14| ¿En qué te has metido, Yuuji-kun?

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⬆La imagen al inicio del capítulo corresponde a @Riyalise en Twitter. Créditos al/a la artista.

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¿Cómo se supone que iban a actuar, luego de semejante confesión por parte de su estudiante? ¡No podían continuar con normalidad! En efecto, debían de hacerlo; sólo tenían que ignorar el tema, advertirle al menor de sus actos y olvidar lo que escucharon, pero no podían; existía algo les impedía dejarlo, así como así. ¿Y por qué? ¿Por qué les intrigaba tanto?

Tras haberle declarado lo que sentía a su profesor, Yuuji se marchó del lado de éste para dirigirse a su sala de clases. Para la suerte de Satoru, él logró escapar antes de que hubiera sido descubierto por el de orbes chocolatosos.

Minutos después, el timbre sonó.

―Buenas tardes, estudiantes ―saludó el albino, una vez ingresó al aula de su curso. De reojo, observó al pelirosado, quien permanecía tranquilo en su puesto.

Las y los alumnos imitaron su acción.

Luego llegó el psicólogo de la preparatoria para realizar una breve actividad. En ese lapso, mientras los jóvenes se entretenían con el evento, Satoru no paraba de pensar en las palabras de Yuuji. Sentía que necesitaba a hablar con él, era su profesor después de todo. Pero no deseaba estropearlo. A su cabeza venía el discurso de su amiga Shoko: ‹‹Muchas veces, es mejor no interferir››. Era terrible, porque la naturaleza de su ser le exclamaba a gritos que se entrometiera en la situación, y se detestaba a sí mismo por ello.

Gojo requería de una solución, pero no sabía cuál era.

Pasada media hora y diez minutos, el curso del albino se volvía a reunir con él en la clase de Educación Física

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Pasada media hora y diez minutos, el curso del albino se volvía a reunir con él en la clase de Educación Física.

El de ojos azules estuvo bastante relajado en la asignatura. Les pidió que hicieran un trote suave, para que luego practicaran ejercicios de potencia.

En el breve recreo, Gojo, de tanto darle vueltas al asunto de su estudiante, obtuvo una posibilidad de lo que podía hacer con éste.

Iba a seguir las indicaciones de su amiga Shoko, no interferiría directamente con Yuuji, ya que podría generarle incomodidad u éste se vería alterado porque descubrieron su secreto y, en esa situación, el pelirrosa se callaría para siempre; por ende, prefirió interrogar a los docentes de manera sutil y poco sospecha. Iría preguntándoles a medida que pasara el tiempo. Con ello deseaba saber si estos habían tenido insinuaciones por parte del menor, u si ellos mismos accedieron a algunas de estas acciones.

En primer lugar, se descartó a él mismo, dado que el joven de melena carmesí jamás se le acercó con otras intenciones. Hizo un puchero ante esto, al creer que no era lo suficientemente atractivo como para llamar la atención de alguno de sus alumnos.

Una buena despedida // [itabowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora