𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] Cancelada

𝒱𝒾𝓈𝒾𝓉𝒶𝓈 𝐼𝐼

Rápidamente y en cuestión de segundos, la joven se levantó velozmente sin tener la noción de que la cara del joven muchacho estaba sobre la de ella. Al tratar de levantarse, chocó su frente con la de Mikey, provocando un ruido sordo y seco causando preocupación en los demás presentes. Apresuradamente se acercaron a el par de muchachos quienes tomaban su cabeza con ambas manos, pues en lo que Astrid se retorcía en el césped, Mikey se tiraba al piso -¿Estas bien?- Le preguntó kazutora a su amiga, pero en vez de dar una contestación fue directamente al otro afectado -¿Estas bien? Perdón, no me fijé que estabas tan cerca, perdón- Repetía constantemente algo nerviosa de que se fuera a enojar, solamente se presentaron una vez y nada más, por obvias razones no conocía sus reacciones o actitudes, lo cual la hacía sentir aún más nerviosa. Según ella, contra todo pronóstico no se enojó como creía o esperaba -Si, estoy bien ¿Tu estas bien? Te quedó un círculo rojo en la frente- Le dijo mientras le levantaba el pelo de la cara para ver la zona afectada -Uuh, te quedó un chichón- Le dijo el rubio al ver la herida que tenía -¿Que se hizo que?- Le preguntó kazutora corriendo hacia ella, le preocupaba el estado de Astrid además, sabiendo que es algo llorona le preocupaba más -Ay no ¿Estas bien?- Le cuestionó nervioso -Supongo- Le respondió levantando los hombros, no dolía o simplemente lo podía aguantar. Ante esto, el de ojos ocre le iba a tocar el chichón feo que le había quedado en la frente, pero de un momento a otro un manotazo le llegó, provocando que su mano se alejara de su herida. Aquello sorprendió a todos y en especial ella misma, no creía que le iba a pegar, más su cuerpo reaccionó por si solo en manera de defensa -Ay, lo lamento, perdón, de verdad que lo siento- Se volvió a disculpar consecutivamente con su amigo mientras le tomaba la mano y lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, se puso a revisar la mano del joven que quedó un poco roja por el golpe -Astrid, está bien, mira, no me hiciste nada- Kazutora trataba de calmarla mostrando su mano en frente de ella y moviéndola de un lado a otro para así mostrarle que estaba bien -Wow, tienes la cabeza dura, a-chan- Le dijo en manera de halago, Mikey. Se acercó a ella y colocó su mano en frente de la jovencita -Juguemos a las fuercitas, quiero comprobar algo- Dudosamente, Astrid tomó la mano de el varón quien contó hasta tres y empezó a poner fuerza en el brazo, más la fémina no sentía mucha presión, por lo que dejó el brazo estático en espera de empezar. Mikey estaba poniendo toda su fuerza para poder mover la mano de su contrincante, más pequeños vaivenes a la derecha, la cual era la dirección a la que empujaba. Al ver la cara de el amigo de su amigo, se dio cuenta que realmente estaba aplicando fuerza, aparte que al mirarlo se distrajo, provocando que bajara la guardia y Mikey ganara -Tienes mucha fuerza, pero yo solo te estaba probando, no ocupe toda mi fuerza para no dañarte- Le contó para no decir que realmente le había costado ganarle -¿De verdad? Supongo que gracias, y perdona por darte un cabezazo, no pensé bien antes de levantarme de golpe- Explicaba con la cabeza gacha, de por sí, a ella no le dolió mucho, sin embargo, no podía saber cuál era la escala del dolor de las demás personas -Eso ya no importa, a mí no me dolió mucho y parece que a ti tampoco- Le dijo mientras le daba palmaditas en la cabeza -¡Verdad! Yo te vine a preguntar algo- Exclamó fuertemente a su lado, lo que provocó que la pobre saltará del susto -¿Me haces tu aprendiz de brujo?- Le preguntó exaltado y emocionado -¿Eh?-

Habían entrado a la casa de Astrid, ya que ella los invitó a pasar. Al entrar se dieron cuenta que la casa se veía más grande de lo que parecía, puesto que tenía segundo piso y un ático que estaba posicionado sobre la casa -Que grande- Dijo sorprendido pah, quien se la pasaba al lado de la joven, puesto que de ahora en adelante, sería su amiga -Si, la encontré la primera vez que vine- Le respondió amablemente mientras sonreía, iba a evitar preguntas de el cómo y porqué conoció el bosque, se le iba a hacer incómodo, demasiado incómodo, y no quería arruinar la buena vibra que se creó en rededor -¡Es enorme! ¿Segura que vives tú sola?- las palabras del ojicastaño se trabaron cuando vio a una cantidad grande de animales -¡Gatos! ¡Y un conejo!- Corrió rápidamente hacia los animales, los cuales ni si quiera se movieron del lugar, estaban acostumbrados a que su dueña se acercara igual de enérgica y con la misma actitud -¡Son muchos! ¿Cuántos tienes?- Le preguntó con una sonrisa de oreja a oreja, ya que todos los felinos se posaron sobre él y el conejo en su regazo -Son catorce gatos y un conejo- Le dijo, lo cual sorprendió a todos menos a Hanemiya ¿Catorce gatos? ¿No sería eso muy excesivo? Pensaron al mirar a tantos mininos sobre su amigo -Wow, son muchos ¿Como se llaman?- Dijo Baji mientras sus mejillas se sonrojaban de tanta atención de parte de los animales -El conejo se llama Mister buttercup, ese gato de colores oscuros atigrados se llama jyan jyan, a ese negro ya lo conoces, es faddei, ese gato amarillo con blanco con la cara, el pecho y la cola peluda de llama Michael, ese gato con la mitad superior negra se llama Chu, el que es lo contrario de Chu, se llama rro, ese gato de color café caramelo se llama cuchufli, ese gato con manchas de varios colores se llama Bob, el que tiene una mancha entre naranja y roja en el pecho, se llama chapulín colorado, ese chiquitito de ahí se llama Simba, ese de ahí es el papá de Simba y se llama Mufasa, y el es Scar, porque botó a Mufasa de las escaleras el primer día que llegó, esa gatita de ahí, con manchas negras chiquititas, se llama pepa, ese de plomo de ahí se llama mushroom, porque siempre se resfriega en hongos y esta- Le mostró tomando a una gata blanca, muy peluda y de unos ojos azules muy lindos -Se llama- Hizo una pausa para tomar una gran bocanada de aire -Teodora Vicenta de la purísima concepción de la inmaculada Trinidad Villavicencio duquesa de oraveraz marquesa de Jujuy y niña de la condesa- Soltó rápidamente. El nombre se le ocurrió al leer un libro, al ver que la gente elegante tenía nombres muy largos, sofisticados y difíciles de pronunciar, decidió ponerle así, ya que la veía como una gata muy elegante y bonita -¿Vicenta cuanto?- Le preguntó confuso Mitsuya, ella solo soltó una risa nerviosa.