Capítulo 39

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POV. HADES

La explosión fue la aguja que reventó todo el sueño en el que estábamos viviendo. Pude verlo venir, puede hacer más, pero bajé la guardia.

Caí encima de Sam, la tapé con mi mi cuerpo para evitarle daños, solo pensaba en su seguridad. Intenté aferrarme a ella en medio de todo el polvo y runas, pero unos brazos tiraron de mí con fuerza.

- ¡Levin, salvala! - chillé.

No sé si me escuchó, no sé si grité lo suficiente. Intenté forzajear con la gente que me mantenía en pie.

- ¡Sueltame!

Me metieron en un coche, aun seguía muy aturdido por la explosió y un dolor en el brazo me hacía doblarme.

Dejé caer mi cuerpo en los asientos del coche mientras me quejaba del dolor. Estaba desorientado y no podía concentrar mi mirada en nada ni nadie.

- ¿Quiénes sois?

- Identificado: Hades Johnson.

Gemí de dolor al intentar incorporarme. Me dejé caer de nuevo, mis oídos al fin dejaron de pitar y pude ver a quiénes tenía delante.

Tres hombres vestidos de negro con armas me miraban atentamente. Se pusieron unas máscaras y de las puertas salió un gas. Intenté alejarme de ahí, procuré no respirar, pero fue inevitable: me dormí.

Cuando me desperté, estaba en una silla atado, en un avión, me dieron algo de comer y no respondieron a mis preguntas. Me habían curado lo que sea que tengo en el brazo y ya no dolía tanto. Cuando aterrizamos me llevaron otra vez a un coche, donde me durmieron y me desperté aquí.

Les conté toda la historia a Lydia y Levin, ahora estabamos los tres aquí atados. El olor a mierda ya era irreconocible, de vez en cuando nos mojaban con una manguera para limpiarnos, pero era peor, porque el agua estaba tan fría que temía perder los dedos.

- ¿Y vosotros? - les pregunté.

- Nos pillaron en el hotel de Malia.

- ¿Y Malia?

- No lo sabemos. - respondió Levin.

- ¿Qué van a hacernos? - preguntó Lydia, asustada.

- Nos van a torturar y preguntar cosas.

- ¿Les has dicho algo?

- Claro que no.

Los dos asintieron y pasos se oyeron fuera.

- ¿Habéis visto algo al entrar? - les pregunté.

Levin negó con la cabeza.

- No, estaba muy oscuro.

- Creo que hay más gente fuera, a veces escucho cómo hablan, esta noche las he oído.

Y era cierto, pero yo no sabía dónde estábamos. Por la sala, parecía algún sitio subterráneo, las paredes eran de piedra y caían gotitas de agua helada del techo.

- ¿Cuando vienen? - dijo Lydia.

- No sé qué hora es, pero no tardarán en llegar.

- Mi bebé... - sollozó.

- No le harán nada. - aseguró Levin.

Ojalá tuviese razón, esta gente le daba igual nuestra situación y si pretendían matarnos dudaba mucho que hicieran una excepción con Lydia.

- ¿Y Sam? - temía hacer esta pregunta.

- No lo sabemos, creemos que la han llevado a umotro sitio, no viajó con nosotros.

20cm InolvidablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora