Un final feliz. Fred Weasley y tú.

Boda

La familia había tomado mejor de lo que esperaba la marca que ahora tendría para siempre en el brazo, todos los de la orden decían que había hecho lo que necesitaba, que no me juzgaban. Molly y Arthur eran aún más lindos conmigo, me recordaban siempre que lo único que les importaba es que estaba bien y seguía formando parte de su familia. 

Tan sólo unas semanas después de la derrota definitiva de Voldemort, llegó el día en que me casaría con Fred, aún no podía creerlo, había pasado tan rápido que era mucho para digerir. Apresuramos un poco la fecha porque queríamos mantener los ánimos altos, como una forma de celebrar nuestra victoria. 

Cuando Fred le dio la noticia a sus padres, Molly se puso a llorar y me abrazó sin soltarme por 5 minutos. Pero el más feliz era George, en estas semanas no paró de hablar de qué clase de bromas harían épica la ceremonia y que ahora sería parte oficial de su familia. 

Por la mañana bajé a desayunar al comedor de la Madriguera, Molly, Hermione y Ginny ya estaban levantadas y me ofrecí a ayudarles con los waffles, pero cuando me acerqué Molly hizo un comentario al notar una pequeña marca en mi cuello.

-¿Pero qué te pasó? Ahora tendremos que cubrir ese moretón con maquillaje.

Automáticamente me llevé la mano al cuello para taparme.

-Es que... ayer me pegué con uno de los postes de la carpa.- Le contesté

En ese momento bajaron Fred y George aún adormilados y comenzaron a saludar a todos. Cuando Fred llegó con Molly, le deseó los buenos días pero la respuesta de ella hizo a todos estallar en risa.

-Hola, poste. - Le dijo haciendo burla de lo que acababa de decirle.

Estaba tan avergonzada que me puse roja y Fred y George estaban muy confundidos pero les hice señas de que no preguntaran. 

Luego del desayuno empezamos los últimos preparativos para la boda, Luna me ayudó a maquillarme y Hermione me prestó una tiara azul por la famosa tradición. 

Bill y Charlie se habían ofrecido a llevarme al altar, así que acepté con gusto, hubiera deseado que Cedric lo hiciera, pero sabía que estaría conmigo de alguna forma. 

Hermione, Luna y Ginny aceptaron ser mis damas de honor y Lee Jordan, Harry y Dean eran los padrinos de Fred, este último no se cansó de disculparse toda la noche por haberme lanzado contra una pared, pero a medida que su sobriedad disminuía, sus disculpas eran más graciosas.

La ceremonia fue sencilla y rápida porque lo que más queríamos era divertirnos con nuestros amigos, bailar toda la noche y beber cerveza de mantequilla hasta el cansancio. 

Luego de la ceremonia las sillas se transformaron en mesas para que todos nos sentáramos a comer, yo estaba un poco nerviosa de que alguna broma planeada por George fuera a resultar en los pobres invitados manchados de algún color intenso o el sabor de la comida fuera diferente a lo esperado, pero Fred me tranquilizaba, diciendo que había hablado con su hermano acerca de eso.

Cuando íbamos a buscar nuestros lugares para sentarnos, nos topamos con varios amigos, entre ellos Draco, con un elegante traje negro que iba acompañado de Pansy, había aceptado que la trajera sólo porque ella le mandó una carta de disculpa a Harry luego del fin de la guerra.

-Hola hurón- le dije abrazándolo provocando un poco de celos en Pansy.

-Hola fenómeno.- me contestó devolviéndome el abrazo.

También nos cruzamos con Patil y Lavender que iban como pareja, después de la muerte de Padma, Lavender había ayudado mucho a Patil a sentirse mejor, no podía imaginarme lo que sentiría George al perder a Fred o viceversa, luego estaban Neville y Luna que también iban como pareja, aunque un poco más extraños, porque Luna se la pasaba revoloteando feliz alrededor de él. Viktor Krump también estaba entre los invitados, se acercó a felicitarnos y pude notar que aún añoraba a Hermione, que se la pasó toda la noche del brazo de Ron. 

Después llegó el momento de los discursos, el primero en pasar al centro fue George. 

-Bueno, primero quiero darle las gracias a todos los que me felicitaron hoy, pero les quería avisar que yo no soy el que se casó.- Dijo mientras todos reían.

-Incluyendo a mi mamá, que me regañó esta mañana por querer ver a la novia antes de la boda, en serio mujer, ¿Y te haces llamar nuestra madre? Además quería comentarles que los que me dieron regalos, como esa bonita tostadora, no se los daré a los novios.- En ese momento lo amenacé con mi tenedor y le grité que eso era mío, nadie se metería con mi pan tostado con mantequilla. - Pero ya dejando las bromas de lado, por ahora, brindo por mi nueva hermana, porque ahora tus hijos seguirán la tradición de ir a Gryffindor, aunque no te guste. 

Luego pasó a hablar Ginny, quien me recordó que ahora, siempre tendría a mi mejor amiga como familia y amenazó a Fred con que me cuidara bien. 

Por último, Fred se puso de pie, para mi sorpresa tenía preparado un discurso que se aprendió de memoria. 

-Mi querida _______, no hay algo que pueda decir que se iguale a lo que siento por ti, desde aquel día en que te enseñé a jugar Quidditch, supe que no te olvidaría, pero sinceramente no esperaba terminar aquí, ha sido una de las mejores sorpresas de mi vida. Quiero que sepas que siempre estaré ahí para recordarte lo fuerte, valiente y buena persona que eres, también te confieso que gracias a ti, la casa de Slytherin ya no tiene el mismo significado para mí. Mi ______, gracias por dejarme ser tuyo, por ser el Lumos que ilumina mi camino. Ojalá fuera Nicolás Flammel, para poder pasar 600 años a tu lado, porque aún el infinito no me basta si se trata del tiempo contigo. 

Cuando terminó yo estaba llorando un poco de felicidad, seguía sin poder creer todo lo que había pasado para llegar hasta aquí. 

Después de los discursos Fred y yo tuvimos nuestro primer baile y como sorpresa, él escogió la canción que bailamos por primera vez cuando vine de visita por Navidad. 

-Apuesto que esperaste toda la noche este momento porque digamos que alguien me amenazó con mantener las bromas a raya, pero sé que esto lo disfrutarás.- Dijo mientras con la punta de su varita señalaba el techo, de pronto comenzó a llover ¡Dentro de la carpa! y con un segundo movimiento transformó mi vestido en algo más apropiado para bailar. 

En lugar de correr de la lluvia, todos los invitados empezaron a saltar y bailar al ritmo de la música, empaparse había hecho el final de la boda mucho más divertido de lo que creí. Le agradecí a George por primera vez ser objeto de sus legendarias bromas. 

El resto de la noche fue igual de mágica, cuando casi todos se habían ido, Fred y yo nos acostamos en el jardín desgnomizado a ver el cielo estrellado para tener nuestro propio momento a solas ya que éramos el señor y la señora Weasley.