Un final feliz. Fred Weasley y tú.

Rompiendo las reglas

Después de Navidad, regresamos a Hogwarts con noticias de que varios mortífagos escaparon de Azkaban, entre ellos  la famosa Bellatrix Lestrange, la hermana mayor de Narcissa Malfoy, la madre de Draco, quien también fue la bruja que torturó a los padres de Neville. Al menos ahora el ministerio tendrá que reconocer el peligro inminente, o eso pensé hasta que durante el desayuno, todos leímos El profeta, según el Ministro, el culpable de la fuga en masa de Azkaban fue Sirius. 

-El ministerio prefiere que nos maten a afrontar la verdad- Dice Hermione mientras vamos caminando hacia la salida.

Aunque sea esto sirvió para que varios estudiantes de Gryffindor recuperaran la fe en Harry, sin embargo Neville está muy alterado por lo de Bellatrix, no me imagino lo que haría yo en su lugar. 

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Ya que regresamos a Hogwarts, también volvimos a las clases del E.D, cada vez nos sentíamos más preparados para defendernos, Harry nos ha enseñado encantamientos avanzados y de verdad creo que los ánimos de muchos empiezan a mejorar por fin, después de todo lo que ha estado pasando...

Una de esas tardes estábamos repasando el Encantamiento Patronus, cuando escuchamos un sutil ruido del candelabro, la habitación empezó a temblar y los espejos de las paredes se rompieron. Los espejos hechos añicos cayeron al piso y vimos como el muro de piedra empezaba a derrumbarse, todos nos quedamos inmóviles, expectantes, algunos alzaron sus varitas en un intento de defenderse cuando la pared estalló, del otro lado de donde debería encontrarse el muro, estaban de pie los miembros de la brigada, Umbridge, Filch y la amiga de Cho, Marietta Edgecombe, quien al parecer nos había traicionado diciéndole a Dolores dónde encontrarnos.

Ella se llevó a Harry con Dumbledore para que el ministro se enterara de todo, mientras que nosotros nos quedamos con Filch para que después Umbridge nos pusiera en detención. 

Cuando Harry regresó de la oficina del director, él nos contó que Dumbledore había escapado y ahora Dolores se haría cargo de su puesto, como si las cosas pudieran empeorar. 

Pronto se empezaron a quitar las pinturas de los muros, todo Hogwarts tiene un aspecto lúgubre ahora, además de que tenemos varias horas de detención por reglas tontas, como por ejemplo, el otro día Fred decidió ignorar la regla de que los hombres y mujeres debemos estar a más de 6 pies de distancia.

-¿Qué haces Fred? Si la cara de sapo nos ve, nos meteremos en problemas- Le susurré mientras él me abrazaba.

-No me importa, te extraño y amo molestar a Umbridge y Filch.- Reclamó abrazándome más fuerte. 

Justo cuando le correspondí el abrazo, apareció Filch para llevarnos con la "nueva directora" quien obviamente nos castigó. El E.D se desintegró y casi no nos reuníamos ni siquiera a convivir gracias a las reglas, además Malfoy y sus amigos ahora se creían más intocables y aprovechaban para molestarnos cada que podían. Dolores no le tenía compasión ni siquiera a los niños de primer año, los pobres terminaban llorando cada que Umbridge los castigaba injustamente.