1.-Marek: Comienzos no tan nuevos

411 24 64
                                    




La gloria, todo se resume a eso. Pienso ganar todo lo ganable este año en la academia. Todo. O casi todo porque sé que Calia se llevará muchos premios. Me muero de ganas por verla y sobre todo poder tocarla.

El chofer aparca en la entrada del edificio, dejándome ver como otros coches y naves llegan. Otro año más aquí, otro año más rodeado de grandes mentes y otras... Otras no tanto. ¿Qué pensaría mi abuelo de un sitio como este? ¿Lo aprobaría o lo consideraría una perdida de tiempo? Probablemente lo consideraría una tontería humana, algo tonto y trivial, como casi todo lo que me rodea, menos Calia. Ella es producto de algo magnífico, de lo mejor de nuestros tiempos.

—Señor Król, ¿quiere que le deje en otro sitio?—Pregunta el chofer de la familia cuando me ve mirando por la ventana. Ni siquiera me molesto en mirarle porque estoy demasiado ocupado calculando cuantos alumnos seremos este año. ¿Seremos más? ¿Habrá muerto alguien?

—Está bien, perdona Piotr.—Sonrío porque sé que me mira a través del cristal.

—Empezaré a bajar su equipaje, señor.—Asiento una sola vez y lo oigo salir del coche, cerrando la puerta con fuerza. Estoy feliz de estar aquí, o al menos, no enfadado. Al principio solía odiarlo, odiarlo con todas mis ganas y fuerzas, lo cual conllevaba a malas caras y peleas constantes con mis padres. Pero ahora... Tengo cosas por las que venir aquí cada año y aprender. Como Calia o mi mejor amigo Jakub. Este sitio es, mi segunda casa.

Veo bajar a Jakub de la furgoneta de sus padres, con una gran maleta de color azul, a juego con el nuevo color de su pelo. Me río viéndolo pasarse la mano por la cabeza mientras mira a su alrededor. ¿Me está buscando? ¿O estará buscando a una nueva chica a la que intentar enamorar? Casi como si me hubiera oido se gira hacia mi y mira hacia mi puerta. Levanta la mano, saludándome con rapidez. Claro, se me había olvidado.

Abro la puerta del coche y veo a Piotr dejando mis dos maletas grises a mi lado, con una sonrisa servicial y la cabeza ligeramente agachada.

—Señor, tiene aquí todo. ¿Puedo ayudarle en algo más?—Pregunta y yo niego con la cabeza.

—Te veo cuando acabe el año escolar, Piotr.

—Llame siempre que quiera.—Dice en tono servicial antes de desaparecer por la parte trasera del coche. Veo a Jakub acercarse rápidamente, arrastrando su propia maleta azul chillón mientras dibuja una gran sonrisa en la cara. El motor del coche se enciende y me aparto un poco dando un paso hacia delante para dejar que Piotr se vaya.

—Nuevo año, Król.—Dice Jakub levantando la mano para que se la choque. Lo hago y terminamos en un abrazo rápido.

—Nuevo año de pegarte palizas.

—Déjame dudarlo.—Se ríe y mira a nuestro alrededor.—Mucha gente, ¿eh?

—Las mismas caras de todos los años... —Le señalo al mismo grupo de chicas que sigue por todos sitios a Calia. Sus pequeñas secuaces que hacen todo lo que ella quiere. Todas sonrientes, hablándose con ganas mientras otras se aplican maquillaje. —Todas están de vuelta.

—Por supuesto.—Coge su maleta y empieza a caminar.—Sabes, tengo un presentimiento acerca de este año.—Cojo mis maletas también y empiezo a caminar a su lado. Reconozco todas las caras, absolutamente todas. Veo a las secuaces de Calia, que me miran y saludan con las manos esperando a que les responda, pero la verdad es que son molestas. Todos intentan parecerse a ella cuando podrían simplemente tener su propia personalidad. Incluso alguna se ha teñido el pelo igual que ella. Aparto la mirada asqueado y veo a Nick, poniéndose alguna clase de aparato en el cuello. Supongo que sus padres han logrado perfeccionar algo que evite que se vuelva totalmente invisible cuando pierde el control de sus poderes. Asiento la cabeza saludándolo y él me corresponde. Es buen tío, sobre todo en futbol. Tiene unas manos de oro.—Creo que pasará algo grande.

PROYECTO Y-13 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora