9.-Marek: Blanco contra negro

169 21 27
                                    



Todo el mundo duerme salvo yo. No puedo quitarme de la cabeza la ilusión y felicidad con la cual me tocó Hera. Siento mucha pena por ella, y sobre todo, porque no me deja ser su amigo. Sería mucho menos infeliz si pudiera tener gente con la que hablar, aunque no pudiera tocarlos. Aprieto los ojos y empiezo a contar ovejas. A los humanos les funciona así que debe ser eficaz. Una oveja. Dos ovejas. ¿Tendría que decir algo más? ¿Algo más largo como... ¿Una oveja salta y cruza un puente o? ¿Podría cruzar un puente? Claro que podría siempre que fuera un puente estable y hecho de un material que... Me estoy desviando. Necesito dejar la mente en blanco y dormirme. Quedan solo cinco horas para la primera clase. Estaré muerto de sueño si no me duermo ya. Entro en clase acompañado de Jakub, cansado, agotado y con los ojos pesados. Incluso me duele la cabeza, pero intento no darle demasiada importancia. Esta es de las clases que menos aborrezco aunque tampoco es de mis favoritas. De hecho, solamente hay un par que considero útiles y mínimamente divertidas. Entre ellas, la hora de gimnasio. Tampoco me desagrada demasiado la clase de historia. Calia, Léa y las demás chicas están sentadas en una de las filas de delante, atentas a todo lo que pueda pasar, como siempre. Puntuales y preparadas para la clase, incluso cuando la profesora aún no está en el sitio. Me río mientras entramos, mirando donde ponernos para no tener que interactuar demasiado.

—¿Dónde nos ponemos?—Me pregunta Jakub sin muchas ganas.

—Donde sea.—Le digo y dejo que él busque el sitio que le apetezca. Jakub inspecciona todo el sitio y como no, escoge la fila de detrás de las chicas, como si eso fuera a comprarle un ticket dorado con alguna de ellas. Suspiro y me siento con cuidado de no hacer demasiado ruido. Tampoco quiero molestar a nadie.

—¡Eh, Hera! ¡Aquí!—Calia se gira y mira hacia la puerta, dándose cuenta de que estoy más cerca de lo habitual. Yo también me giro, sorprendido sobre todo, porque no esperaba esa familiaridad a la hora de hablarse. Hera sigue llevando una gran sudadera lo cual contrasta totalmente con el resto de personas. Me giro para mirar a Calia de nuevo y me doy cuenta.

—¿Te has cortado el pelo?

—¿Te gusta?—Me pregunta y lo mueve para que vea. Noto mechones más cortos, como si tuviera más volumen.—Tuvimos una noche de chicas. Necesitaba un cambio.

—Estás muy guapa.—Reconozco. Quizás en esa noche de chicas se han hecho amigas, o tal vez simplemente está intentando guiarla como le pidió la directora Broz.

—Gracias, tú también.—Me pregunto internamente si se me ven las ojeras, si llevo escrito en la frente o en los ojos que no he dormido y que me siento más en el limbo que en clase. Hera pasa con la capucha puesta, dejando entrever solo los mechones largos de su pelo que sobresalen por todas partes. Se sienta cerca de las chicas, pero dejando una silla vacía de por medio. Así que iba en serio... Ella es venenosa. Decido dormirme un rato cuando oigo a la profesora Ilse tararear la misma canción de siempre. Todos los años, cada día, siempre hace lo mismo. Entra tarareando, como si eso fuera una señal de que ha llegado y de que tenemos que guardar silencio. Me apoyo en la mesa de mi silla y me cubro con los brazos para poder dormir mientras el ruido cesa suavemente. También es de las profesoras más amables. ¿Por qué cuando cerramos los ojos a veces sentimos la habitación moverse aun a pesar de estar quietos? No lo entiendo. Abro los ojos a punto de vomitar por el mareo y los cierro de nuevo. ¿Es posible que sea un rastro residual del veneno de Hera? No lo creo pero...

—Hola a todos. Espero que hayáis tenido un buen inicio de curso. Me alegro de teneros otro año conmigo. Estamos creciendo juntos.

—Alguien le tiene que decir que ella ya está crecidita.—Bromea susurrando Jakub. Nadie le ríe la gracia, ni siquiera yo porque estoy exhausto. Ni siquiera voy a poder seguir la clase, estoy casi seguro. ¿Cómo era lo de las ovejas? Una oveja que cruza un puente. Dos ovejas que cruzan un puente.

PROYECTO Y-13 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora