Blow drying your beloved's hair and other extreme romance moves | M.YG - K. SJ

11: First time pt. I

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Seokjin miraba hacia arriba como los poetas miraban la luna antes de escribir un verso de amor. No era la luna, era el rostro de Yoongi. Le pareció que era más llamativo.

Yoongi miraba hacia abajo, hacia el rostro de la persona que amaba, con la intensidad con la que los pintores observaban los pequeños detalles de su obra. Y las yemas de sus dedos vagaban con suavidad y reverencia por las curvas y relieves del rostro de Seokjin. Trazaba sus límites y sus líneas definidas como si intentase aprenderlas de memoria.

Estaban tan cerca, Yoongi seguía sobre el regazo de Seokjin. Su bata de baño se había desajustado en algún momento y sus clavículas se veían ligeramente, iluminadas por la luz amarillenta de la única lámpara que tenían encendida. Seokjin estaba tarareando una canción mientras sus manos sostenían la cintura de su pareja y su nariz acariciaba la mejilla, la mandíbula y el cuello de Yoongi.

—Me haces cosquillas —la voz de Yoongi era lenta y suave. Un poco somnoliento de estar apoyado sobre Seokjin que era, posiblemente, la almohada más cómoda en la que se había recostado alguna vez.

Seokjin lo ignoró, en cambio preguntó —¿Cómo te sientes? ¿Aún mareado?

Llevaban algunas horas así, eran sorprendentemente resistentes al jet lag y al alcohol a partes iguales, así que sus extremidades relajadas en la alfombra y su charla suave y sus pequeñas caricias aquí y allá habían disipado un poco los efectos de la ebriedad y los tenía suaves y lánguidos en un abrazo superficial.

—Me siento un poco lento —respondió Yoongi —pero estoy bastante despierto.

—Me alegra —Seokjin besó su mejilla y mordió un poco solo porque podía, ganándose un golpe ligero en el hombro que fue oh muy divertido, porque Yoongi no era un maestro de la coordinación con más que varias copas de champaña en su cuerpo.

Ambos rieron sin razón por algún tiempo hasta que Yoongi se incorporó y volvió a mirar el rostro de Seokjin, en silencio, con los ojos curvados por la sonrisa suave que iluminaba su expresión como un árbol de navidad.

—Seokjin-ah —susurró, apenas un soplo de aire llevando en el viento la cadencia de su voz —¿Sabes que eres la primera persona que he amado alguna vez?

—¿Lo soy?

—Lo eres. También eres la primera persona que me ha gustado en absoluto. Eres el primer chico al que he agarrado la mano, con el que he ido a una luna de miel, al que he abrazado con tanta fuerza. No quiero que pienses que es el licor hablando por mí.

Seokjin no respondió, solo volvió a inclinarse para besar su mejilla. Sabía que si hablaba sucedería una de dos cosas, o posiblemente lloraría o se emocionaría demasiado como para arruinar el momento, ambas cosas harían que Yoongi dejase de hablar y no era algo que quisiera para el futuro próximo.

Yoongi se retorció en su agarre después del pequeño beso y resopló —No me desconcentres. Yo...lo que estoy tratando de decir es que quiero que todas mis primeras veces sean contigo.

Seokjin abrió la boca, como para responder, pero Yoongi fue más rápido incluso si aún tenía sus extremidades por todas partes y tapó sus labios con ambas manos —No tienes que decir nada. Yo sé...que no soy muchas de tus primeras veces, no me importa ¿De acuerdo? Pero quiero ser el primero que te entregue sus primeras veces voluntariamente. Quiero ser el primero al que ames con todas las fuerzas de tu corazón. Quiero ser el primero, y quiero ser el último.

Seokjin sintió que su mirada se calentaba y suspiró contra las manos de Yoongi, cerrando los ojos, contenido —Oh, mi amor...

Las manos de Yoongi se deslizaron lentamente, dulcemente, delicadamente, apenas rozando con las yemas de sus dedos los labios humedecidos por el vino de Seokjin, con reverencia. Sus propios labios se entreabrieron y miró con la misma intensidad con la que siempre miraba a Seokjin.

Observó cómo la manzana de adán de Seokjin se balanceaba mientras tragaba y sus manos viajaron a su cuello, acariciaron el lugar como lo había hecho un millón de veces antes y se inclinó, dejando un beso de mariposa, con los labios abiertos, sobre la piel caliente de su garganta.

Sus labios subieron al compás de los suspiros de Seokjin mientras su propio cuerpo temblaba por una y mil razones a la vez. Las manos que sostenían su cintura se tensaron y se deslizaron por su espalda, abrazándolo completamente. El rostro que se escondió en su propio cuello como buscando un lugar seguro de la avalancha de emociones y sensaciones, se sentía cálido contra su piel fría.

Los besos ligeros de Yoongi subieron por la mandíbula de Seokjin, por su mejilla, y se detuvieron a un suspiro de distancia de la esquina de sus labios.

—Seokjin-ah.

—Yoongi...

—Voy a besarte.

Sus labios dejaron una estela de fuego por la sensible piel de su rostro hasta que rozaron los labios de Seokjin, apenas una caricia, una ligera presión.

Se sintió como una descarga electrica y un vendaval.

El cuerpo entero de Yoongi se estremeció y se tensó a la vez cuando el toque experimental de sus labios se convirtió en un beso de verdad cuando Seokjin tomó el control.

Yoongi nunca había besado a nadie, su rostro nunca había estado tan cerca de otro rostro en el pasado. Entonces era masilla en las manos de Seokjin. Seokjin que tomó ambos lados de su cuello y mandíbula y movió sus labios. Seokjin que rozó su lengua por su labio inferior, abrió sus labios, profundizó su beso.

Seokjin.

Seokjin.

Seokjin.

Todo lo que podía pensar y sentir y adorar era Seokjin que lo besaba como si estuviese tratando de robarle el aire, de estropearlo para siempre y que lo estaba logrando con éxito.

Yoongi nunca había besado a nadie, pero pensó que podría besar a Seokjin toda su vida.

Honestamente, ¿Por qué era que no había querido hacer esto antes? Por supuesto, porque sabía que esto pasaría, porque sabía que una vez que besara a Seokjin se perdería por completo en ello.

Se sentía como prender fuegos artificiales en su pecho. Era más que solo estimular su corteza orbitofrontal. O sus labios, o su lengua, o su cuello, para el caso.

La voz pesada de Seokjin se sintió vibrar contra sus labios cuando se separaron con un chasquido —Concéntrate en mí, Yoongi. No pienses en nada más.

Y así lo hizo, un beso después, Yoongi ya no podía pensar en nada en absoluto.

Y se besaron. Y se besaron. Y se besaron. Hasta que Yoongi olvidó su nombre cuando su espalda golpeó la alfombra y olvidó qué día era cuando fue levantado en el aire y lanzado a la cama y olvidó quién era por completo cuando lo dejaron sin oxígeno luego de una cantidad más un millón de besos que lo dejaron estúpido sobre la almohada.

Se quedaron dormidos en la madrugada, con los labios hinchados y las piernas entrelazadas, abrazados como cada noche. Ambos habían olvidado por completo que habían viajado a otra ciudad, solo podían pensar en el nombre del otro, en el abrazo cálido, en que habrían más besos por la mañana.

En que habrían más besos para toda la vida.

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N/A: Mi cerebro fue brrrrrrrrrr.