𝐃í𝔸 A ᗪíA

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Como cualquier persona, cada uno tiene su rutina: unos empiezan desayunando, otros bañándose. Pero Astrid es algo "especial" en eso, por eso vamos a su ver el comienzo día hasta el final de este.

-Puta madre- Eran las seis de la mañana y Annalise recién se despertaba, más no de una buena manera -¿Que mierda paso?- Se quejaba mientras tocaba su mejilla, sintió como uno de sus gatos la arañó para después salirse inmediatamente de su pecho -Mierda, me salió sangre- Se quejó tocándose la herida que tenía y después fijarse en su mano manchada con rojo que apenas se distinguía por la poca luz -¿Quien fue?- Dijo mirando a todos los felinos con los ojos entrecerrados para poder diferenciarlos: Faddei seguía durmiendo, Trinidad estaba junto a Faddei, chapulín estaba haciendo quien sabe que con su zapato, Scar estaba persiguiendo los puntos de luz que hay y Simba estaba jugando con la cola de rro -¡Scar!- Llamó la atención y del felino, pues cuando movió un poco su cabeza, un rayo de luz le llegó al ojo, con eso saco la conclusión que el gato café la arañó. Lentamente se acercó al animal que estaba en posición de defensa y con las pupilas muy dilatadas, cuando quedó frente al gato, le tocó la cabeza -¿Porque no me puedo enojar contigo?- Le preguntó mientras lo acariciaba, aún así, su gato tomó su mano y la empezó a morder -Agresivo- Dejó que mordiera su mano hasta que se fue a jugar a otro lado -Bien, a curarme- Habló para si misma.

-Concha la lora, esto no es alcohol, es aceite- Dijo mientras veía el trozo de algodón entre sus dedos que estaba pintado de amarillo -¿Me voy a morir?- Se cuestionó mientras sus manos temblaban y las lágrimas empezaban a salir, no porque iba a "morir" si no porque la herida ardía mucho -¡Ya se! Voy a llamar a Boris, el quiere estudiar medicina- Exclamó para tomar su teléfono y marcar el número de su primo -Vamos, idiota, contesta... Aló, Boris, necesito tu ayuda- Dijo con algo de susto mientras se miraba el rasguño en el espejo '¿Que te paso? ¿Estas bien?' Dijo preocupado, pues era raro que ella los llamara, normalmente ellos la llaman a ella -Primito lindo, bonito, luz de mi vida y mi alma- Empezó por halagar al muchacho, pues si era algo malo, la iba a regañar feo '¿Que hiciste?' Ya la conocía, si le hablaba así, era por algo -Estaba durmiendo y Scar me rasguñó sin querer- Sus palabras fueron interrumpidas '¿Quien es Scar? ¿Es tu amigo?' Sus palabras sonaban algo molestas, no le gustaba que su prima menor tenga amigos varones, los considera una "mala influencia" -No, no seas tonto, es un gato nuevo que tengo. Como te decía, estaba durmiendo y Scar me rasguñó, pero sin querer, y como estaba medio adormilada, me eché aceite en vez de alcohol- Soltó rápidamente pensando que el mayor la iba a retar 'Tonta, pensé que era algo más serio: que no te dejaba de sangrar o algo parecido. El aceite no te va a hacer nada, te alivia la fricción y la presión porque es como "acolchado" además que favorece la curación ¿Qué aceite te echaste?' Preguntó a través de la línea telefónica -De oliva- Leyó mientras tomaba la botella 'Te va a ayudar a cicatrizar la herida, ya que tiene escualeno y eso te ayuda a que se reparten los tejidos. Aún sigo sin entender cómo lo confundiste con alcohol' Una risa nerviosa salió de la boca de Astrid quien se agachó para acariciar a Simba -Es que el botiquín lo tengo en la cocina y la botella de alcohol estaba al lado de la de aceite- De nuevo, su primo la interrumpió 'Mira que eres tonta.
Que llegó? Aún así, el aceite no te va a hacer nada. Y recuerda que hoy tienes que venir a la casa' De la nada, Boris cortó la llamada -Bueno... Si Boris lo dice, así será-

Annalise ya estaba caminando por las concurridas calles para llegar al hogar de sus tíos, primos y de su querida abuela -Pero, mushroom, quédate quieto- Habló si dueña, pues el animal no dejaba de moverse en sus brazos -Ya sabes que no te puedo dejar solo, si lo hago, a saber que hongo te comes- Regañaba al felino que iba en sus hombros, pero por estar mirando a su mascota, no se dio cuenta que había chocado con alguien -Perdón- Se disculpó mientras se fijaba en la persona: era una señora de entre unos treinta y cinco y cuarenta años de edad, llevaba lentes, los cuales se cayeron por el choque -¿Está bien?- Le cuestionó para recoger los lentes que se estrellaron contra el piso, más no les pasó nada -Niñito idiota, fíjate por donde caminas- Le gritó mientras le arrebataba los lentes de sus manos, se podría decir que era unos quince centímetros más baja que Astrid, así que la tenía que mirar hacia arriba -Lo lamento mucho, no me fijé por donde iba por estar pendiente de mi gato- Respondió apenada, los gritos de la señora habían llamado la atención de todos y se habían quedado mirando la escena -Pues no deberías- De ahí en adelante solamente fueron gritos por parte de la señora y una Annalise cabizbaja aceptando el regalo de la desconocida, el gato, que aún seguía en los hombros de la ojivioleta, estaba empezando a arquear su espalda mientras sus pupilas se dilataban y le gruñía muy bajo. Cuando aquella mujer estaba a punto de levantarle la mano a su dueña, el gato dio un arañazo a su mano para volver a subirse a sus hombros -¡Me arañó! ¡Gato de mierda!- Reclamó con voz alta la baja mujer. Sin perder tiempo, Annalise afirmó a mushroom y se fue corriendo en dirección a el hogar de su abuela con los gritos de la estresante "señorita".

𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora