❄️ Una mentira a medias ❄️

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—¡¿Qué haces, Kirian?!—grita en un susurro, cortando nuestra pelea de miradas—. ¡Detente ahora mismo!

Alicia me toma del antebrazo, obligándome a dar dos pasos hacia atrás y así separarme del cuerpo de Aarón. Este se cae al suelo sujetándose el lugar en donde mi mano estaba haciendo precio.

Respira con agitación, toca su cuello y mira al suelo. Su cabello se le pega a la cara debido al sudor, está más pálido de lo que ya es, y sus escalofriantes ojos brillan de una manera poco común.

Aún no veo miedo, pese a tener el rostro atemorizado. En sus ojos dorados el miedo no es visto por mí, lo cual me deja algo desconcertado.

Yo no me encuentro en mejor estado. Estoy agitado, dando bocanadas ondas de aire para lograr calmar el acelerado corazón. Alicia aún me sostiene del antebrazo mientras que sus uñas se clavan en mí en cierto momento y, como si fuese una cuerda, me aferro a este pequeño dolor para volver.

—¿Lo estás defendiendo?—ahora yo la tomo del antebrazo con fuerza hasta producirle una mueca de dolor.

—No…—vacila mientras intenta zafarse de mi agarre—, pero no puedes lastimarlo. Aunque no lo creas, Aarón es más importante de lo que aparenta.

Es lo único que pronuncia antes de ser interrumpida por una voz más grave, aunque ahogada, un sonido que derrocha enojo e impotencia.

—Eres una traidora, Alicia—comenta con enojo Aarón al escucharla hablar, mirándola con sus enormes ojos brillantes.

—Solo para ayudar a mi familia—justifica su acusación, mirándolo con una mueca dolida.

Aarón abre su boca para refutar, pero lo único que sale de esta es un quejido de dolor, al mismo tiempo lleva sus manos a la cabeza y la sostiene con fuerza, cerrando sus ojos.

Grita con su boca cerrada, alaridos de dolor, intentan salir a la fuerza de su garganta, pero fracasa en el intento. Sacude su cabeza de un lado a otro mientras gruñe y babea al mismo tiempo, incluso puedo ver algunas lágrimas salirse de sus cerrados ojos hasta caer en la alfombra azul.

Alicia se suelta de mi agarre para ir a su ayuda, agachándose junto a Aarón y hablándole en su oído para que calme sus aullidos de dolor. Ella parece verdaderamente preocupada al estar a su lado, bajo un foco de vista normal, parece una madre atemorizada por ayudar a su querido hijo pequeño.

Esto contradice todas las supuestas verdades que me ha dicho en su momento, lo cual me da duda de qué fue verdad y qué es mentira.

Al verla allí, en cuclillas, ayudando a mi enemigo, no puedo evitar sentir como la paciencia se esfuma, al igual que mi enojo explota.

—¡Cayesen de una puta vez!—ordeno y obedecen, pasando sus miradas en mí.

Miro a mi alrededor, cerciorándose de que nadie más se una a la fiesta, ya que eso sería otro problema. Al ver que no hay nadie, empiezo a caminar al cuerpo flacucho de Aarón, empujando sin problemas a Alicia, mandándola al suelo por completo.

Lo único que logró oír es una protesta por parte de Aarón y un sollozo de dolor por Alicia.

—Escúchame, maldito idiota—lo tomo del cabello con fuerzas, obligándolo a pararse y así arrinconar su cuerpo contra la pared beige que tiene a su lado—. Tú no dirás nada de lo que viste ni escuchaste, mucho menos a mi Marck.

—¿Tu Marck?

—Mi Marck.

El cabello ya no le cubre los ojos, así que puedo verle el enojo brillante en sus orbes dorados, estos me miran expectantes, tal vez algo asustados, pero con unas ganas de partirme la cara tan grande como las ganas que tengo yo de matarlo.

Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora