23: Moving house

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No era como si no hubiesen estado viviendo juntos por siglos.

Se habían casado de forma simbólica en su aniversario aleatorio número cinco y habían estado trabajando duro para tener sus vacaciones y su sexta o séptima luna de miel.

Trabajaron día y noche porque Yoongi aún debía el crédito de la colegiatura y porque Seokjin tenía muchos gastos en el apartamento de alquiler en el que había vivido los últimos años. 

Entonces un día Seokjin solo había dicho deberíamos comprar un apartamento más grande para los dos, y solo así habían comenzado a depositar en una cuenta de ahorros, solicitar créditos al banco y buscar apartamentos rentables en zonas, al menos, seguras.

Pero no fue sino hasta su sexto aniversario aleatorio que, en medio de su celebración, a medio camino de la habitación, Seokjin sacó un sobre de papel de debajo de la almohada y miró a Yoongi con pura picardía en los ojos.

—Adivina qué es.

Yoongi, agitado, rojo, un poco mareado y estúpido, dijo —¿Papeles de adopción?

Seokjin bufó una risa que luego se convirtió en una carcajada porque estaba bastante borracho y porque Yoongi era muy lindo así que terminó echándose sobre el pecho del otro, casi arrugando el sobre en su mano.

—¿Adopción de qué?

—Min Holly necesita otro papá.

—Min Holly ya tiene otro papá y no necesito papeles de adopción para probarlo. Prueba otra vez.

Yoongi suspiró y descansó sus manos en el cabello de Seokjin, que descansaba su cabeza en su pecho tranquilamente.

—¿Son tus certificados de notas de la universidad? El otro día dijiste que estabas bastante orgulloso de ti mismo.

Volviendo a reír, Seokjin mordió el pecho de Yoongi, ganándose un golpe en la cintura que se dio sin demasiada fuerza.

—¡Yah! ¿Por qué te daría mis certificados de notas en nuestra noche de aniversario?

—Suena como el tipo de cosa que harías.

Yoongi no pudo adivinar al final, así que Seokjin solo tuvo que resignarse a que su casi esposo estuviese más concentrado en la camisa semiabierta de Seokjin que en sus negocios actuales y sacar los papeles que tenía en el sobre.

—Ganamos —agitó el papel por la cara de Yoongi con suficiencia y observó el momento exacto de realización en el rostro del otro. Extremadamente orgulloso de sí mismo.

El mes anterior habían conseguido un apartamento perfecto para sus necesidades y presupuesto actuales, en un buen barrio, un solo piso, aparentes buenos vecinos y buen flujo de transporte, solo para descubrir que habían, al menos, cuatro parejas más interesadas.

El hecho de que ellos fuesen una pareja de hombres no los ayudaba mucho a ganar su caso y tampoco estaban en posición de ofrecer más al valor de la unidad. Así que se habían resignado a proponer la compra sin muchas esperanzas.

Era solo que Seokjin no era de los que se quedaba sin hacer nada. Persuadió su camino hasta la mujer dueña del apartamento y al final, obtuvo la confianza suficiente como para obtener un buen trato.

—No pudo resistir mis encantos profesionales. ¿Honestamente? La entiendo.

Yoongi seguía pasmado mirando los papeles, leyendo desde la primera hasta la última letra hasta que su vista llegó a la impresión de tinta negra de sus dos nombres.

—Tenemos un apartamento propio —susurró.

—Bueno, sigue siendo el préstamo del banco el que tenemos que pagar, pero técnicamente, es nuestro.

—Nuestro.

—Ajá.

—Nuestro primer patrimonio material.

—Ciertamente.

—Nuestra casa.

Yoongi levantó su vista y miró a Seokjin con una expresión que fácilmente podría destruir imperios y gobernar ciudades. Seokjin se sintió un poco abrumado.

—Esta es solo la copia del contrato. Lo podemos ir a mirar y firmar juntos la otra semana. Entonces, oficialmente será nuestra casa...y del banco. Pero esencialmente nuestra.

Yoongi no dijo nada por mucho tiempo. Con cuidado, volvió a meter los papeles en el sobre y, muy despacio, deslizó su camino hasta el regazo de Seokjin, donde se envolvió a sí mismo como un koala y suspiró dramáticamente.

—Solo nos falta un hijo y habré cumplido todos los sueños de mamá para antes de los treinta.

—En primera, ya tienes treinta. En segunda, ¿Qué hay de Min Holly? Deberías decir otro hijo o un hijo humano al menos.

—¿No te opones?

—¿A la idea de tener hijos? —Yoongi asintió en silencio —Mm... Quizá no, no lo he pensado demasiado. No es como si nos dejarán. Pero...ya sabes, a veces pienso en el futuro.

—Yo también.

—Y ahora tendremos una casa para pensar también.

—Una casa, un esposo y Min Holly.

—Suena como un buen partido.

El mejor de todos.

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Blow drying your beloved's hair and other extreme romance moves | M.YG - K. SJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora