Capítulo 24

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Emmaline

Conduje hasta que estuve lo suficientemente lejos de la propiedad de Argus.

Me detuve varios kilómetros más adelante para pensar con claridad.

Había salido corriendo de su casa sin pensarlo dos veces.

Huyendo de su confesión.

¿Por qué me lo dijo en aquel momento? ¿Cuándo se dio cuenta que se había enamorado de mí? ¿Por qué tenía tanto miedo? ¿Sentía lo mismo que él?

¿Trataba de alejarme con ello?

Lo había logrado.

Pero se me hacía muy cobarde de su parte hacerlo soltando que está enamorado de mí.

Cuando no acordamos enamorarnos del otro.

No podía permitirme sentir algo parecido al amor.

Mi vida ya era lo bastante complicada.

Estaba comprometida con otro hombre. Y aunque no quisiera y me opusiera todo lo que quisiera.

Terminaría casada con el conde Andrew.

Simplemente no podía enamorarme.

Ni siquiera estaba segura de lo que sentía por Argus.

Estaba segura que era atracción.

Por la intensa conexión que teníamos cuando estábamos juntos.

Me sentía segura estando entre sus brazos.

Me acariciaba el cabello con suavidad sus largos y masculinos dedos tranquilizandome cuando despertaba alterada por una pesadilla que había tenido en medio de la noche.

Mis pesadillas de la adolescencia habían vuelto y se volvieron constantes por las noches.

Y él siempre se veía involucrado en cada uno de ellos.

En accidente de auto mientras conducía el Maserati conmigo en el asiento trasero.

Los frenos fallaban y no podía detener el auto.

Lo veía aferrarse a la vida cuando el auto impactaba en las paredes debajo del puente.

Como pensé que había sucedido con mi madre cuando el auto se impactó contra el muro de contención.

Pero no podía hacer nada por el hombre que me causaba tantas cosas en mi interior y no eran provocadas por su sexo.

Y era cuando me despertaba sobresaltada y con los ojos llenos de lágrimas que rápidamente manchaban mi piel.

Su poderosa y penetrante mirada siempre me miraba con la misma intensidad antes y después de hundirse hasta el fondo por mi húmedo y resbaladizo sexo y hacérmelo lento y profundo.

Me hacía sentir bien con el simple hecho de tomarme de la mano cuando no tenía ánimos de hablar de nada en particular.

Había sido mi apoyo en el cementerio, llevando consigo mi dolor y sufrimiento dejando a un lado el suyo propio por la pérdida de Phoebe.

Me gustaba que no se sintiera amenazado e intimidado en mi presencia la ser una de las personas más importantes de Reino Unido.

Pero todo lo asemejaba a que se trataba a nuestra intensa conexión y no que sus sentimientos crecieran de aquella manera.

Había sido testigo de cómo el amor había destruido a mi familia.

Como había roto a mi madre en mil pedazos.

Oscuro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora