Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️

❄️ EPÍLOGO ❄️

Diez horas antes de la muerte de Caleb Jensen:

Diversos utensilios de porcelana son lanzados hacia Caleb Jensen. Platos, vasos, tenedores, jarrones e inclusive filosos cuchillos. Pero gracias a su extraña suerte, y a qué ya estaba acostumbrado a esto, los esquiva moviéndose en zigzag por su casa, queriendo dar pasos hacia adelante para detener a su esposa, pese a terminar dándolos hacia atrás al quedar acorralado y asustado por la furia que manejaba su agresora.

A pocos metros de él se encontraba Clara Jensen, su dulce y letal esposa, la cual lo miraba con más emociones de las que jamás sintió en toda su vida. Furia, dolor, amor, lástima y nuevamente enojo. ¿Pero qué podía hacer?, nada, esa era la respuesta correcta.

Clara tenía buenas razones para estar de esta desastrosa forma, no solo por lo reciente ocurrido en la reunión con la alcaldesa y los caminantes, sino porque este idiota llamado Caleb no sentía ningún remordimiento al hacerle pasar estos sustos a ella. A veces pensaba que a su esposo no le importaba su familia, ni ella, ni su hijo, ni mucho menos su futuro bebe que llevaba en el vientre.

Oh, su bebe, el que llevaba en su vientre apenas ocho semanas la hizo recapacitar, le hace mantener la cabeza fría una vez más. Calma sus nervios, baja el afilado cuchillo y lo tira al suelo para poder dar tres respiraciones bien profundas. Supone que debe permanecer tranquila por la seguridad de su bebe, ella no quiere perder otro hijo, mucho menos si es un no nacido.

Clara por fin se calma, dejando caer sus hombros, rendida a lo que teme que pasara. Caleb se acerca con duda a ella, la toma del mentón, obligándola a que lo mire a los ojos.

Una vez más, esos hermosos ojos color cielo lo enamoran, su pesada y triste mirada se clava en él y en su corazón, lo hace perderse, también logra calmar su miedo y suspira.

Luego de unos agonizantes segundos en donde ambos se toman el tiempo para aclarar sus mentes y corazones, Caleb abre la boca.

—¿Has acabado? —intenta embozar una sonrisa, pero al ver una vez más las lágrimas en los ojos de Clara queda en una mediocre mueca que poco a poco desaparece y queda en unos labios tensos que tiemblan por la rabia que siente hacia el mismo.

—¿Por qué me haces esto, Caleb?

Caleb siente su corazón romperse al oír la rota voz de Clara, mientras que ella siente que los pedazos rotos del suyo se clava en sus pulmones y la deja sin aire.

—Mi amor…

La abraza con fuerza, envolviéndola en sus brazos y en el cálido dolor que expende sus poros. Ella se rompe aún más, dejando sonar en la habitación amplia los sollozos, las quejas y los insultos.

Pero eso no hace que flaqueen sus brazos, sino que lo animal a darle un abrazo aún más fuerte, casi sacándole el poco aire que tiene ella en su cuerpo.