano. 

-¿Quieres?- Me dice Fred ofreciéndome una de sus varitas de regaliz.

-Creí que Fred y George sólo compartían entre ellos.- Le contesto riendo. 

-Bueno, tal vez eres merecedora de compartir mis sagradas golosinas contigo.- Contesta Fred mientras me entrega el dulce. 

El resto del camino nos la pasamos jugando con las grageas de dulce, George prueba una que lo pone verde del asco, Ginny se despierta y le entrego su rana de chocolate.