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Yelena Pov.

Me recosté en el pasto, dejando que los pequeños rayos de sol golpearán mi rostro, cerré los ojos mientras dejaba mis pensamientos a la deriva, un recuerdo muy antiguo vino a mi mente haciéndome sonreír por unos momentos.

-¿Qué se supone que estás haciendo?-. Preguntó mi sestra con curiosidad, moviendo su cabeza ligeramente hacia su lado izquierdo.

-Hackeando tu banco de dinero-

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-Hackeando tu banco de dinero-. Murmuré haciendo que ella frunciera el ceño.

-No tengo tanto de todos modos, ¿Quieres ir por unos tacos? No todos los días estamos en México-. Dijo alzando su ceja izquierda haciéndome sonreír.

-Bien, solo estaba investigando algunas cosas, nada importante, vamos-. Dije cerrando la laptop para caminar felizmente hacía donde estaba ella.

-Tengo un auto alquilado-. Dije alzando mi ceja izquierda y mi hermana alzo su puño para chocarlo conmigo.

-Si tienes algún problema, estoy a una llamada de distancia-. Dijo palmeando mi hombro derecho mientras salíamos de la habitación del hotel.

-Lo sé, no te preocupes hermana mayor, se manejarme sola-. Le aseguré haciéndola suspirar.

-Si, lo sé-. Murmuró con un deje de culpa y tristeza en su semblante.

-Oye... Nada de eso, estamos bien, ¿De acuerdo? No quiero pensar en nada de eso ahora, quiero pasar un buen tiempo contigo-. Dije sosteniendo su mano izquierda para darle un suave apretón.

-Si, tienes razón-. Dijo sacudiendo un poco sus hombros para después sonreírme.

Juntas salimos de aquel hotel y subimos al coche que había alquilado de buena gana, Natalia encendió el radio, cambiando de estacion hasta que escuchó una canción que al parecer llamó su atención, conduje con una leve sonrisa en mi rostro por un rato, mi hermana y yo no somos de hablar tanto, antes... Cuando había sido una niña, recuerdo ser toda una parlanchina pero todo eso me fue arrebatado con brusquedad y ahora las cosas son diferentes, tanto para Natalia como para mí. Nos tomó un tiempo pero encontramos el puesto de tacos ideal, estacione en la orilla de la banqueta y salimos del coche, nos acercamos a pedir nuestra orden y fuimos a tomar asiento a una de las mesas de plástico.

-¿Alguna vez has pensado que tan diferentes hubieran sido nuestras vidas si no hubiéramos estado en Red Room?-. Pregunté en mi idioma natal para que nadie pudiera entendernos.

-No, ¿Tú si?-. Preguntó mi hermana en ruso frunciendo el ceño.

-A veces, suelo pensar en ello para poder dormir por las noches, aunque nunca te hubiera conocido-. Dije encogiéndome de hombros, mirándola fijamente a los ojos.

-No, no nos hubiéramos conocido o tal vez si, ¿Crees en el destino?-. Preguntó ella con curiosidad mientras la chica ponía nuestros platos con comida en la mesa junto con nuestros refrescos.

Dynasty (Scarletwidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora