7. Compañero enfermo

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—No pensé que te diera gripe.

—¿Es porque dicen que los idiotas no atrapan ni un resfriado? —Shinso sonrió con burla mientras pasaba un paño húmedo por la frente del rubio.

—Lo dije porque pareces ser muy sano pero esa también es una buena opción.

—Ah.

Por fin comenzaba el invierno.

A pesar del frío que los obligaba a abrigarse más de lo acostumbrado, no era común que unos jóvenes fuertes y sanos, como lo eran los estudiantes del curso de héroes de la UA, enfermaran pero en ocasiones ocurría y esta era una de esas ocasiones.

Recostado en su cama, con la fiebre alta y tratando de mantenerse despierto porque era la primera vez que Hitoshi estaba en su habitación, estaban solos y no podía mantener los ojos abiertos, por lo que creía que conversar podría ayudarle a eso.

—¿Qué haces aquí? No es muy genial que me veas así.

—Tu amigo Kirishima me llamó para decirme que estabas enfermo y el profesor Aizawa me dió permiso de estar aquí.

—Debe ser bueno ser hijo del profesor... ¿puedes decirle que suba mis calificaciones?

—Ya te dije que el profesor Aizawa no es mi padre.

—Hasta que no vea el acta de nacimiento, no creeré nada.

A decir verdad, en cuanto el chico pelirrojo le llamó al más alto, diciéndole que Kaminari estaba enfermo, en su habitación; la preocupación le hizo dirigirse al responsable de su clase que, por casualidad, era el profesor que sentía mayor simpatía por él y no había necesidad de utilizar su Particularidad (o al menos intentarlo) y pedirle que le permitiera quedarse a cuidar al enfermo.

A pesar del —casi evidente— favoritismo que sentía Aizawa por Shinso, fue difícil que aceptara su petición de quedarse en el cuarto de Denki toda la tarde para atender su resfriado, especialmente porque, más allá de que iba contra el reglamento, era bastante obvio que estaba sucediendo algo entre esos chicos y, una cosa es que se encontraran a escondidas para encerrarse en una habitación —como hacían la mayoría de los alumnos— y otra cosa era estar solos con el beneplácito de la autoridad.

Sin embargo, el rubio estaba verdaderamente enfermo, así que no tendrían mucha oportunidad de "romper las reglas".

—¿Por qué no fuiste con Recovery Girl? —Preguntó el de ojos oscuros mientras volvía a tomar la temperatura de Kaminari y le arrimaba un poco de agua para que se mantuviera hidratado.

—No es gran cosa, se me pasará en un rato... Además no quiero levantarme de la cama. —De alguna manera, no le extrañaba esa respuesta.

—Entonces mejor duerme, necesitas descansar.

—¿Y estarás aquí cuando despierte?

—Claro que sí.

—Gracias por quedarte conmigo. —Susurró el enfermo con verdadero gusto.

—Bueno, no eres el único que puede hacer algo lindo por mí.

—Estar contigo siempre es lindo para mí. No sé porqué la gente te tiene miedo... Eres la mejor persona que conozco. —A pesar de su sonrisa de galán, el rubio parecía más un cachorro que un Adonis.

—Duerme, Kaminari. —Y más que una orden, fue un cariñoso regaño al que, luego de un puchero infantil, el mencionado le hizo caso.

Tal vez Hitoshi sí tenía algo de villano porque quería robar a ese chico eléctrico, llenarse de su energía, ser aún más adicto a su sonrisa y nunca más tener la necesidad de estar solo... Pero también quería verlo fuera de esa cama para que fuera el mismo chico juguetón que iba de un lado para otro y se pegaba a él.

Ya que no tenía otra cosa aparte de verificar que el rubio no empeorase, Shinso observó la habitación en la que estaban, era un lugar extraño, con un montón de cosas al azar por todo el lugar pero también reflejaba la personalidad de su habitante, tomando un poco de todos lados para acoplarse a cada persona, ¿qué tanto de eso utilizaría en realidad?

Sin pensarlo mucho, el de la clase C se quedó acariciando el dorado cabello sudoroso, mirándolo con ternura, intentando descubrir qué había dentro de la cabeza de un chico que, desde el principio, no dudó en acercarse a él y volverlo parte de su vida o, mejor dicho, meterse de golpe en ella, sin permiso ni freno.

Sin darse cuenta, el peliazul se quedó dormido sobre la cama del contrario y al despertar, tenía la mirada adorable del más bajo sobre él y, ya que tenía mejor color en el rostro, suponía que ya se encontraba bien.

—¿Cómo sigues?

—Mucho mejor, gracias... ¿no prefieres seguir durmiendo aquí conmigo? —Un ligero nerviosismo se sintió en el aire después de ese ofrecimiento pero, apenas tuvo tiempo de abrir la boca el otro chico cuando la puerta fue abierta abruptamente por el profesor Aizawa, que los miraba inquisitivo.

—Es bueno ver que el joven Kaminari ya está mejor —al decir esto, miró fijo al mencionado, restándole a contradecirlo pero, al no ser así, se dirigió a Hitoshi— así que fuera de aquí, los dormitorios no son para tener citas.

—No, no, no, profesor, no le hice nada a su hijo. —El rubio obtuvo un par de miradas oscuras que lo miraban mal y pronto volvió a quedarse solo.

Quizá las emociones fuertes enfermaban al pobre Denki pero, tener su enfermero personal que lo cuidara así, hacía que valiera la pena. Le debía una a Kirishima.

|||Nuestra historia|||Shinso X Kaminari [Flufftober]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora