17| Este es el fin, tiene que serlo, ¿de acuerdo?

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―¿Qué cosas no nos han dicho, chicos? ―interrogó Suguru, analizando al dúo en busca de una respuesta.

‹‹Mierda››, pensaron Satoru y Ryomen, maldiciendo internamente.

No podían estar más jodidos.

―¿Y bien? ―dijo Geto, cerrando la puerta detrás sí.

―Esto no les incumbe ―espetó el de tatuajes, molesto―. Váyanse ya.

―No soy de las personas que suele entrometerse en la vida de los demás, sin embargo, alcancé a oír algo acerca de un beso con un pelirrosa ―opinó Kento, acercándose al centro de la sala.

―¿Y tú de dónde carajo saliste? ―manifestó Ryomen, volteándose hacia el pelirrubio con desagrado.

―Del baño ―contestó Nanami.

El de orbes rojizos bufó.

―Como iba diciendo, el único pelirrosa, además de Sukuna, es Yuuji Itadori ―continuó hablando el de melena rubia ceniza.

―¡Qué descarado! ―comentó Toji, burlesco. Aunque, en su interior, sabía que él mismo estaba a punto de llegar a ese nivel con el mismo estudiante, así que optó por no opinar más.

―¿Qué pasó realmente? ―interrogó Suguru.

―No voy a conversar esto con ustedes ―proclamó Ryomen.

―¿Y con quién lo harás, entonces? ―contestó Kento―. ¿Irás a explicárselo al director?

El de tatuajes gruñó.

―Hace dos días atrás charlé con Yuuji-kun. Él mismo admitió haber tomado la iniciativa del beso ―aseguró el albino.

―¿Es eso cierto, Sukuna? ―preguntó Geto, de brazos cruzados.

El nombrado asintió.

―¿Y sabes por qué lo hizo? ―consultó Geto.

Ryomen iba a contestar, pero Gojo le interrumpió.

―Itadori siente atracción hacia nosotros, los profesores ―explicó el de orbes marinos.

―¿Hacia todos? ¿O solamente a los que nos encontramos aquí? ―interrogó Fushiguro.

―A los que nos hallamos aquí, creo. Realmente, me olvidé de preguntar eso ―recalcó Satoru―. Aunque él no está del todo seguro acerca de sus sentimientos.

Los presentes permanecieron callados por breves segundos.

―Conversando con Yuuji-kun, pensamos en dos posibilidades: comentarle la situación al director y llegar a un acuerdo que no afecte a Yuuji, ya que es su último año, o mantener esto en secreto ―aclaró el de mechones albinos.

El resto reflexionó.

―La respuesta es más que obvia ―manifestó Nanami―. Por el bien de ambos, lo mejor es quedarse en silencio.

―Concuerdo con Kento ―apoyó el de larga melena azabache―. Pese a ello, no podemos olvidar la complejidad del asunto. Al permanecer callados, nos volvemos parte del problema, lo que nos hace testigos. Debemos ser cuidadosos.

―¿Y qué haremos con el niñato? ―expuso Toji.

―¿A qué te refieres? ―respondió Satoru, desconcertado.

―Qué pasará si él vuelve a repetir lo ocurrido, pero con cualquiera de nosotros ―mencionó Fushiguro.

―Debemos mantener a Itadori al margen, hacerle entender que lo que realizó no es correcto y que no debe suceder de nuevo. Del mismo modo, nosotros, como los adultos responsables que somos, tenemos que demostrar esa posición. ¿Estamos de acuerdo? ―formuló Geto.

Una buena despedida // [itabowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora