𝕻𝖆𝖗𝖖𝖚𝖊 𝖆𝖈𝖚á𝖙𝖎𝖈𝖔

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Era un día como cualquier otro, aburrido, no ocurría nada y el clima estaba templado, haciéndolo aún más aburrido, pero un grupo de personas ya tenían planes para el día -Ropa cómoda, lista y puesta, gatos y conejo a salvo, casi listo, teléfono y audífonos, listos, cartera, lista, cosas por si me saco la rechucha, listo, cosas por si me da hambre y sed, listo, guitarra vieja, pero que funciona, listo, cámara, lista. Solo faltarían mis mascotas, pero eso se lo puedo dejar a Boris, me dijo que no tenía nada que hacer- Tachó todas las cosas de su lista antes de ver la hora -El viaje en tren es de casi una hora, así que de más que alcanzo- Después de revisar dos veces más todo lo que iba a llevar y que debía dejar, se quedó un poco más tranquila -Ya, les voy a preguntar si van camino a la estación- Su ansiedad era grande, pues el nerviosismo de que algo saliera mal, que a sus animales les pasara algo, que haya un accidente en el viaje, que alguien no pueda ir, que se cancele todo y que pase algo por la mini aventura, era grande, muy grande.

Su pierna subía y bajaba esperando una respuesta por parte de su primo y de sus amigos, pues a su grupo les mandó la dirección en la cual estaba la estación, además de la hora que acordaron en verse. Sintió unas pequeñas vibraciones que venían de su bolsillo izquierdo, provocando un revoltijo en su estómago por lo que podían contener esos mensajes. "Ya po, yo los voy a cuidar" contestó Boris a su mensaje, al igual que sus amigos con unos "Yo estoy yendo" "Ya voy" "Estoy arreglando un par de cosas y salgo de mi casa" "Voy a comprar un par de botanas y voy" y un pulgar arriba por parte de Mikey -Ah, no pasa nada- Soltó un gran suspiro, el cual se llevó toda esa pesadez que sentía, al igual que el dolor de estómago que le molestaba -Ya. Boris me dijo que me fuera para no llegar muy tarde y que él venía de camino para ver a los gatos y a mister buttercup. No hay de que preocuparme... creo- Se palmeó el rostro tratando de relajarse, pero el saber que daría un viaje algo largo a un lugar lejano solo con sus amigos, la tenía un poco nerviosa, ya que normalmente lo hace sola -Chao guaguas. Nos vemos más rato- Se agachó para acariciar a cada una de sus mascotas -Ah, me hacía falta rato- Un gran suspiro salió de su boca, pues todos sus animales de frotaban contra ella para recibir parte de su atención -Me tengo que ir, recuerden: su comida está en mi pieza del ático y la de abajo, la de mister buttercup está en al lado de la escalera- Hablaba cómo si sus animales le fueran a responder, cosa que jamás pasará -Adiós- Se despidió finalmente agitando su mano de derecha a izquierda.

A pesar de ya estar en la estación, de todo estar listo, y que la mitad de sus amigos llegaran, seguía con una estúpida sensación es la boca del estómago -Oye, a-chan, ¿te sientes bien?- Draken, uno de los tantos que ya había llegado, le preguntó sobre su estado -Si, no es nada muy importante- Le dijo con su misma cara de siempre -Te encuentro algo rara- Se sentó en el asiento siguiente al de la fémina -¿Que pasa?- Habló de manera rara, cruzó las piernas y entrelazó sus dedos, colocándolos sobre su rodilla después de ponerse unos lentes sin cristal que le dio Kazutora -Es que... me da cosa- Dijo encorvandose un poco -¿Que te da cosa?- Su postura se hizo más recta y su habla más formal -No sé... imagínate algo pasa, como por ejemplo: vamos en un lado alto, se descarrila el tren, chocamos y nos morimos todos, tenemos algún accidente, nos caemos a las vías, estamos en el lugar y alguien se rompe una pierna o se cae de un lado muy alto- Mientras hablaba, una cara de preocupación se formaba en su rostro, al contrario de Draken, quien seguía con su cara de persona refinada -Astrid, Astrid Astrid- Repitió sacándose los lentes de manera dramática -¿Que te pasa por la cabeza, idiota?, ¿cómo que nos vamos a morir?- Una vez los lentes fuera, tomó la cabeza de la muchacha con ambas manos, la acercó a su cara y la miró con el ceño fruncido -¡Deja de pensar en idioteces!, ¡no va a pasar nada! Tonta tonta tonta- Movía su cabeza de atrás hacia adelante, dejando a la joven muy mareada -Ne ne, ken-chin, ¿que haces con a-chan?- Mikey era el último que faltaba y finalmente había llegado -Nada, está idiota está pensando en idioteces- Le respondió sin dejar de sacudir la cabeza de Astrid -Oye, a-chan, ¿a donde vamos?- Le preguntó con una lolipop en la boca -Vamos a un parque acuático abandonado- Su voz sonaba un poco rara, pues el movimiento no la dejaba hablar bien.

𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora