|||Nuestra historia|||Shinso X Kaminari [Flufftober]

11. Primera vez (no sexual)

Era el primer día del año. Un nuevo comienzo. La oportunidad de dejar atrás los errores del año anterior y demostrar lo mejor de sí mismos.

Este día Shinso quería morir.

Había cometido errores imperdonables desde que decidió aceptar el primer trago que le ofreció el extraño chico enano pero realmente se sentía un poco fuera de lugar al ser presentado con todos los chicos de la clase A y necesitaba relajarse.

Sin embargo, no había justificación para su forma de actuar. El peliazul estaba avergonzado por su ridícula actuación frente a los otros chicos y, aunque tenía vagos recuerdos de lo ocurrido, le parecía suficiente material para querer esconderse en un hoyo y no salir jamás.

Luego, al despertar, a pesar de reconocer el lugar en el que estaba, lo invadió un terrible pánico por lo que no recordaba; estaba en la cama de Denki.

Se encontraba vestido y su cuerpo no se sentía diferente por lo que era poco probable que haya ocurrido lo que tenía en la cabeza pero, ¿entonces qué pasó? Además no había señales del dueño de esa habitación y eso también era preocupante porque no tenía idea de dónde o CON QUIEN estaba.

Aún era muy temprano y, por lo silencioso que estaba en el exterior, todos estarían dormidos, por lo que se decidió a buscar sus zapatos y salir de ahí. Más tarde, a una hora más aceptable, le mandaría un mensaje al rubio para preguntarle dónde había dormido, se disculparia con toda la sinceridad posible y evitaría mirarlo por un largo tiempo.

Al llegar a la sala del dormitorio, encontró un curioso bulto, del que sobresalía un reconocible mechón rubio con partes oscuras, ahí estaba la respuesta a la gran incógnita vamos: Kaminari estaba durmiendo en un sillón.

La culpa y ternura lo invadieron en partes iguales y movió suavemente al chico eléctrico para despertarlo. Luego de varios intentos, logró que los adormilados ojos dorados lo miraran.

—Debes ir a tu cama, Denki, ¿qué haces aquí?

—Dormí en el sillón porque no quería incomodarte... Además Iida me hubiera matado si, después de tu declaración y mi aceptación de tu amor, hubiéramos dormido juntos. Es un poco cuadrado en ese aspecto... Si todos se dan cuenta. —El rubio se levantaba con lentitud para ponerse frente al otro, viendo cómo se sonrojaba por lo mencionado a lo que hiciera más temprano.

—Ya debería irme y tú ve a dormir a tu cuarto o enfermarás otra vez.

—De acuerdo... Pero te acompaño a la puerta, al menos.

Shinso ya iba de salida pero, aún con la vergüenza por la situación en la que los había metido, ver a Denki, despeinado y adormilado se veía tan... sexy y ya le había dicho lo que tanto había guardado, aunque no fuera de la mejor manera.

Realmente deseaba tanto besarlo y ceder ante él, pegarlo a su cuerpo y capturarlo para sí que, sin notarlo, activó su Particularidad al hablarle.

—Kaminari...

—¿Sí?

—Bésame.

El rubio, paralizado, detenido y obediente, no tardó en cumplir su orden pero el más alto, al notar lo que había hecho y obligado a hacer a la persona que menos quisiera manipular, lo alejó con rapidez. Eso terminó de despertar al Kaminari, aturdido y confundido.

—Lo siento... —Hitoshi estaba muy nervioso y arrepentido— Lo siento, lo siento. No quería obligarte a besarme, fue un accidente. Lo arruiné todo.

Ambos sabían que era la primera vez que Shinso usaba su Particularidad fuera de las prácticas, ¿y si dejaba de confiar en él? Además de que había hecho que una experiencia especial fuera algo crudo y forzado. Se sentía la peor persona del mundo.

—Hey... Tranquilo, ya no estoy siendo controlado, ¿de acuerdo?

El contrario asintió, aún avergonzado por lo que había hecho, Denki aprovechó para acercarse, tomarlo del rostro y besarlo de nuevo. Sorprendiendo esta vez al de ojos oscuros.

—Honestamente, ya te habías tardado pensé que no me dejarías besarte hasta que fuéramos ancianos. —El de la clase A no podía detener su lado juguetón que sólo fue incrementado por las reacciones del otro.

—Idiota. No iba a esperar tanto... Pero en serio perdón por hacerlo así...

—¿Cuánto debes desear algo para activar tu Particularidad por accidente? —Cortó los lamentos el más bajo sin separarse mucho del contrario.

—He practicado para que eso nunca ocurriera.

—Eso significa que "Mucho", ¿verdad?

Y, aunque fue una experiencia un poco chocante, a Kaminari le seguía pareciendo divertido que le gustara tanto al otro para llevarlo a ese grado.

—Sí, es mucho.

—Entonces quédate un poco más.

—No creo que deba, tus compañeros se darán cuenta —el puchero de inconformidad del rubio le encantó, aunque no quería dejarlo así— Pero, a partir de mañana, podremos quedarnos juntos mucho más tiempo.

La manera ideal de sellar este pacto, fue mirarse largamente, juntando sus labios, los ojos cerrados y una electricidad no tangible recorriendoles todo el cuerpo, a la vez que se abrazaban para estar lo más unidos posible.

Este era el sabor de un verdadero primer beso.