La agresividad de Samuel con Miguel era indescriptible, fue tanto el enojo de Samuel al ver a Guillermo y miguel juntos que Samuel parecía un novio celoso... aunque todos saben que Samuel y Guillermo no son nada.
Para Guillermo era un tanto extraño ver el comportamiento de Samuel, ese comportamiento celoso y arrogante que no cabía en los pensamientos de Guillermo.
—¿Qué te pasa? —pregunto Guillermo mientras se levantaba de la mesa.
—Lo que me pasa... es que no soporto a ese amigo tuyo... eso me pasa... —respondió Samuel confundido.
Guillermo se dirigió a donde estaba Miguel y se lo llevo del sitio, Samuel ardía en furia y enojo ¿Cómo Guillermo podía preferir a ese tipo? Samuel empezaba a sentir algo por Guillermo, aquel chico Homofóbico que nunca en su vida pensó gustar de otro macho al fin se dio cuenta que la homosexualidad no era para nada malo.
La puerta de la habitación topo con la pared creando un ruido extremadamente fuerte. Las lágrimas que soltaba Samuel eran un tanto extrañas, a él nunca se le había visto de esa manera, mucho menos por una persona.
—¡¿pero qué mierda estoy haciendo?! —exclamo Samuel de manera adolorida.
La pierna izquierda de Samuel pateo una lámpara que estaba sobrepuesta en una mesa de centro. Comenzó a tirar todo lo que veía, todo lo que lo rodeaba y absolutamente todo lo que sea de Guillermo Díaz. Samuel sufría y estaba vez era enserio, parecía como si todo su mundo se le viniera abajo, somos si todas sus ilusiones se hicieran escombro y como su mirada caí al abismo de lo inexplicable. Él se trataba de preguntar si lo que sentía era normal, pero su mente ya contaminada por sus emociones no lo dejaba razonar de manera prudente.
Guillermo se encontraba caminando por el pasillo de la universidad dirigiéndose su habitación. Guillermo iba a paso lento mientras pensaba en todo lo que le había sucedido él día de hoy.
La puerta de la habitación se abrió dejando entrar luz por ella, la cara de Samuel se ilumino por la luz dejando ver su cara de dolor.
—¿Qué te paso? —pregunto Guillermo tratando de levantar a Samuel.
La cara de Samuel solo miraba a Guillermo a los ojos dejando ver el brillo que estos emitían.
—Lo que me pasa es que... mis sentimientos están confundidos y ha entrado un gran virus a mi corazón, tal vez sea letal pero... Guillermo siento algo por ti.
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