Aunque no te des cuenta

Empezar de cero

Apenas un crío de 12 años y ya tenía que enfrentarme a Deagu, una nueva ciudad, una escuela nueva, amigos nuevos, casa nueva, vecinos nuevos y todo me aterraba.

Solos, mi madre y yo, teníamos que empezar una nueva historia; una donde dejáramos toda la pesadilla que vivimos atrás y donde pudiéramos escribir nuestro propio final feliz.

El primer día en mi nueva escuela y los nervios ya se estaban apoderando de mi sistema, presentarme frente a rostros desconocidos que me miran expectantes no se siente muy bien.

-Mi nombre es Jeon Jungkook y pues... soy nuevo, antes vivía en Busan pero mi madre y yo decidimos mudarnos, espero llevarme bien con todos-  pronuncié con mis manos entrelazadas

-Espero que hagan sentir bienvenido a su compañero, Jungkook puedes tomar asiento en el pupitre vacío-  indicó el profesor

...

El primer día de clases, contrario a lo que yo esperaba, fue bastante aburrido pero la verdad fue mejor así, solo algunos pocos se acercaron a saludarme, creo que la mejor parte fue saber que aunque los pupitres son para dos yo por ser el nuevo, no tenía que compartir con nadie y eso me emocionaba.

Al llegar a casa saludé a mi madre que se encontraba alistándose para ir a una entrevista de trabajo. Ella es reportera, y bueno aunque dejó de ejercer su carrera por muchos años, hoy quiere retomarla y espero que la contraten.

-Suerte en tu entrevista mamá, quería pedirte permiso, por cierto, al regresar de la escuela vi que hay un parque cerca y hace días que no he montado mi skate, ¿puedo ir? Tendré cuidado-  pido poniendo los ojos de cachorrito que sé tan bien funcionan en ella.

-No me agrada que salgas cuando yo no estoy, sabes que recién estamos conociendo la ciudad, ¿y si te pierdes?-

-Qué dices mamá- hago movimientos exagerados con las manos que causan una sonrisa de su parte -ya soy un chico grande no me perderé, además en serio está cerca, si quieres vamos y verás-

-mi muchachito grande- soltó una risa -bueno toma tus cosas y vamos, ten mucho cuidado y no regreses tarde, volveré a más tardar a las 7-

-Eres la mejor- nos encaminamos hacia el parque y al comprobar que sí está cerca se aleja despidiéndose de mí con un abrazo que por poco y me mata.

Quise intentar una maniobra que tantas veces vi en la televisión, era algo complicada al tener que saltar y hacer que el skate gire en el aire para volver a caer de pie.

Comencé lentamente y cuando creí ya tener el control decidí arriesgarme, pero menuda tontería, mis pies se enredaron y terminé cayendo de bruces, el golpe fue tan fuerte que mi labio se partió y empezó a sangrar a borbotones, le tengo pánico a la sangre y al no saber qué hacer empecé a llorar porque la sangre no parecía querer detenerse.

Empecé a sentirme mareado y no podía enfocar bien, sentí que estaba a punto de desmayarme, pero alguien me sujetó y lo último que pude divisar fue a un chico más o menos de mi edad y después la obscuridad me envolvió.

Al recuperar la conciencia me encontré con una habitación totalmente desconocida y me asusté un poco ya que no había nadie, quise huir pero cuando estaba por levantarme de la cama pude ver ingresar al chico que vi antes de que todo se vuelva oscuro, pensé que había alucinado pero allí estaba él.

-Hola, por fin te despiertas, me asustaste-

-No entiendo, qué pasó exactamente, solo recuerdo haberme partido la cara- quise reír pero el dolor me hizo atontarme y soltar un quejido.