Una buena despedida // [itabowl]

03| Las locuras de mi querida amiga

⬆ La imagen utilizada al inicio del capítulo corresponde a @naolime22 en Instagram. Créditos al/a la artista.

¡Disfruta de la lectura!
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Estando en fin de semana, Nobara no desaprovechó la oportunidad y llamó a su fiel amigo para que salieran de compras, el cual aceptó gustoso.

Se reunieron en una hora específica, viéndose nuevamente.

Paseaban tranquilamente por los pasillos del centro comercial, observando de reojo las diversas tiendas.

―Creo que ya te lo había mencionado, y es que quiero hacerme un piercing ―declaró la fémina, posando su vista perdida en su entorno.

―Sí, me lo dijiste una vez ―contestó el más alto, llevando las bolsas de la menor. No le molestaba para nada. Siempre eran así―. No me digas que estás pensando en...

―¡Sí! ―expresó la pelicastaña, asintiendo emocionada―. Y tú también serás partícipe.

―¡¿Qué?! ―clamó el de orbes marrones, extendiendo el sonido de la letra ‹‹e››.

―Intentémoslo, Yuuji ―motivó la de cabello liso.

―¿Y qué ganaré realizándolo?

―Además de tener una nueva experiencia, causaremos sensación. Conseguiremos que murmuren a nuestras espaldas, diciendo: ‹‹esos dos se ven increíbles››. Seremos la envidia de todas y todos. Tan sólo imagínatelo.

―¿No crees que lo estás exagerando un poco? ―opinó el mayor, riendo con diversión ante la creatividad su amiga.

―¡¡Déjame ser feliz, aunque sea fantaseando!! ―la fémina fingió tristeza, para luego soltar una risilla.

―No, pero, en serio... ¿qué pasará si las y los profesores nos ven con los piercings? Van a pedir que nos los quitemos.

―Eso es lo de menos ―aseguró la de ojos castaños―. Los accesorios no influyen en el proceso de aprendizaje. Igualmente, docentes como Mei Mei, Gojo y Geto poseen aretes también. ¡Pero lo importante es vivir esa adrenalina! No quiero persuadirte, Itadori, sólo deseo que hagamos algo juntos, ya sabes... como las cosas que harían los amigos.

El mayor botó una suave risa de sus labios, enternecido ante el comportamiento de la de orbes chocolatosos.

―Descuida ―le contestó―, no hay problema.

La más bajo sonrió, feliz.

―¿Estás seguro? ¿No se enojará tu abuelo? ―inquirió la fémina, dubitativa.

―Nah, lo dudo ―expresó el contrario con una pequeña sonrisa.

Gran parte del tiempo los confundían como pareja debido a la actitud extremadamente cercana y cariñosa que se tenían, sin embargo, sólo eran buenos amigos. Se conocían desde años y poseían una bella amistad. Confiaban tanto en el otro, que no se acomplejaban ni dudaban. Compartían sus locuras juntos, y eso era lo que más disfrutaban.

Después de unos extensos minutos transitando por el recinto, ingresaron a un local de perforaciones y tatuajes, donde ambos, tras haberlo pensado seriamente, compraron diferentes piercings y algunos de los elementos básicos para realizárselos. La intención de Nobara era que se los hicieran entre ellos mismos. Según ella, así iba a ser más significativo.

El de hebras carmesíes accedió sin objeciones. Apoyaba las ideas de su amiga, por muy locas que fueran. Y es que no tenía ningún conflicto con ello. El día en el que Itadori estuviera en desacuerdo con algo, se lo haría saber, del mismo modo que ella hacia él.