09| Un regreso a clases no tan prometedor

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En receso final, el grupo de amigos de Itadori descubrió a los nuevos alumnos restantes. La mayoría de estos había llegado al último curso del grado. Esto se debía a que esa clase era la que poseía la menor cantidad de estudiantes.

Lo que no les cuadró demasiado al grupo de amigos de pelirrosa, fue el hecho de que, entre todos los recién llegados, crearon su propio conjunto. ¡Hasta el primo de Maki estaba allí!

Y la nueva información que salía como panes del horno, ayudó a que el grupo de amigos de Yuuji no tardara en conocer los nombres de los demás. Sin embargo, apenas los vieron juntarse entre ellos, los amigos cayeron en cuenta de que los nuevos ya habían formado el famoso conjunto de rebeldes. Les dio mala espina.

Una vez más, se hallaban con ese tedioso, pero atractivo profesor de Física; el señor Fushiguro

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Una vez más, se hallaban con ese tedioso, pero atractivo profesor de Física; el señor Fushiguro.

A medida que el tiempo pasó, el mayor mostró su verdadera forma de ser. Era un docente bastante despreocupado con las tareas tanto como con sus estudiantes, parecido al profesor Ryomen.

El mismo Itadori se sorprendió. En el semestre pasado, luego del aviso que el pelinegro le hizo acerca del uso de piercings en el establecimiento, el de orbes avellanas, como el buen chico obediente que era, no dudó en retirárselos, sin embargo, debido a la insistencia proveniente de su amiga, volvió a colocárselos y no obtuvo ningún regaño por parte del profesor. En todo caso, el propio hombre le declaró que poca importancia le iba a dar a lo que él hacía.

Toji descansaba agotadamente en su asiento de cuero, mientras los menores realizaban una guía que el mayor les había traído para realizar. Algunos se hallaban con total concentración resolviendo, contraparte, existía otro porcentaje que no hacía nada porque no entendían la materia y mucho menos deseaban laborear en esos instantes. Y, como nunca falta el o la estudiante bueno para decir comentarios especiales ―por no llamarlos de otra manera―, uno de estos comenzó a opinar tranquilamente en voz alta; esperando una respuesta por parte del docente.

―Profe, ¿usted vive solo? ―sin descaro alguno, uno de los alumnos interrogó al mayor.

Fushiguro era alguien demasiado desinteresado por su entorno y de quienes se encontraban en este, no obstante, no se perdía del todo en cuanto a lo que pasaba a su alrededor ―como la pregunta que uno de los menores acababa de hacerle―. Lo había oído a la perfección y comprendía las posibles intenciones del rumbo que el contrario deseaba tomar con aquella conversación. Contraparte, no lo ignoró y le respondió. ¿Por qué lo realizó? Ni él mismo supo. Quizás era por lo aburrido que estaba dentro del aula.

―No, no vivo solo ―contestó el de orbes verde grisáceos.

La declaración sorprendió a la mayoría de los estudiantes. Unos expresaban que iba a ser obvio que no viviese solo, debido al gran atractivo que poseía, en cambio otros no se hallaban del todo seguros, puesto que la actitud del mayor era bastante especial y creían que éste no podría tener a una persona que lo soportara.

Una buena despedida // [itabowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora