Guillermo se sentía incómodo al tener a Samuel como compañero de cuarto, pero que se le podía hacer. El director había decidido que Samuel; el chico malo, niño de papi y típico chico popular, tal vez era buena compañía para Guillermo; un chico listo, con una sonrisa hermosa y una vida social un poco apagada.
Me encontraba acostado en mi cama, sentía los molestos pies de Samuel como se encajaban en mi espalda, que estúpida costumbre de poner sus pies en la parte de debajo de mi colchón. Los Ángeles yo pensé que sería una CIUDAD llena de gente buena y no como el ignorante de Samuel, ese chico comenzaba acabar con mi paciencia.
Guillermo, ese chico había sido el único que había enfrentado mi actitud de una manera valiente, no salió corriendo como los demás. Guillermo tiene algo que muy pocos tienen y se le llama valentía, un chico como él puede ser una buena fuente de diversión.
—¡Joder! ¡Son las 3:30 A.M.! ¡Puedes dejar dormir! —exclamo Guillermo de manera moleta mientras sentía los molestos pies de Samuel en su espalda.
—¿Qué quieres que haga? ¡Tengo insomnio! —Samuel regreso el grito.
—¡Si tienes insomnio bien por ti, pero puedes dejar de poner los pies en mi colchón! —exclamo Guillermo.
Samuel se había quedado callado, Guillermo supo defender de una manera estupenda.
Samuel se levanto de su cama jalándole los pies a Guillermo. Lo puso contra la cama agarrando sus brazos poniéndolos en los lados.
—¡¿Creíste que me habías callado?! —exclamo Samuel de manera prepotente.
A Guillermo le temblaban las piernas.
—Pobre estúpido… ¡A mí nunca me vas a callar! Soy un depredador y nunca podrás alcanzarme ¡¿Entendiste?! —Samuel sostenía a Guillermo de una manera un poco brusca.
Samuel lo soltó.
Mi cuerpo temblaba del miedo, Samuel era un tipo alto y con arto músculos, temía que me hiciera daño. Yo soy un ratón a compasión de él, parece un león suelto sin jaula que lo encierre.
Guillermo es un estúpido, cree que podrá conmigo. Soy una bestia y no vendrá un mono de peluche a decirme que hacer.
Los compañeros de alado se habían quejado con el supervisor de piso, ya que esté se presento a avisar que si seguían con sus escándalos se marcaría el primer reporte en su expediente.
Guillermo rápidamente se callo y se fue a su cama mientras que Samuel seguía despierto pensando en lo sucedido.
La noche había pasado velozmente, Samuel seguía despierto; ese chico era como un vampiro, dormía de día y se despertaba de noche.
—¿Por qué tan contento? —pregunto Samuel.
—Porque hoy es mi primer día de estudio —contesto feliz Guillermo.
—¿Y por eso te alegras? —volvió a lanzar una pregunta Samuel.
Guillermo respiro profundo.
—¡Sí! —contesto Guillermo.
—Valla mierda —dijo Samuel de manera fría.
—¿Mierda? ¡¿Sabes lo que me costó aprobar el examen?! ¡Un año de estudio ¿Eso es una mierda?! —Guillermo comenzó a enfadarse.
—Tranquilo, solo decía… Como yo no tuve que hacer ningún examen —dijo esté de forma burlona.
—¡Pues claro! ¡Tú eres niño de papi, de dinero! —exclamo Guillermo.
—Tranquilo joder. —trato de tranquilizar a Guillermo.
Este tipo cree que porque tiene dinero, cree que tendrá el poder de comprar todo…que risa me da que le gente piense de esa manera.
Guillermo se sentía ofendido y molesto con Samuel, ese chico arrogante y presumido. Guillermo quería hacer a un lado a Samuel, pero es que Guillermo vivía con pendiente de lo que Samuel hacía, tenía miedo que a el también lo metiera en problemas y le pusieran su primer reporte en el expediente.
—Pues si joder, tu si tienes dinero y puedes hacer lo que se te de tu regalada gana, mientras que uno se gana su beca y sigue estudiando con lo poco que mis padres me dan… —respondió Guillermo tratando de aclarar algunas cosas.
—Si claro… —dijo Samuel con un tono sarcástico mientras se fue dejando hablando solo a Guillermo.
Este tipo de gente es la que más fastidia, me parece inútil burlarse de mi solo porque a mi si me guste estudiar, que a el no le guste no es mi problema.
