7: Sick partner

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Había llovido mucho los últimos días y el laboratorio clínico en el que trabajaba Seokjin a veces estaba demasiado lleno de gente. Tantas personas y tanta humedad lo hacían sentir como que hacía demasiado calor. Sin embargo, según el noticiero del clima, la temperatura era la más baja que había experimentado la ciudad en todo el año.

Seokjin sentía que se estaba ahogando.

—Doctor, ¿Puede señalarme el consultorio de audiometría? —Seokjin no era doctor, era psicólogo, ni siquiera era psicólogo clínico, pero no importaba que labor hicieras, si trabajabas en una clínica, eras un doctor.

—Oh, es el consultorio de al lado — señaló. Estaba comenzando a sudar y su tapabocas se pegaba a su rostro, la bata y el uniforme se sentían ásperos en su piel y él solo quería ir por Yoongi, comprar su maleta nueva, organizar sus vacaciones y olvidarse de todo por un tiempo.

Olvidarse de todo menos de Yoongi. Seokjin jamás querría olvidarse de Yoongi. Para el caso, pensar en él y en su viaje y en sus juegos interminables era lo que le permitía sobrevivir al día en una clínica llena de personas y gritos y desmayados aquí y allá porque les habían sacado demasiada sangre y no habían comido nada en toda la mañana.

Seokjin se tomó un tiempo de descanso para el tercer desmayado del día. Era media mañana aún y no tenía pacientes por atender por su cuenta. A veces eran entrevistas, a veces eran tests y pruebas psicométricas, a veces eran días de informes y tabulaciones. Se sentía mareado de pensar.

Se encerró en la pequeña sala de descanso con su desayuno y sacó su teléfono, su dedo bailó sobre el nombre de su persona y dudó por unos segundos. Yoongi sabía que Seokjin lo llamaba cada día a la misma hora porque era la hora en la que tomaba sus descansos, así que se aseguraba de siempre tener su horario despejado en ese momento para poder dedicarle unos minutos.

Vaya, que Yoongi no necesitaba decirle que le quería, Seokjin lo sabía, pero había pequeños momentos en que simplemente anhelaba tenerlo cerca y que dijera solo dos palabras, podrían ser su nombre o podrían ser te amo, pero que dijera dos palabras que pudieran encerrar su corazón en un fresco lugar organizado. Que lo sacaran del caos de la clínica.

Desde que Seokjin había comenzado a trabajar era menos el tiempo que tenían para estar juntos, pero pronto se irían de viaje y podrían ir a todos los museos, a todas las cafeterías y todas las lunas de miel que se habían perdido antes.

Dudó en llamar, sin embargo, porque era inevitable a veces sentirse inseguro.

Ya sabes.

Por cosas.

Al final no llamó, Yoongi lo llamó a él. Y contestó de inmediato, sin pensarlo porque era una respuesta automática, una conducta aprendida. Lastimosamente, lo primero que salió no fue lo que pensó que diría sino una tos estremecedora que vino desde lo profundo de su pecho.

Ah, así que por eso tenía calor.

—¿Hyung?

—Yoongi-yah, hyung se ha enfermado ¡Eres muy joven para enviudar!

—... Hyung, no vas a morir. Te resfriaste ¿Verdad?

—Lo siento, me dijiste que tomara el paraguas y lo olvidé.

Mm, no tienes que decir lo siento. No a mí, al menos, eres quien enfermó. ¿Quieres que vaya por ti?

—¿Lo harías?

Blow drying your beloved's hair and other extreme romance moves | M.YG - K. SJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora