Yelena Belova y Wanda Maximoff no pueden aceptar la muerte de Natasha Romanoff.
Historia basada en el vídeo " Wandanat - Dynasty" Por la Autora "Arthemina" que muy amablemente me dio autorización para hacer una historia basada en su hermoso video.
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-Las mejores cosas de la vida son las que menos esperas-. Dije con una enorme sonrisa en mi rostro.
-¿De que estás hablando?-. Preguntó Natasha frunciendo el ceño.
-Nada, solo come tu pizza-. Le dije con un guiño de ojo a lo que mi esposa achicó los ojos para luego encogerse de hombros.
-¿Estás lista para ver por fin nuestra casa?-. Preguntó mi pelirroja unos segundos después.
-Bueno, se llevo más tiempo de lo que pensé pero... ¿Cuánto dinero tienes realmente? Me siento pobre a tu lado, los vengadores no me dejaron muchas ganancias-. Murmuré con el ceño fruncido mientras tomaba un sorbo de mi bebida.
-Mmm... Demasiado dinero, lo suficiente para mantener a mis padres, a Thor, a Yelena y a nosotras por el resto de nuestras vidas, no igual al dinero que tenía Tony pero algo similar, nunca me he puesto a revisar las cuentas y no eres pobre, mujer mentirosa, también tienes bastante dinero, ¿Ya lo olvidaste?-. Preguntó Natasha y yo solo me encogi de hombros haciéndola reír.
Ambas seguimos comiendo en el local al que habíamos entrado, estaba segura que algunas personas se dieron cuenta quienes éramos pero se han portado respetuosas con nosotras, dejándonos solas para poder comer y tratar de ser personas normales, aunque "normales" no está en nuestro idioma. Mi vida de casada es lo mejor que me ha pasado en la vida, se que algunos dicen que te sientes así al principio y que después ya no pero... Estoy segura que toda mi vida estaré igual o más enamorada de mi esposa, admito que no todo es color de rosa ya que cuando estábamos de novias, prometidas y de ahora casadas, hemos tenido algunos conflictos, molestias o enojos, pero somos lo bastante adultas como para parar cuando las cosas se están subiendo de tono, a ninguna de las dos nos gusta gritar y cuando empezamos hacerlo en una discusión, pedimos una pausa y cada quién se va a dónde quiera para tomar un tiempo fuera, después volvemos a hablarnos y arreglar las cosas.
Los años en la relación nos han hecho más sabías, conocía muy bien a Natasha como si fuera la palma de mi mano y ella me conocía muy bien, es por eso que ahora me miraba constantemente porque sabía que le estaba guardando un secreto, tengo pensado decírselo esta noche. Al terminar de comer salimos del local colocandonos nuestros lentes oscuros, Natasha me tomó de la mano y comenzamos a caminar por las calles para ir a nuestro nuevo hogar.
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-Mi padre está un poco molesto porque dice que nos quería en su casa-. Murmuró mi esposa haciendo que la volteara a verla.
-¿En serio? Me gusta su hogar pero ya sabes lo que dicen... El casado, casa quiere-. Conteste haciéndola reír y luego apretar mi mano.
-¿De dónde sacas esos dichos? Debes dejar de juntarte con tus amigas, te enseñan cada cosa-. Murmuró mi esposa negando con la cabeza haciendo que la empujara.
-Mira quién habla... Tú grupito de amigos son unos locos, todos ellos incluyendo al pobre Capitán América-. Le dije alzando mi ceja izquierda y ella solo se encogió de hombros.
