|||Nuestra historia|||Shinso X Kaminari [Flufftober]

22. Viendo el atardecer

El día era fresco y perfecto para estar afuera.

No eran muchos los días de descanso en los que la pareja coincidía y, cuando lo hacían, buscaban pasar tiempo con sus amigos, aún cuando sabían que sería bueno tomarse un día para estar sólo ellos dos. Era una lástima que aún no lo tomaban, quizá por miedo o incertidumbre de lo que pasaría.

Después de la pelea que tuvieran hace unas semanas, algo rondaba entre ellos, no era malo pero sí diferente y esta situación debía ser tratada.

Debido a la calma de estos días y la baja cuota de delincuencia en esa zona, Hitoshi estaba patrullando solo, detenido arriba de un edificio para observar mejor mientras comenzaba el atardecer y, aunque el clima enfriaba con rapidez, era una hermosa vista que le hacía no molestarse por los pequeños detalles.

Aprovechando de esta inusual paz que lo acompañaba y le serviría para pensar en la idea que se había instalado en su cabeza al estar tan apartado del rubio. El héroe reflexionó de lo que pasaba entre ellos; suponía que era porque ya no eran estudiantes, tener una relación no era lo mismo, sus vidas habían cambiado y querer lo que él quería era algo normal. Sin embargo, se veían menos, hablaban de manera inconstante y lo de estar en casa del otro también era algo complicado; por lo que estaba más que decidido a hablar con Denki para hablarle de su resolución a esta situación.

Y como si lo hubiera invocado con sus pensamientos, el rubio llegó en diagonal a él, ya sabía que estaba ahí desde que se subió al techo del edificio, 15 metros detrás de él.

—No tengo permiso de estar aquí hoy pero es mi día de descanso. Sólo no le digas a nadie que estoy distrayendo a un héroe en su horario laboral. —Comentó el recién llegado de manera casual, sabiendo que su novio posiblemente ya había notado que estaba ahí.

—No le diré a nadie, fingiré que no hay un civil aquí. —La sonrisa sarcástica de Hitoshi hizo que el corazón de Kaminari se derritiera, feliz de tener un momento para ellos; aunque cambió un poco por el tono serio con el que le decía lo que tenía en su cabeza. —No podemos vernos igual que antes... Digo es normal, ya no somos estudiantes pero...

—También quiero vivir contigo. —Interrumpió el rubio, con su inigualable alegría.

—¿Qué? ¿Cómo supiste?

—Tú lo dijiste, no es lo mismo estar en casa sin ti... Al menos de esa manera sería más fácil pasar tiempo juntos y compartir como adultos.

—Cierto... Eso es lo que he estado pensando. Quiero que cuando diga "mi casa" piense en el mismo sitio que tú pero, ¿No crees que es pronto?

—Cariño, llevo listo para mudarme a tu casa desde que te besé por primera vez. —Kaminari, sin miedo a la altura o de ser sorprendidos siendo cariñosos ahí, pasó los brazos alrededor del cuello del contrario.

—Lo peor es que no creo que sea mentira.

La manera perfecta que encontraron de sellar este acuerdo fue con un beso en los labios, calentando el rostro que se les helaba con la temperatura de la tarde que iluminaba con sus últimos rayos antes de dar paso a la no y al separarse, Shinso está más feliz de lo que ha estado en un tiempo, con la posibilidad de ser rechazado en esta petición.

El corazón de Hitoshi está exultante al observar el anaranjado del atardecer reflejado en el cabello y los ojos dorados del contrario; era como tener su atardecer personal. Tan bello que podría verlo toda la vida, con matices que parecen efímeros pero que volverán, con calor del día pero la promesa de la oscura noche.

En cambio Denki aprecia que el peliazul tiene esos toques oscuros, misteriosos y exóticos pero sus pupilas blancas, brillantes cual estrellas, parecen la continuación perfecta de Kaminari.

Quizá estaban destinados a unirse en un punto exacto, para tocar y conmover los corazones que pudieran verlos.

—Vamos a vivir juntos. —Al decirlo en voz alta, sobre los labios de su novio y con una sonrisa, Shinso sabe que es la decisión correcta, abrazados esta vez por la noche.

Ahora que compartieran un mismo techo, ellos podrían ser la bóveda celeste en todas sus facetas, todas las veces que lo desearan.