Estás en casa.

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Unas horas más tarde, estábamos junto a la chimenea, los demás habían atendido a la especie de funeral que Harry Potter elaboró para el elfo que los salvó mientras yo terminaba de limpiar la sangre que se había quedado pegada a mi piel después de aceptar que Fred Weasley me curara las heridas con un hechizo sanador. Todo el tiempo que estuve sola en la casa no podía dejar de pensar en Draco y en lo que el señor tenebroso haría cuando se enterara de lo que pasó y que él fue quien me dijo la verdad, si no es que ya lo había descubierto.  Pero cuando todos entraron y prendieron el fuego de la chimenea, no me pude negar a acercarme, hacía frío y el ambiente estaba húmedo por la playa, además la ropa de Fleur no cubría lo suficiente. Hubo un momento de paz, todos estaban observando el fuego, imagino que pensando en la muerte del elfo o en haber escapado de Bellatrix, pero la calma no duró mucho, porque Bill obviamente quería respuestas, primero habló con Harry. 

-Harry, ¿Qué diablos está pasando? Te presentas aquí con un elfo doméstico muerto y un duende semi-consciente, Hermione parece haber sido torturada, Ron simplemente se negó a decirme lo que ha pasado y ______ parece espía rusa con lavado de cerebro.- Dijo Bill, todos me miraron esperando respuesta y yo sólo le dediqué a Bill una mirada asesina, porque en realidad ni siquiera yo sabía qué pasaba.

Pero Fred y George no se quedaron callados, ambos le dijeron a Bill que me dejara en paz. Mientras tanto Harry, tratando de aligerar el ambiente, simplemente le pidió a Bill que confiara en él, que tenían una misión y no podían hablar de eso. Fleur entonces comenzó a cuestionarme.

-¿Pero, es que acaso no recuerdas nada?

-Pues... yo, sólo recuerdo algunas cosas, pero no puedo distinguir la verdad de la mentira.- Decidí ser sincera con ella porque si quisieran matarme, para este punto ya lo habrían hecho o si querían información, no la podían obtener de la que sólo había sido niñera de los Malfoy por tantos meses.

-¿Pero por qué defendiste a los Malfoy? Creí que los odiabas, al igual que la mayoría de nosotros- Dijo ahora George que estaba sentado en el piso más cerca de la chimenea. 

-No tiene sentido, seguramente nos traicionó y por eso finge que le borraron la memoria- Dijo el pelirrojo más joven. 

-Ronald Weasley, si vuelves a decir eso...- Se levantó Fred de un salto, dispuesto a pelear con su hermano menor por mí, pero ni siquiera estaba ayudando, ¿Por qué había sido importante para ellos y yo ni siquiera podía recordar cómo los conocí?

En ese momento decidí levantarme y no pude contenerlo más, exploté contándoles todo lo que sabía, fuera verdad o mentira, no podía seguir siendo interrogada por completos extraños.

-¿Quieren saber la verdad? ¡Les diré la verdad, si después quieren entregarme al señor tenebroso o dejarme a mi suerte, es su problema! Estoy segura de tres cosas, la primera, Draco Malfoy me salvó de lo que sea que estuviera pasando, fue el único que se dignó a decirme la verdad; dos, no trabajo con los Malfoy, al único que le debo algo es a Draco y no necesita nada de mí, ni que un grupo de magos de la resistencia o una cosa así le estén pisando los talones y tercera ¡No recuerdo casi nada porque Lucius confundió mi cabeza! Los recuerdos reales son borrosos y lo único a lo que me podía aferrar terminó siendo una completa mentira, así que no, lo siento pero no sé los planes que tengan, no sé si ustedes son de fiar y tampoco sé cómo los conocí o por qué no me han echado a la calle.- Les dije casi gritando, terminé sin aliento y salí de la casa, empecé a correr hacia la playa, la brisa me pegaba en la cara y le faltaba el aire a mis pulmones, pero sentí que me había quitado un peso de encima al confesar todo.

Cuando finalmente llegué a la orilla del mar, me quité los zapatos y dejé que el agua helada mojara mis pies, el frío recorrió mis piernas, pero me hacía sentir mejor, me ayudaba a concentrarme en otra cosa. Me di cuenta que desde que dejé la casa estaba luchando contra las lágrimas, no iba a llorar, me sentiría ridícula después de todo lo que pasó. 

Unos minutos después escuché pisadas detrás de mí, cuando me giré, era uno de los gemelos, Fred si no me equivocaba, estaba despeinado y su camisa estaba desarreglada porque seguramente había corrido para llegar aquí. Cuando lo vi a los ojos él levanto ambas manos.

-Vengo en paz, por favor, ya no corras que no tengo condición para esto.- Me dijo mientras bajaba las manos y respiraba con dificultad.- ¿Puedo?- Me dijo señalando la arena que estaba junto a mí preguntando si podía sentarse. Asentí con la cabeza, no sabía qué decir. 

Luego de tomar un gran respiro, di unos pasos hacia atrás y me senté en la arena junto a él. Se quedó callado, lo cual agradecí porque no sabía qué decir o por dónde empezar, pero luego de un rato encontré las palabras. 

-¿Puedo preguntar algo?- Le dije mirándolo a los ojos. 

-Dispara- Me contestó él mirando al cielo.

-¿Qué éramos? ¿Por qué me defiendes?- Le dije cambiando mi vista hacia la arena de mis pies, nerviosa por oír la respuesta. 

-Esas son dos preguntas- Me contestó en un tono que me hizo reír, después continuó- Somos novios, te defiendo porque te conozco, aunque tú no recuerdes nada, yo sí. 

-Pero... ¿novios?, por qué no recuerdo nada y aún así me siento... bien, contigo.- Le dije cansada de que mi cabeza diera tantas vueltas.

-Porque yo soy tu hogar, no importa dónde estemos o cuánto tiempo pase, puedes volver a mí.- Me dijo con una voz dulce mientras tomó mi mano, no me aparté, se sentía familiar. Forzó una sonrisa y volvió a mirar al cielo, señaló las estrellas y lo que me dijo después me sorprendió. 

-¿Sabes? Cuando te llevaron, todos estaban preocupados, después de unas semanas todos pensaban cosas horribles, pero George y yo no, sabíamos que volverías a nosotros, tal vez no eres la misma, pero eso no significa que no hayamos sentido el mayor alivio cuando leímos la carta que Bill mandó, sé que para ti todo es confuso, pero George y yo confiamos en que la ______ que conocimos, sigue ahí en el fondo- Me señaló con el dedo índice la cabeza- Y no nos vamos a rendir, hasta que nos quieras lejos. 





Un final feliz. Fred Weasley y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora