Todo comenzó en la cárcel.
•SARAWAT - TYPE - THARN - TINE•
Ser el culpable de un asesinato le cambiaría la vida a cualquiera, haber estado en una de las pandillas más peligrosas no llenaría de orgullo a cualquiera. Estar en la cárcel por ser un atr...
El sol asomaba nuevamente por la ventana de los chicos, Sarawat ya había despertado pero seguía acostado con las manos en su cabeza cubriendo sus piernas con la frazada, mientras que Tine estaba de espalda y también acababa de despertar.
Tine aún seguía confuso con sus sentimientos, ya había pasado más de un mes de la muerte repentina de Mork, el menor aún no sabía si Wat era la persona indicada, pues aún estaba dudando de su inocencia. - << ¿Y si es el verdadero asesino? >> Su mente daba muchas vueltas, quizá aún no lo conocía del todo.
- ¿Ya estás despierto? - Preguntaba Sarawat mirando con sigilo al menor.
- Uhmm... - Asentía el menor, moviendo su cabeza sin dar vuelta.
- ¿Sigues molesto conmigo?
- ¿Por qué lo hiciste?
- No pude evitar besarte ayer, estabas muy lindo... El chaleco que llevabas dejaba ver tus brazos grandes... Tus ojitos brillaban. - Suspiraba Wat. - Lo siento, no debí besarte.
- ¿Fuiste tú? - Preguntaba el menor dando la vuelta para ver la cara de Wat.
- ¿Qué?
- El de la fiesta... El que me robó un beso en la fiesta.
- Mmm... Pensé que no te darías cuenta. - Decía inclinando su cabeza hacia abajo y presionando sus labios.
- Con el beso que me diste ayer me di cuenta... Tus labios son únicos. No debiste hacerlo, no tienes derecho a besarme.
- Lo siento.
Los dos chicos se quedaron acostados mirando al techo en un silencio poco incómodo, mientras pasaron unos minutos Sarawat comenzó a detallar los labios del menor, eran unos labios pequeños, con una linda forma redonda; Sarawat se movió y se puso encima de Tine poniendo cada mano en un lado de la cara del menor.
- ¿Puedo besarte? - Preguntaba el mayor con una mirada sería. - ¿Si te pido permiso no te enojas?
- Estás loco... Quítate tengo hambre. - Anuncio Tine intentando levantarse y quitar al mayor, pero Sarawat tomó los brazos del chico y los puso sobre la cama haciendo presión.
- Quiero que seas mi novio... ¿Aceptas?
- Ey Wat... - Suspiró - Y si te digo que...
La respuesta de Tine quedo a medias cuando Tharn entro a la habitación sin tocar la puerta, el mayor vio cuando a Wat encima de Tine, el mayor solo abrió sus ojos y carraspeó con una sonrisa.
- Eh... Mmm... Entonces los rumores son ciertos... - Decía Tharn con una sonrisa.
- ¿Rumores? ¿Qué? ¿A ustedes no les enseñaron a tocar la puerta? - Decía Wat frunciendo su seño mientras se quitaba de encima de Tine.
- No sabía que eran esposos... Eh digo... No, Uhmm. En fin... Hay una señora que te está buscando en la puerta. - Anunciaba Tharn señalando a Tine con un poco de pena y saliendo del cuarto.
Tine se levantó de la cama de inmediato y se cambió de ropa rápidamente, el menor se miró en el espejo y sacudió su cabello intentando acomodarlo, sin saber quién era la señora que lo buscaba tan temprano.
La mamá de Mork estaba en la puerta de la casa de los chicos, la señora venía acompañada de dos escoltas que estaban detrás de ella, cuando Tine salió de la habitación y se asomó a la entrada para ver quién era, sus mejillas se sonrojaron de momento, su corazón comenzó a palpitar rápidamente sin entender que era lo que estaba pasando. El menor hizo pasar a la sala a la señora junto con uno de los escoltas, aquella mujer le pidió que le dijera a los otros chicos que no salieran de sus habitaciones, pues lo que tenía que hablar era algo muy importante.
Tine tomo asiento en el viejo sofá que tenían en la sala, mientras que la señora también se sentó a un lado y se quedó un minuto en silencio mientras lo veía. Aquella señora se soltó en llanto, en un instante aquella mujer elegante, refinada y de clase se había derrumbado; ya no era la misma mujer, sus brazos se fueron hacia Tine que estaba sorprendido y seguia sin entender nada, quizá era el abrazo más sincero que habían recibido los dos en mucho tiempo.
Luego de un momento la mamá de Mork se logró calmar, aún no había podido pronunciar una sola palabra. El menor seguía nervioso y sus manos comenzaban a sudar, aquel escolta estaba a un lado y no despegaba su mirada de él.
- Tine... No sabes todo lo que te he buscado. - Decía aquella mujer sosteniendo las manos de Tine. - Desde que mi familia se acabó ya no sé que hacer... Fui una terrible mamá, aún me duele el corazón desde lo más profundo porque nunca pensé que tendría que ver a mi hijo bañado en sangre... Ahora entiendo todo el daño que le hice. Y por eso vine aquí, vine por tí.
- Señora no entiendo... - Decía Tine bastante nervioso.
- Estoy acá cumpliendo uno de sus últimos deseos... Antes de morir dejo una carta y pedía por tí. Y espero que haciendo esto tú puedas perdonarme y que mi hijo pueda perdonarme. Tengo dos propuestas para tí, quiero que pienses muy bien las cosas.
- Me está poniendo muy nervioso...
- Tranquilo... - Decía la señora limpiando unas lágrimas de las mejillas del menor. - Cuando paso todo, la fortuna de la familia cayó, habían muchas negocios negros, y también se debía mucho dinero; pero gracias a la carta que dejó Mork había una gran parte que se salvaba, no caímos en quiebra. Todo lo que quedó es la herencia que le corresponde a Mork, pero a su muerte todo se traspaso a mi nombre. La primera propuesta es que nos vayamos a Inglaterra a vivir los dos, me ocuparé de tus estudios y el 30% de los negocios quedarán para ti mientras aprendes a administrarlos. La segunda propuesta es que te quedes acá y dividiremos la herencia, tú te quedarás con todas las propiedades que hay acá en Bangkok aparte te quedará una parte del dinero de los negocios acá en Bangkok, en total un 26% de la herencia; si es así yo me quedaré con el 25% y me iré a Inglaterra y te ayudaré a manejar tu dinero, el resto es decisión tuya.
- Señora... Pero...
Tine quedo perplejo de la propuesta que le estaba haciendo la mamá de Mork, la señora le explicó otras cosas legales de las cuales también haría parte, su mente se comenzó a confundir aún más, el menor no sabía que decir ni que hacer.
- Volveré en una semana, espero hayas tomado una decisión. De todas formas hay una parte que te corresponde. - La señora se levantó de la sala y salió de la casa sin antes darle un abrazo al menor agradeciéndole por todo y al mismo tiempo pidiendo disculpas.
- Espere, podría usted decirme lo que decía la carta que dejó Mork.
La madre de Mork se detuvo un momento antes de salir y tomo el celular y le mostró una foto que tenía de aquella carta, las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas del menor. La señora finalmente salió de la casa y Tine se fue a la habitación cayendo en un llanto profundo, los otros chicos lo vieron caer sobre la cama lleno de lágrimas sin entender lo que le pasaba.
<<Hoy me voy de este mundo para culpar a mí padre, para librar a mi madre y para cuidar a mi chico, Tine.
Que las estrellas en los cielos acompañen su camino, que el sol radiante iluminen su alma, y que la luna siempre brille ante sus ojos.
Este es mi deseo, y mi última voluntad si por mi la pueden cumplir, por las personas que quiero que haya justicia y haya paz. Tranquilos, todo va a estar bien.>>
La mente de Tine luego de tantas cosas solo recordaba la última parte de la carta, su mente la había grabado.
Ahora Tine tenía que decidir.
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