The Sirens [Zodiaco] [TS]

C H A P T E R T W E N T Y T W O

Géminis

-Muy bien chicos, abran sus libros en la página 356 —rodé los ojos mientras mi mejilla estaba apoyada sobre mi mano izquierda. -Hoy nos toca la primera Guerra Mundial.

Oh Dios no, ¿hay más guerras?.

La historia de la raza humana era tan aburrida, no había trompetas mágicas, cantos de sirenas mortales, varitas y cetros mágicos. Solo eran puros cañones, balas, bombas que destrozaban hasta todo un pueblo completo.

Suspiré lo más bajo posible para que la profesora no me oyera, no quería que me reclamara o me diga "Como veo que está tan aburrida y sabe el tema, dé la clase usted", eso iba a ser sumamente vergonzoso.

Tomé el lápiz que estaba a un lado de mi cuaderno y comencé a dibujar disimuladamente, como si estuviera tomando apuntes de una guerra que ni siquiera sucedió en mi mundo. A decir verdad, era muchísimo más fácil dibujar aquí; todas las líneas que trazaba se veían a simple vista y no era necesario pasar muchas veces para que se notará que era.

Aún no recuerdo de dónde había nacido ese amor por el arte, creo que cuando era pequeña —y me dejaban salir del castillo con tranquilidad—, llegué hasta un barco hundido, algo alejado del reino, y noté que había unos cuadros con platico, le saqué un poco de algas que estaban pegadas al material y mis ojos brillaron ante tal hermosura. Simplemente el arte me enganchó y desde ahí quise, alguna vez, hacer cuadros así —claro que no iguales porque las técnicas y materiales eran distintos—.

Estaba retocando una pequeña parte cuando un papelito doblado en un cuadrado pequeño llegó al medio de mi hoja. Miré a mi costado encontrándome con Leo y una linda sonrisa que derretía hasta los mismos cascos polares.

Mis cejas se fruncieron y abrí el papel con cuidado sin saber que era lo que decía y mi confusión no se fue para nada al leer unos nombres bastante extraños y que alguna vez oí por parte de mi madre: Gran Bretaña, Francia y Serbia.

¿Y esto? ¿Se come o qué?.

Lo miré aún más confundida y él se rió un poco, ¿acaso mi confusión le da gracia?. Segundos después tocó su cabeza repetidamente con su dedo, como si dijera que me lo memorizara. ¿Para qué?.

Negué con la cabeza y seguí dibujando, dejando el papelito a un lado. A veces los humanos eran tan raros que ni siquiera el más inteligente de ellos podría saber el porqué hacían las cosas que hacían.

Gran Bretaña, Francia y Serbia.

Gran Bretaña, Francia y Serbia.

Gran Bretaña, Francia y Serbia.

¿Qué haces?

Si no lo haces tú, concientemente, lo haré yo.

¿Pero para qué?

Estamos en el mundo de los humanos y si uno de ellos te dice que lo memorices, lo memorizas.

Buen punto subconsciente, buen punto.

-Señorita Géminis Sea —elevé rápidamente mi cabeza por la voz de la profesora. -Como veo que está tomando muchos apuntes, dígame dos países que participaron en la primera Guerra Mundial