15: Soulmate

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Yoongi tuvo un sueño.

En su sueño, que fue largo e ininterrumpido, las cosas que sucedieron se sintieron tan reales que, incluso después de despertar, sintió que quizá habían pasado alguna vez. De alguna manera. En algún sentido.

Las personas a su alrededor, en el sueño, llevaban dragones tatuados en sus antebrazos. Dragones de colores y formas diferentes. Como distintas especies. Tuvo problemas para encontrar dragones parecidos, pero nunca encontró alguno exactamente igual al anterior.

Su dragón era de color negro en la cabeza y las alas, su cola también y se enroscaba alrededor de su antebrazo como si le abrazara. Sin embargo, su escala inversa era de un color más claro y se degradaba en la parte inferior de su abdomen a un rosa pálido.

Tenía la expresión de furia que a veces se veían en las pinturas antiguas.

Las escamas sobre su piel eran tan detalladas que Yoongi creyó que casi podía sentirlas cuando las tocaba y brillaban de la misma forma en que su pendiente de turmalina destellaba cuando le pegaba la luz del sol.

Lo acarició ligeramente y pensó que sintió a su dragón retumbar en su pecho de una forma bastante lamentable.

Parecía que los dragones de la mayoría de personas a su alrededor también estaban tristes.

En su sueño, Yoongi caminó entre personas y puentes y lagos y caminos sinuosos durante un largo, largo tiempo. Como si hubiese perdido algo y lo buscara desesperadamente.

—No lo encontrarás—dijo una voz. Y la cosa con los sueños era que siempre pensarías que la voz era de determinada manera, pero en realidad estabas escuchando tu propia voz como si fuese la de alguien más.

Entonces Yoongi no sabía quién le había hablado, solo sabía que se había sentido extrañamente triste cuando escuchó lo que dijo. Y que había querido llorar y que su dragón había retumbado con dolor, se había enroscado con más fuerza en su brazo y había escondido su expresión entre sus alas.

Yoongi se sentía triste porque no podía encontrar lo que sea que hubiese estado buscando.

Fue solo más tarde en su sueño, cuando vio a dos personas llevar en sus antebrazos el mismo dragón azul marino que supo lo que significaban las almas gemelas.

Almas gemelas como personas que llevaban tatuado el mismo dragón que tú y que se suponía que eran tu destino. El destino llevaba su nombre y llevaba sus alas.

Así que Yoongi buscaba a su alma gemela con la desesperación de una cola que se enrosca con dolor y un retumbar de vibraciones con decibeles distintos que sonaban como el nombre de una persona que no podía escuchar.

La cosa con los sueños en los que sabías que era un sueño era que no podías hacer demasiado al respecto. Así que sabía que estaba soñando, pero a la vez no lo sabía, y su cerebro parecía nadar en una niebla indistinta que lo cubría todo del color de las cosas que no se pueden ver con facilidad.

Yoongi siguió buscando y caminando a pesar de que parecía estar estancado para siempre en el mismo lugar y pensó que ojalá, ojalá, su alma gemela fuese luz de la luna y espacios abiertos para volar.

Ojalá su alma gemela fuese voz de canto y silencios cómodos y fuese como poesía aunque no supiese interpretarla.

Ojalá su alma gemela diera abrazos apretados y besos en la frente. Ojalá su alma gemela pudiese tomarlo de la mano y secar su cabello con aire caliente.

Ojalá su alma gemela fuese obra de arte.

Ojalá su alma gemela aceptase su amor imperfecto.

Ojalá su alma gemela lo amase de la misma forma imperfecta en la que amas las cosas que llevan el nombre del destino.

Yoongi no creía en las almas gemelas, pero esperaba con la convicción con la que escribes las cartas de amor, esperaba pacientemente que, en realidad, existiese un alma que fuese para él. Esperaba que su alma fuese para esa persona también.

El tiempo pasa de forma extraña en los sueños. Yoongi lo sintió incluso antes de que pasara, sintió que habían pasado siglos y que pronto despertaría.

Su alma gemela nunca apareció, pero antes de abrir los ojos, antes de despertar a un mundo donde no existían los dragones que cantaban un nombre impreciso, creyó ver el destello de una cabeza castaña que pasaba por el extremo más alejado de su visión periférica.

En ese momento lo supo. Lo supo como se saben las cosas que deben suceder.

Es esta persona, y solo esta persona.

Es, para siempre...

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Su brazo estaba atrapado cuando despertó.

De costado, se había acostumbrado a ser la cuchara grande desde que Seokjin se asustaba con facilidad. Así que su espalda estaba pegada al pecho de Yoongi mientras que su cabeza se apoyaba en el brazo derecho extendido por debajo de la almohada, soportando el cuello de Seokjin.

La cabeza de Seokjin estaba ligeramente hacia abajo y, con cada respiración, sus labios entreabiertos rozaban cierto punto de pulso en el antebrazo de Yoongi, sus pestañas aleteaban con pequeños toques sobre la piel y el aliento le acariciaba con aire caliente allí donde su sangre circulaba con vacilación.

Lo apretó más contra su pecho, esperando no despertarlo de su sueño y metió su nariz en el cuello de Seokjin, buscando de nuevo su sueño esquivo a las primeras horas del amanecer.

Es esta persona, y solo esta persona.

Es, para siempre, mi alma gemela.

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N/A: lo debía, lo sé. Los días han estado crueles. Pero se hace lo que se puede.

Las cosas no han estado del todo bien por aquí, conmigo en general. Y bueno, no sé realmente qué decir. A veces es normal no saber qué decir.

A veces es normal quedarse sin palabras.

Espero que estén bien

Blow drying your beloved's hair and other extreme romance moves | M.YG - K. SJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora