|||Nuestra historia|||Shinso X Kaminari [Flufftober]

30. Primera vez

Estaba muy próximo el amanecer cuando Hitoshi despertó pero sin moverse demasiado, ya que no quería despertar al hombre encima de él.

No puede evitar mirar al rubio mientras duerme y siente que no acaba de cumplir 44 sino 17 otra vez; que nunca lo ha visto en realidad y siente tantas ganas de hacerlo que se cree loco, no quiere que se aleje ni un centímetro de él.

Pensar que recién había sido su aniversario número 20, que cumplían un año más juntos, parecía increíble porque estas fechas servían para recordar y él recordaba, recordaba que aún lo quería y, al tenerlo recostado a su lado mientras juega con mechones de su cabello, también le recuerda la primera vez que pudo disfrutarlo así, justo en el primer cumpleaños que celebraron juntos...

Esa vez también la habían festejado con sus amigos, aunque ninguno se había embriagado pero tampoco había hecho falta.

Al quedarse solos, después de que Denki lo felicitara porque, oficialmente, ya era su cumpleaños, Shinso se atrevió a decir algo que, aunque era muy obvio, le parecía importante ponerlo en palabras.

—Te amo.

—¿Qué? —La confusión en el rostro del rubio le pareció descorazonadora pero, aún así, trató que no le temblara la voz al repetir lo que había dicho.

—Que te amo.

Parecía que Denki se había descompuesto o, al menos, quedado fuera de servicio por el momento hasta que un sonrojo le subió hasta las orejas antes de contestar.

—Y-y-yo... ¡también te amo! —El más alto miró a su alrededor, con miedo de que alguien se asomara para saber qué causaba tal escándalo pero no tuvo mucho tiempo para esto porque el rubio le comenzó a dar suaves besos en los labios para llamar su atención.

Sin embargo, este contacto no le pareció suficiente a Shinso, por lo que tomó con ambas manos el rostro de su amado, besándole con propiedad, quería explorarlo, saborear sus labios a la vez que sentía como las manos ajenas se aferraban a su espalda, como si buscara un soporte para no caer.

Se sentía atrevido, feliz, era su cumpleaños y quería aprovecharlo con la persona que más amaba en este momento, incluso si eso no duraba para siempre quería dejar una marca imborrable en él y que Kaminari se quedara por siempre en su mente. Con eso en mente y el calor en todo el cuerpo, le dieron el valor para hacer su petición sin titubear.

—No quiero que te vayas esta noche, Denki. Regálame eso... Tenerte sólo para mí, sólo hoy.

—No. No será sólo hoy pero esta será la primera. —Vio en esos ojos dorados una promesa y rebeldía que lo hacían adorarlo mucho más.

Sabían a lo que se referían, lo que pasaría y, más importante, lo ansiaban.

Llegaron inquietos hasta la habitación de Kaminari y, una vez que el seguro fue puesto, les costó mantener sus bocas alejadas más que para mirarse, para confirmar que esto estaba pasando y el otro estaba bien con eso.

Más de una vez, tuvieron la oportunidad de esto y se sintieron tentados a tocar un poco más, ir más lejos, pero se detenían, ya fuera por la suerte o porque querían esperar a que fuera el momento correcto.

Este era el correcto.

La primera en perder la batalla fue la camisa del rubio, deslizándose hacia el suelo. Shinso quiere que sus dedos dejen de temblar al ir recorriendo el pecho del contrario que suspiraba contra su boca, no quiere acelerarse, no quiere mostrar lo ansioso que está pero sus ojos, reflejados en los orbes dorados que tantas veces lo miraron con anhelo, delatan su deseo.

Estaban nerviosos, incluso cuando Denki lo llevó hasta su cama y lo recostó en ella, con esa sonrisa electrizante que podía fundir su sentido común, sabía que también estaba un poco inseguro por esto, porque nunca antes lo habían hecho y no sabían lo que resultaría de ello.