Ella es la estrategia

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Donnovan:

Alma continuo manejando el resto del camino, apesar de estar riñiendo todo ese tiempo con que debería pasarme a el asiento del copiloto.

Pero lo único que me ayudaba a no quedar inconsciente, debido a la perdida de sangre era su olor, el tiro no fue mortal, ya que la bala había impactado sobre mi hombro izquierdo, pero el dolor era un asco que con lo único que me tranquilizaba era con el olor a vainilla que desprendía su cabello.

- Eres un terco- murmuró al estacionar el auto.

Esta algo molesta porque no le permiti que parara una posada cercana donde pudiera curar la herida solo acepte si íbamos a la cabaña de siempre.

- Yo soy el herido así que puedo decidir dónde quiero morir- replique al sentir como me liberaba de su peso al levantarse de mi regazo y abría la puerta del copiloto.

Se bajó del auto sin decir nada y solo mire su espalda y parte de su vestido manchado con mi sangre haciendo contraste con la tela dorada del mismo.

Baje del auto y torcí el gesto al forzar el brazo al cerrar la puerta del auto.

La pequeña italiana ni siquiera me espero y entro rápidamente a la casa.

- ¿Alma?- pregunté al entrar en la cabaña aun a oscuras y no hubo respuesta alguna.

Ahora está escurridiza ¿donde se había metido?

- Siéntate en el sofá - ordenó saliendo de entre las sombras, con un botiquín sacando unas utensilios mientras encendía una lampara de la sala.

Obedecí porque me estaba sintiendo un tanto mareado, no había perdido mucha sangre pero no quería tener que parar al hospital por un simple disparo de los mercenarios enviados por mi propia familia.

- Quítate la chaqueta- pidió mientras se colocaba unos guantes de látex y la mire divertido.

- eres una enfermera sexy - aquel cumplido pareció no agradarle ya que solo lo dejo pasar mientras me quitaba la camisa cubierta de sangre.

- ah- solté un leve quejido al sentir como levantaba mi brazo para inspeccionarlo.

- la bala salió no es tan grave solo debemos cerrar la herida- informo sacando un par de hilos, luego de haber limpiado la herida.

-¿Donde aprendiste todas estas cosas?- pregunté curioso.

- Cuando tú pan de cada día es balas y explosiones debes aprender a curarte en caso de ocasiones críticas, no soy simplemente una cara bonita- informo mientras transpaso la piel con una aguja.

Hice una mueca de dolor pero al ver su cara de concentración fue la anestesia suficiente para olvidarme del dolor que sentía.

¿Que carajos estaba pasando conmigo y esta chica?

- Listo - dijo ella quitándose los guantes rápidamente y no sentí la noción del tiempo- iré a tomar una ducha para quitarme el olor de tu sangre de la espalda- aviso desapareciendo en la puerta de la habitación.

- ¿Es una invitación?- pregunté en voz alta y simplemente no contesto en su lugar pude escuchar como le ponía seguro a la puerta.

Bufé mirando mi camisa en el suelo llena de sangre y dispuse a botarla el olor a hierro inundaba la sala por lo que luego de deshacerme de ella volví a la habitación notando como Alma salía solo envuelta en una toalla.

Al verme soltó un quejido de asombro a lo que yo sonreí con suspicacia como al recordar la situación similar la primera vez que follamos.

- es tu turno ve a darte una ducha para quitar los residuos de sangre seca para que te pueda vendar - dijo mientras ingeniosamente se ponía una bata sobre su toalla deshaciéndose de esta, sin mostrar un centímetro de piel desnuda.

Imperio de sangre 18+ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora