𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] Cancelada

爪𝔸ㄥσ𝐬 ⓈⓤςＥ𝓢σ𝔰

Desde que todos los miembros fundadores habían escuchado la canción que había tocado la tal bruja o brujo, sucesos molestos, o de supuesta mala suerte según sus compañeros de clases, ocurrieron más frecuentemente de lo que deberían -¿Sera por obra de los brujos?- Los seis se habían reunido al darse cuenta que esto no solo afectaba a una persona -No lo se- Dijo draken, el cual se trataba de secar la cara con las pocas partes secas de su polera -Por cierto ¿Porqué estas mojado?- Le preguntó mitsuya quien le extendió una muda de ropa que tenía consigo por si acaso -De camino hacia acá había una posa de agua y aun auto paso muy rápido y me mojó- Respondió, pero esto provocó una risa incontrolable en mikey que se había tomado el estomago mientras lo apuntaba con una mano. Aquello molestó al de tatuaje de dragón y se acercó para golpearlo. Al tomarlo de su sudadera seguía riendo, mas por reírse tanto se había ahogado con el taiyaki que estaba comiendo, por consiguiente la risa del mas alto se hizo notar, eso molestó al mas bajito y ambos empezaron una pelea de las que siempre tenían. Mientras tanto los demás estaban sentados en una banca hablando de que les había ocurrido -¿A ustedes que les ha pasado? Por mi parte, se me perdieron mis agujas, mis dos hilos mas caros, el daruma se rompió solo mientras cenábamos y se rompieron las cuatro correas de mis zori que ocupaba para festivales- Dijo mientras los miraba y enumeraba las cosas con las manos -Yo gasté dos mil yenes en una maquina expendedora que nunca me daba lo que quería, se me pincho la rueda de mi moto y tengo que pedirle prestada la bicicleta a mi primo, pasé por debajo de una escalera y se me cayó encima y he visto muchos números nueve- Dijo haruki mientas se rascaba el cuello -Desaparecieron seis gatitos que había encontrado, un día vino un cuervo y se llevó la cuchara que ocupaba para darles atún a los gatos, un plato de un perro desapareció y un par de sus juguetes también- Respondió mientras que también enumeraba, pero con la diferencia que mientras lo hacía miraba al cielo -A mi no me a pasado nada malo- Contestó el de ojos amarillos mientras sonreía. Los demás se sorprendieron y le preguntaron como era eso posible si el también había escuchado el piano. Él solo rio mientras alzaba los hombros en manera de decir que no lo sabía -Que raro que no te haya pasado nada malo. A mi, como dije, me mojó un auto, se perdió el par derecho de unas de mis zapatillas favoritas, cuando estaba a punto de acostarme se había roto un espejo y se perdieron cuatro lápices de mi estuche- Dijo Draken, el cual tenía a mikey afirmado con su brazo el cuello de su amigo quien ya no batallaba por librarse de la llave -Eso no es mala suerte. Lo que me pasó a mí si es mala suerte- Dijo con una cara aburrida y después cerró los ojos de manera ofendida -¿A si? ¿Y que te pasó?- Preguntó el pelilia quien lo miraba con una sonrisa, sabía que no iba a ser algo muy serio -Se me cayó un dorayaki y cuando vine de camino hacia acá ¡Me encontré un monstruo horrible!- Exclamó mientras movía sus manos en manera de explicar que lo que vio fue impresionante. Esto le llamó la atención a todos, provocando que lo miraran fijamente para que siguiera -¡Era enorme! un monstruo muy enojón y gruñón, era super alto- Dijo alargando la ultima u -Y estaba viniendo hacia acá- Finalizó sin darse cuenta que ya lo habían soltado por prestarle atención -¿En serio? no te creo- Dijo el mas alto mientras colocaba una cara burlona -Obvio que es en serio, incluso conozco a ese monstruo- -¿De verdad? ¿Y quien es?- Preguntó el de coleta -Tú- Respondió mikey sin ningún pelo en la lengua. Otra pelea entre uno y otro volvió a ocurrir provocando pequeñas risas en los otros cuatro presentes.

Después de quedarse el tiempo suficiente en el parque discutiendo lo que les había pasado y que podían hacer, decidieron irse a sus hogares, ya que ya estaba casi anocheciendo. Mientras caminaban se iban hablando de cualquier tema la azar para matar el tiempo o simplemente por aburrimiento. Las calles estaban una cantidad significativa de gente, pero se podía circular sin ningún problema -Ne ne, kenchin, cómprame un helado- Dijo mikey al ver que un niño iba a su lado y descaradamente le estaba haciendo burlo con su helado al ver las ganas que tenía el rubio de comer uno. Esto lo molestó, así que por eso quería un helado aun mas grande para darle envidia a aquel pequeño que no pasaba los 7 años -Claro ¿Lo quieres con cuatro o cinco bolitas?- Dijo sarcástico. Cada vez que salían se le antojaba comer algo y de mera casualidad jamás traía dinero -Que sean cinco- Dijo con ilusión plasmada en sus ojos -No seas idiota ¿Te lo vas a pagar tú?- Preguntó de nuevo mientras que lo miraba con unos ojos cansados -No, por eso te pido a ti que me lo compres- Respondió felizmente, sin embargo el de coleta le dijo un rotundo no. Esto desilusionó al de menor estatura y ojos oscuros, también, provocando un pequeño enojo al no obtener el dulce que quería. Cuando se dio vuelta se fijó que el menor tenía un algodón de azúcar en sus manos y al darse cuenta que el mayor no había obtenido lo que quería le había sacado la lengua. aquello hizo enojar mas a mikey, ya le iba a dar por hacer un berrinche. Baji al sentir como su amigo se estaba quejando se dio media vuelta para mirarlo y se encontró con la sorpresa de que estaba en una batalla de miradas con ese pequeño. Él pudo reconocer fácilmente al niño, cada que iba a una tienda 24 horas que estaba cerca de su casa se encontraba con ese niño que le hacía burla con cosas que el pelinegro no podía comprar, pero él si. Se había dado cuenta que cuando se le acabó el algodón de azúcar iba comprar unas palomitas para poder darle más envidia al rubio, mas el pelinegro fue más rápido y compró el ultimo paquete de palomitas que quedaban -¿Que te compraste?- Le preguntó kazutora mientras lo miraba -Palomitas de maíz ¿Quieren?- Preguntó extendiendo la bolsa blanca de papel a sus amigos quienes aceptaron gustosos y mas aun mikey. Baji se había posicionado al lado de su pequeño amigo rubio y ambos le hicieron burla al pequeño mientras comían sin que sus padres se dieran cuenta. El pequeño se había molestado y quería llorar ahí mismo, las lagrimas estaban asomándose en sus ojos mientras los miraba a ambos, pero mientras hacía eso por consecuente se cayó al no fijarse en la gran grieta que tenía el piso, esto provoco una risa disimulada en ese par que miraban hacia atrás al niño que en el suelo estaba llorando con sus padres preocupándose por el. Pero todo se paga en esta vida. Mientras miraban de reojo al niño tampoco se dieron cuenta el desnivel que había en el piso, por lo que ambos se cayeron desparramando todas las palomitas en el suelo, esto entristeció al rubio, ya no las podría seguir comiendo, pero avergonzó al ojicafé, su plan había fallado -Te maldigo bruja- Dijeron en voz alta mientras se levantaban del frio pavimento sin darse cuenta que el pequeño los había visto y eso le sacó de nuevo su sonrisa así dejando de llorar, porque como bien dicen, el que ríe al ultimo, ríe mejor.

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me encontré una gata de la calle, le puse Raquel