Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️

❄️ Sensaciones ❄️

Un beso es dado por ambos chicos. De estas salen cientos de gemidos incontenibles, la saliva se mezcla y el erotismo surge e inunda cada rincón de la habitación.

Tocan el cuerpo del opuesto, se abrazan, se muerden marcando lo que creen que les pertenece, mientras dejan en claro con sus jadeos lo mucho que disfrutan estar pegados desnudos.

Se liberan con cada beso, piensan estar en otro mundo cuando sienten la piel rozar con otra piel. Ninguno sabe cómo frenar las sensaciones que están surgiendo en este instante. No piensan en nada, ni siquiera les importa ser escuchados por los demás inquilinos de la casa Jensen. Ellos solo quieren estar juntos, sudando y sintiendo lo caliente que se pone su cuerpo por el mínimo roce.

Las ansias de ambos muchachos son altos, tal vez más de lo esperado. Mientras Marck intenta frenar los gemidos que su garganta suelta, Kirian se esmera cada vez más en que estos sean liberados con el tono placentero que le fascina oír de su rubio.

Kirian sostiene con firmeza el tracero de Marck con una mano, lo aprieta y toca cada parte con las ganas de metérsela hasta el fondo como él le ha prometido.

El sudor pasa por la frente de Kirian y traga en seco con un extraño nerviosismo, sin saber qué hacer en este punto. No entiende cómo puede cambiar de actitud con el rubio, al principio le caía mal, pero ahora nada más siente un enlace reconfortante con él.

«Es debido al sexo, estoy seguro que es lo único que me une a él».

—Usa el lubricante, como la última vez—Marck sugiere con voz entrecortada, notando como su moreno se queda quieto y tenso arriba suyo—. ¿Ocurre algo?

Kirian no responde, solamente queda en esa posición cómoda. Marck sentado arriba de él, con sus piernas desnudas aferradas al pantalón gris que lleva puesto Kirian, sintiendo como el bulto del enorme chico palpitar bajo su trasero.

Lo aprieta más a su pecho, abrazando su cintura con fuerza, tocando la gran cicatriz de su espalda. También siente como todo el cuerpo de Marck se tensa ante esta acción.

—Me estás preocupando, idiota. No estoy acostumbrado a tanto contacto físico.

—Acostúmbrate entonces.

Dicho esto, Kirian muerde con fuerza el hombro de Marck, haciendo que este se doble del dolor y suelte un grito.

—De ahora en adelante tendremos mucho contacto físico, pero esto será solo exclusivo conmigo, ¿de acuerdo?

Besa la herida que dejó en el hombro del rubio, luego besa las mejillas húmedas y por último besa sus labios rosados e hinchados. Calla los lloriqueos de Marck debido al dolor que siente por la marca.

—Eres un puto animal...—llora, pero de igual forma sigue el beso, callándose al momento de sentir cómo las manos de Kirian entran en la última prenda que le quedaba: su bóxer negro.