INSTINTO ANIMAL [W]

CAPITULO18

Los libros de Guillermo eran pesados, la cara que se cargaba era de cansancio, y un poco de felicidad. La noche que vivió había sido increíble. La clase de Guillermo había comenzado, está claro que no se podía llegar ni un minuto tarde a literatura, porque si llegabas tarde perderías puntos y al final del parcial te quedarías sin derecho a examen. Eran un poco exigentes.

—¿Donde estuviste a noche? —murmuro Paola interrogativamente.

—Es una historia Larguísima —respondió Guillermo con una sonrisa.

—Quiero detalles —exigió Paola.

La curiosidad de Paola la estaba matando, no podía esperar a que acabe la clase de literatura para hacerse de todo esos secretos sucios que Guillermo le llegaba a contar.

—Bueno chicos, puede salir —dijo la profesora mientras borraba la pizarra.

—¡Ahora sí! ¡¡Cuéntame todo!! —exclamo Paola presionando con fuerza el banco donde se encontraba sentado Guillermo.

Guillermo soltó una ligera sonrisa quisquillosa, soltó todo y se dejo llevar por la emoción y la confianza hacia su amiga.

—¡No lo creo! Ósea que mientras yo buscaba a un vándalo tu lo tenias enfrente de tus ojos... que hijo de puta eres —dijo de mala gana Paola.

—Invítame un café mejor —dijo Guillermo recargándose ligeramente en el hombro de Paola.

—Si claro... debería ser tu quien me compre uno —dijo cruzando los brazos Paola mirando a Guillermo de manera indignada.

—Está bien —accedió Guillermo comenzando a sacar dinero de su billetera—, vamos pues.

Ambos comenzaron a dirigirse a la cafetería Flowers Coffe, por alguna extraña razón Guillermo no recordaba que Carlos trabajaba ahí.

Ambos tomaron asiento en la cafetería y llamaron a Ali.

—¡Guillermo! —exclamo Ali de manera sorprendida.

Guillermo solo rio de manera discreta mientras miraba el menú.

Guillermo recordó toda su aventura con Samuel y realmente sentía culpa, ya que Ali era la mejor amiga de Carlos por así decir hermana.

—¿Qué van a pedir? —dijo Ali amablemente, saco su libreta y coloco la punta de la pluma en la hoja.

—Serán dos café con crema y de postre quiero un panque —dijo Paola señalando.

La mirada de Guillermo de perdió al ver entrar a Carlos por aquella puerta de jardín, la sonrisa de Carlos brillo y se acerco a Guillermo de manera alegre.

La sonrisa de Guillermo era de incomodidad se sentía su culpa en el aire.

—¿Algo pasa? —pregunto Carlos tocando el hombro de Guillermo.

La situación de ambos como relación estaba floja, ambos habían pecado y sin descaro alguno seguían juntos. Para Guillermo era difícil disimular las cosas más si se trataba de algo tan fuerte como una infidelidad.

—No pasa nada —dijo Guillermo levantándose de su asiento.

Carlos se percato que algo pasaba, este comenzaba a preocuparse de que Guillermo estaba enterado de que Carlos se acostó con Miguel... realmente fue una noche larga para los dos.

—¿Ustedes saben que le pasa a Guillermo? —pregunto con nerviosismo Carlos.

Carlos miro a Paola, esperaba que la respuesta viniera de ella.

Las nubes comenzaban a juntarse, y estas comenzaban a formar nubes de color morado; eso significaba que habría una tormenta.

Las gotas de agua empaparon su cuerpo pero a Guillermo no le importaba y seguía caminando por las calles solas de Los Ángeles.

—¿Algo pasa? —pregunto una voz leve por detrás.

Guillermo volteo esperando que sea Samuel pero para su sorpresa era Carlos.

Guillermo bajo la cabeza y trato de seguir caminando, pero le fue imposible ya que el brazo de Carlos lo sujetaba.

—No pasa nada —respondió Guillermo con la cara empapada.

—¿Quieres hablar? —pregunto Carlos tratando de averiguar qué pasaba en la vida de Guillermo.

—Se que nosotros no somos una relación estable, ya que nunca lo fuimos. Nunca dije que sí y tampoco dije que no, pero quiero que te alejes lo mas que puedas antes que te comience a hacer daño —dijo Guillermo zafando su brazo de la mano de Carlos.

Guillermo comenzó a correr entre la lluvia.