Entre Caminantes [+18] COMPLETA ✔️

❄️ Una verdad a medias ❄️

¿Cómo se respiraba? Creo que perdí la capacidad de hacerlo hace segundos atrás.

Incluso mis extremidades se congelaron por la impactante escena que me tomó por sorpresa.

Nunca pensé tener esta situación frente a mis ojos. Tal vez porque no sé qué demonios siento por ese rubio lujurioso o tal vez sea porque en verdad no sé si debo irme o quedarme. Si debo enojarme o no debo sentir nada.

Y aunque no sé qué mierda hacer, sí sé qué creer. Al parecer lo único que no se quedó obsoleto luego de ver cómo se lo follan al rubio solo ha sido mi cerebro. 

Una noche fantaseé en un sueño que Marck intentaba acostarse con otro chico que no era yo. No sé por qué soñé eso, solo lo hice, y cuando lo descubrí lo único que pude hacer fue ir tras ese chico para molerlo a golpes.

Lo golpeé una y otra, y otra vez. No se sintió bien, porque él tocó algo mío. Estaba enojado y asqueado.

Eso era lo peor. Sentía asco de Marck, pero también me sentía herido.

Lo cual es algo irónico de pensar si vamos a la verdad, la cual es que no somos nada más que dos desconocidos que tienen sexo de vez en cuando. Aunque estoy seguro de que no es todo lo que me gustaría ser para él, solo que no sé lo que quiero con exactitud.

Es todo muy confuso si Marck entra en el tema. La complejidad aumenta, es como un puzzle imposible. ¿Por qué es tan complicado estar con él?

A lo que iba.

Ahora mismo, en una situación que se asemeja a mis sueños, pero que en realidad es la cruda realidad, no sé qué hacer, estoy paralizado.

Viendo como Marck sigue arriba de ese pelirrojo, mirando como ese desconocido no aparta sus manos de la cintura del rubio. Y mierda, sus labios, sus putos labios estaban rojos e hinchados, hasta yo que estoy algo lejos puedo notar que se han besado apasionadamente hace unos instantes.

Quiero matarlo. Quiero golpearlo como en mis sueños. Necesito destruir a quien tocó a mi Marck, pero no puedo.

Mi cabeza reacciona con lentitud, contrastando con mi cuerpo eufórico. Han pasado unos largos segundos en donde solo nos miramos con ese sujeto, ya que Marck se encuentra recostado arriba suyo, parece inconsciente.

—Está roncando en mi oreja—le escucho quejarse en voz alta, pasando sus ojos al cuerpo tendido de Marck.

—¿Qué?

—Se ha dormido—explica con obviedad.

No contesto, pues no comprendo sus palabras.

—Marck—lo señala con la cabeza—. Hace idioteces y luego cae rendido cuando se excede con el alcohol…

Aprieto con fuerza mi mano aún postrada en la perilla de la puerta. Este idiota me está hablando como si nada. Con su voz calmada, sus ojos ya ni me miran y aunque lo hicieran como hace rato, no veo ni una pizca de arrepentimiento o temor al verme.