Todo comenzó en la cárcel.
•SARAWAT - TYPE - THARN - TINE•
Ser el culpable de un asesinato le cambiaría la vida a cualquiera, haber estado en una de las pandillas más peligrosas no llenaría de orgullo a cualquiera. Estar en la cárcel por ser un atr...
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La muerte de aquel hombre había consternado todo el país, los medios de comunicación solo tenían mi nombre en primer plano.
<<<Sarawat Guntithanon, el asesino de el pandillero más peligroso>>>
Estaba sentado en una vieja silla con las manos y pies esposado, culpado de un asesinato, la estación de policía estaba llena de desorden, agentes de policía por todo lado, miradas raras y un frío penetrante que corría por aquel lugar. Luego de esperar más de ocho horas sentado en aquella silla, fui acusado y condenado a treinta años de cárcel por un juez del gobierno.
Al escuchar a aquel juez escoltado por más de cinco policías con un papel en la mano diciéndome: - ...Será condenado a treinta años y seis meses de prisión por delitos de asesinato agravado, robo delincuencial y cómplice de actos ilegales... - Mis ojos solo se llenaban de lágrimas que corrían por mis mejillas, todo paso en un instante.
Me estaban acusando por un acto que yo no había cometido, y en el que tampoco había hecho parte, pero ser parte de una de las pandillas más peligrosas de uno de los suburbios más hostiles de Bangkok había arruinado mi infancia, mi adolescencia y mi futuro por ahora.
Así de instante me subieron en una caravana de la policía, pues estaban llevando a un supuesto asesino para la cárcel. Mis manos no dejaban de temblar me estaban tratando como un miserable perro, apenas con 20 años.
En la carcel me pusieron en una celda blanca, un guardia me pidió quitarme toda la ropa que llevaba puesta, una manguera gigante y a unos metros de distancia comenzó a botar chorros de agua fría, ya no temblaban solo mis manos sino mi cuerpo completo. Ahora el mismo guardia con unos guantes puestos se acercó a mi poniéndome de espalda y contra la pared comenzó a meter su mano por mi ano.
Quizá mis gritos se oían en todo el penitenciario, ni a un animal lo tratarían con tal desagrado y desprecio. Luego de que me dieran el uniforme de preso con el número 210220 me llevaron a mi celda, por el camino todos los presos gritaban, alcanzaba a escuchar algunos halagos por haber dado de baja al peor de los pandilleros.
En la celda, habían dos camas una sobre la otra, en la parte de abajo un chico que se aproximaba a mi edad o eso creía, también un sanitario con un lavamanos. En mis manos llevaba una cobija, un cepillo dental y un jabón. El guardia me empujó adentro de la celda haciéndome tropezar hasta caer al piso.
Aquel chico que estaba acostado en su momento se levantó quedándose sentado a un lado de su cama, llevaba un gorro negro cobre su cabello.
- ¡Levántate! No te vas a quedar ahí con tu lloriqueo. - Anuncio desde sentado. - Primera regla, yo mando en esta celda, segunda regla la cama tuya es la de arriba, tercero vas a servirme cuando yo lo necesite y cuarto no me interesa a quien hayas matado, yo soy superior a tí.
Solo di un suspiro y entendí que tenía que ser fuerte en aquel lugar, cuando me puse de pie extendí mi mano diciéndole mi nombre a lo que él respondió.
- El famoso Sarawat de las noticias... Yo soy Type Thiwat.
Él se puso de pie y me dió la mano, tomo mis cosas y las arrojo a la cama de arriba, el traía una sonrisa malévola, - Espero hacer buen equipo a tu lado. - Anuncio. - Es hora de dormir, mañana es día de hacer ejercicio muy temprano.
Luego de acostarme no dejaba de llorar en silencio, quizá Type había sido amable a comparación de los policías y guardas.
No dejaba de pensar en quien había sido capaz de culparme de ese asesinato, yo estaba solo en la casa cuando llegó la policía llena de armas, me arrojaron al piso me arrestaron y me dijeron mis derechos hasta luego llevarme a la comisaría de la policía.
Un ruido de un guardia en la mañana nos despertaba a todos los presos, no recuerdo en qué momento quedé dormido entre mis sollozos sentimientos. Type se levantó y me quito la cobija para levantarme luego en un fila extensa todos los presos salíamos al patio de gimnasio, era una obligación hacer una hora de ejercicio antes de tomar una ducha y recibir el desayuno.
Type me acompaño en casi todo momento, lo cual me dió un poco para saber más de él. Lleva dos años en la carcel por hurto agravado, su condena es de siete años, su mejor momento es cuando puede hacer ejercicio y golpear el saco de boxeo, espera muy pronto salir de la cárcel.
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Ya han pasado dos días de esta maldita condena, la relación con Type ha mejorado, pero me ha comenzado a tratar de intermediario entre otros presos muy peligrosos. Su último pedido fue que recogiera un celular para poder llamar, había un preso que me estaba esperando al otro extremo del pasillo, todos los movimientos tenían que ser calculados con tal de que otros presos no se dieran cuenta y mucho menos los guardias.
En mi bolsillo derecho llevaba mi mano y en ella unos cuantos billetes que me había dado Type para pagar por el alquiler del teléfono. Cuando llegue a la celda un hombre mayor, con barba y unos músculos me recibió me dió el teléfono en la mano y al mismo tiempo recibió el dinero. Cuando salí de ahí iba de camino a la celda en medio del pasillo un hombre se me acercó y me arrinconó contra la pared con tal de que le diera lo que llevaba en el bolsillo.
Me negué, con tal de llevarle el teléfono a Type, aquel hombre me comenzó a amenazar hasta ponerme un puñal en mi cintura, yo lo empuje a un lado lo que hizo que el respondiera con puños y uno de sus colegas se acercará hasta hacerme caer al piso, sin poder reaccionar me llenaron de puños y patadas hasta que aparecieran unos guardias que los quitarían de encima mío.
Quedé tirado en el piso por un momento, mi nariz y mi boca sangraba, el estómago me dolía y estaba sin aire. Type me dió la mano y me levanto hasta llevarme de nuevo a la celda, el teléfono aún lo tenía en el bolsillo del uniforme, él lo tomo y lo escondió dentro de la espuma del colchón.
Lave mi cara con bastante agua hasta hacer parar la sangre, uno de mis labios se hinchó de aquel golpiza. Me recosté un momento en la cama de Type, él tomó un trozo de jabón y lo puso como si fuera una cura en una de las heridas en mi mejilla.
- Tendrás que aprender a defenderte, en esta cárcel estás solo. Igual que en la vida.
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