𝓔𝓵 𝓯𝓾𝓷𝓮𝓻𝓪𝓵

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Era un día soleado, parecía uno muy alegre a vistas de las demás personas, pero la familia Gutiérrez no era así, pues la hija menor de Luis Gutiérrez y Catalina Galera había muerto. El accidente fue algo que podía ocurrir, pero nadie espera. Un accidente de avión cobró la vida de la joven madre y de muchas personas mas. ¿Los mas extraño? No encontraron el vuelo ni a las personas que lo abordaban -Pobre niña, de seguro está muy triste. Lo bueno es que ella no fue en el vuelo- Solo algunas cosas eran ciertas, pues ni si quiera conocía a esas señoras que tanto hablaban. No estaba triste del todo, su madre se la pasaba entre viajes y vuelos por su trabajo, lo cual la mantenía ocupada y Astrid, con suerte, la veía tres veces a la semana como mucho, ya que no pasaba tiempo en casa, ni él las habitaciones de hotel en las que se hospedaba, en los departamentos tampoco, pues su trabajo era de tiempo completo y ni si quiera hacía el esfuerzo de pasar tiempo con su hija, ya que si es que llegaba a tener tiempo libre, se lo pasaba trabajando. Tal vez puedas decir "era para darle lo mejor que podía" pues te vengo a corregir, su madre la veía como una niña de la que se hace cargo, no como su hija, ya que antes de darla a luz, su pareja la dejó por una discusión de en donde iba a nacer la bebé, ya que el padre es alemán y la madre decidió que iba a nacer en su país natal. Esto provocó un apego estúpido a lo que tenga que relacionarse con la cultura alemana y sus tradiciones, por eso el nombre de su hija es completamente alemán y está educada con las costumbres de ambas naciones. Sobre lo del vuelo es fácil de explicar, al ver que su hija no hacía nada mientras iban de país a país y solamente se quedaba en los lugares de hospedaje, decidió por dejarla con la familia materna de esta. Era la doceava vez que se quedaba con ellos y la décima tercera vez, fue el momento que todo sucedió -¿Quieres decir algo?- Su prima trataba de animar a la menor, pues solo tenía siete años y creía que le iba a afectar de manera permanente. Ante la pregunta de la mayor, solamente movió la cabeza de derecha a izquierda, no sabía que decir y tampoco le iba a dedicar algo a alguien que jamás estuvo con ella, se podría decir que era más cercana a las nanas que a su propia madre, así que dejó pasar el momento.

Finalmente la ceremonia terminó y se podía ir a casa, o eso es lo que creía -Bonita, te tenemos que decir algo- Dijo el mayor de sus tíos, su rostro mostraba preocupación, duda y miedo al no saber -¿Que pasa?- Dijo sin pelos en la lengua, sabía que tenía que irse con ellos y no entendía el porqué tantas complicaciones en decirlo -Nos vamos a tener que quedar en Japón. Tu abuelo tiene una casa ahí, porque su papá vivía en ese lugar, y como tu mami murió, él quiere quedarse en ese lugar- Eso la tomó por sorpresa, pensaba que iba a ser el típico discurso de motivación, para que no se sintiera sola y así, pero fue completamente lo contrario. Aún le quedaba el gusano de la duda de el porqué se iban a ir a Japón porque su madre muriese. Estaba a punto de preguntarlo cuando alguien la interrumpió -¡Caballero!- Un señor de traje y corbata se avecinaba de manera apresurada, ella no lo conocía y por el rostro de su tío podía deducir que él tampoco -¿Qué desea, caballero?- Le preguntó de manera formal mientras tapaba a la menor con su cuerpo y la mantenía a sus espaldas -Me presento, me llamo William Jones Brown Walsh. Vengo en representación de la aerolínea en la cual la señora Lucía Aurora y en representación de la PDI, pues aún no podemos encontrar a doña Luci. Más sin embargo en su testamento tenía el seguro de vida que corresponde únicamente a desendientes, en total son doscientos mil dólares, pero va a quedar en la cuenta bancaria del apoderado de la niña hasta que cumpla dieciocho años- Extendió un papel de color blanco y con una letra muy formal a ojos de la pequeña. El tío no supo hacer otra cosa que abrir los ojos a más no poder, pero seguía con su cara sería -Al igual que, por parte del estado se le darán cinco mil dólares en compensaciones por la pérdida, el que no se haya podido encontrar y el hecho de que la niña a penas tiene siete años. Ese dinero se le dejará de proporcionar una vez encontremos a la persona, más hasta el momento no hemos dado con ningún rastro- Fue lo último que dijo para después marcharse en dirección al aeropuerto. El hombre no pudo articular ninguna palabra, solamente se había quedado viendo el papel entre sus manos -¿Que es?- Cuestionó con curiosidad, pues sabía que ese señor no era nada de la familia y tampoco prestó mucha atención a lo que decía -Nada, es del seguro de vida de tu mamá, es para ti, pero no te lo van a dar hasta que seas mayor de edad. Que idiotez, si te van a dar una pensión ¿Porque no darte el dinero enseguida? Te podría crear una cuenta bancaria y ahí tendrías tu dinero asegurado- No tenía planeado en lo absoluto en quitarle el dinero, era de ella y para ella, lo que ella hiciera con su dinero era su problema y ella vería que hacer con el. Se quedaron ahí por un tiempo largo antes de que el adulto le extendiera la mano para poder irse, lo cual la menor recibió sin rechistar -Mira, ahí están tus primos, vamos- Dijo mientras la llevaba con el grupo. Iba a ser un viaje largo.

𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora