❄️ El pueblo ❄️

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Aun con mis ojos cerrados siento todo mi alrededor dando vueltas, produciendo de inmediato un mareo leve, agregando un fuerte dolor en la cabeza como si me hubiesen golpeado con algo duro

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Aun con mis ojos cerrados siento todo mi alrededor dando vueltas, produciendo de inmediato un mareo leve, agregando un fuerte dolor en la cabeza como si me hubiesen golpeado con algo duro. Suspiro para calmarme, me retuerzo un poco y estiro los dedos de mis pies mientras doy un bostezo.

Pero la comodidad e incredulidad duran poco.

Tenso mi cuello y los músculos de mis brazos al darme cuenta de la situación en la que estoy.

Me precipito al abrir mis ojos, sintiendo la calidez bajo mi espalda, la cual contrasta con la fría sensación que está en mis muñecas y en mis tobillos. Levanto mi cabeza para confirmar la rabiosa idea que se creó en segundo en mi mente: estaba encadenado a una pequeña cama.

Miramdo con antencion, noto que las cadenas grisáceas eran  igual a la extraña ilusión y el solo saber eso mis sentidos se ponen en doble alerta  comienzo a forcejear para liberarme de esta prisión: fallando rotundamente en mi débil e impotente intento de ser libre.

La rabia recorre mis venas, aprieto mis dientes y poco a poco mi respiración comienza a ser irregular. Para intentar calmarme empiezo analizar la habitación en la que estoy, dando una rápida mirada sobre las posibles salidas.

Esta es bastante amplia, la ventana está a mi costado, pero se encuentran selladas con maderas, pese a que la luz de una luna se filtra por los pequeños espacios que quedan.

Es ordenada, o vacía, ya que solamente hay un pequeño armario marrón que lo decora. La cama me queda algo justa por mi tamaño, hay un escritorio y dos puertas; una de ellas me llevaría al exterior si logro salir de aquí.

La poca luz me impide analizar de mejor manera la cárcel de juguete en la que estoy y me termino rindiendo. Descanso mi cabeza para volver a cerrar mis ojos. Todos los recuerdos que tengo son solo de ilusiones: la caja negra, las esferas y lo que ellas me habían mostrado, también está el bosque banco junto a esos cuerpos muertos.

«Pero para empezar, ¿en dónde mierda estoy?».
«¿Y quién soy yo?». Ni siquiera recuerdo mi propio rostro, lo que aumemta el temor que, poco a poco, va escalando exponencialmente.

Exijo que mi mente me responda aquellas preguntas, pero al forzarla tan solo obtengo un dolor tan punzante que abro mis ojos y me trago el grito que estoy a punto de soltar.

Me obligo a ignorarlo, ya que pongo toda mi atención en unos ruidos que escucho detrás de una de las dos puertas. Son pisadas, las oigo lejanas, pero de a poco se van acercando. Se oyen como pasos dudosos e inquietos. Aspiro hondo y no sé por qué presiento una intensa presencia de miedo.

Los pasos se detienen, cada vello de mi piel se erizan, me alerto e intento pararme, pero nada más consigo hacer ruido con las cadenas y suelto un gruñido de molestia alto.

Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora