29. Champagne

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Veinte años.

En realidad había pasado tanto tiempo y eso contando desde el día de la boda porque habían sido algunos más, si contaban desde que se conocieron.

Habían pasado por mucho, incluso habían llegado al punto de estar más tiempo juntos que separados.

A pesar de los problemas como los celos, ya que el rubio atraía demasiado a las chicas, con su coquetería natural, y Shinso simplemente espantaba a cualquiera que tuviera esa intención con actitud cínica y, si eso no bastaba, les ordenaba que se alejaran; los momentos de angustia por las batallas con villanos en las que, si no estaban juntos, inevitablemente sentían que podrían perderse y, finalmente, los tontos problemas cotidianos como el ruido y la impuntualidad de Kaminari o el inesperado desorden y la pereza de Shinso.

Aún así, pudieron superar cada momento difícil y podían decir que celebraban su aniversario número 20.

Desde la mañana, la pareja despertó con un escándalo afuera de su hogar, puesto a que tenía un montón de héroes gritando en su puerta, llenos de ganas de celebrar, faltó poco para que Hitoshi llamara a la policía para detenerlos por alterar la paz... Para él, estaban alterando la paz de su sueño. Por suerte, Denki lo detuvo porque no sería muy amable mandar a gran parte de los héroes más populares de esa generación a la cárcel; además de que sería un fastidio ir a testificar el día de su aniversario.

Una vez que la pareja despertó y los pensamientos golpeadores del más alto fueron despejados, recibieron a sus involutarios invitados que rápidamente se hicieron con su cocina para prepararles el desayuno. A veces, ser tan cercanos con sus viejos amigos, tenía sus desventajas, no debieron decirles que no tenían nada planeado para ese día.

Más tarde, con una coordinación que en otras circunstancias casi parecería imposible, todos se movilizaron para convertir la sala de los hombres en un salón de eventos, listos para festejar en grande que la primera pareja en casarse, cumplían dos décadas juntos.

Si los esposos pensaban tener un día tranquilo para ellos dos, tendría que ocurrir en otra ocasión.

Muy pronto, la música estruendosa y las risas de un montón de adultos alcoholizándose eran parte del lugar. En fiestas de este estilo, todos olvidaban que ya no eran unos chicos y se dejaban llevar por el festejo, con las chicas haciendo sugerencias gráficas de cómo debían celebrar esa noche y los hombres haciendo apuestas estúpidas sobre cuánto podían beber.

Sin que el peliazul se diera cuenta, Denki escapó del lugar por un rato y después le dió una caja mediana a Koda que asintió y le dijo que se la regresaría en la noche.

Más tarde, todos estando más ebrios que cuerdos, los dejaron a solas pero antes, Izuku, cargando a un ebrio y lloroso Katsuki que no paraba de decir que lo quería muchísimo y no lo ignorara, les dijo que, como regalo de aniversario, les habían reservado la suite matrimonial de un lujoso hotel para esa noche. Después de esto, se retiraron, dejando la casa como si un torbellino hubiera paseado por ahí.

El matrimonio estaba rendido así que decidieron darse un baño y sentarse un rato antes de ir a su cita de la noche, lo que aprovechó el de ojos dorados para hacer una llamada.

—Debí dejarte que le llamarás a la policía. —Se quejaba el rubio a la vez que permitía que el otro le pusiera la corbata, ya que irían a un lugar formal, la etiqueta era obligatoria.

—Muy tarde pero te ves muy guapo así. —Shinso le dió un rápido beso en los labios para llevarlo al lugar donde pasarían la noche.

El hotel era increíble, bastante grande y espléndido pero ya habían estado entre demasiada gente, por lo que decidieron pedir su cena en la habitación y por una extraña razón, Kaminari pidió en recepción que su paquete fuera llevado con mucho cuidado a la habitación.

Pronto pudieron deshacerse de las corbatas, el saco y los zapatos. Esperando su comida y hablando de lo intempestivos que eran sus amigos mientras bebían un poco de Champagne con fresas, ya que fue lo primero que les llevaron antes de la cena junto a una caja blanca con un enorme moño azul, por lo que el rubio la tomó y se dirigió al otro.

—¡Perfecto! Primero los regalos.

Para ese día, ambos prometieron darse algo que el otro deseara de verdad, aparte de un regalo de aniversario, sería una especie de competencia; así que Shinso estaba intrigado por lo que había en esa caja recién llegada, que no parecía gran cosa.

—De acuerdo. —El peliazul extendió una pequeña cajita, que le intrigó bastante al otro, que no perdió el tiempo en abrirlo.

—¿Esta llave es...?

—Mañana lo llevarán a la casa pero sí, te mereces un auto deportivo así que esta es la mejor ocasión para que lo tengas, Rayito —La sonrisa de Hitoshi al ver la cara de sorpresa de su esposo, justo la expresión que esperaba y eso que aún no había visto el modelo que le había escogido, se iba a morir del gusto.

—Amor, esto... No sé que decirte.

—Puedes decir que soy el mejor y darme mi regalo. —Shinso no dejaba de mirar de reojo la caja al lado del rubio y, sólo eso pareció sacar a Denki de su estupor y sonreír con algo de duda.

—Tú dirás si ganaste esto... Sé que tardamos mucho, pero este es el hijo que nunca tuvimos. —Al decir esto, extendió la caja al otro, que no tardó mucho en tomarla.

Lo primero que le intrigó es que la tapa tenía agujeros y, antes de retirar el moño, escuchó un tenue ruido que pudo identificar a la perfección. Con rapidez abrió el paquete encontrando una ansiosa bola de pelo que caminaba en su reducido espacio, por lo que Hitoshi lo sacó de ahí con delicadeza. El pequeño animalito le maulló mientras lo miraba fijamente con sus ojos azules.

—Es precioso... —La frase fue tan baja que, si el más bajo no estuviera poniendo plena atención a su reacción, no la hubiera escuchado.

—Koda me ayudó a cuidarlo, él es muy bueno con eso y así no descubrirías mi sorpresa, hace un rato le llamé para que lo trajeran. ¿Cómo lo llamarás?

El de ojos oscuros parecía hipnotizado con su nuevo gatito, observándolo con detenimiento; el pelaje era de un color café muy claro, sin ser blanco ni crema, y al mirar la mesa, sonrió al tener exactamente el nombre del color del felino.

—Champagne.

—¿Quieres beber más? —El rubio que buscaba recuperar la atención de su marido, se extrañó por la repentina respuesta.

—No, para el gato.

—¿Quieres emborrachar al gato?

—¡Claro que no! Te decía que se llamara Champagne.

—Qué lástima, hubiera sido interesante enbriagar un gato... Pero me gusta ese nombre. Suena lindo, elegante y extraño para un gato, así que es perfecto. —Feliz por la reacción del más alto, Kaminari se acercó para recibir su bien merecido beso de agradecimiento— ¿Entonces quién dió el mejor regalo?

—Esta vez lo tomaré como un empate —Iban a volver a besarse pero el mínino comenzó a maullar, reclamando atención.

—¡Hey! Soy el esposo, soy el único que puede ser celoso. —Reclamó el rubio sin soltar a su amado que no tardó en regañarlo.

—No seas malo, es sólo un gatito.

Denki comenzaba a arrepentirse de su obsequio pero sería bien recompensado por esto.

|||Nuestra historia|||Shinso X Kaminari [Flufftober]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora