The Sirens [Zodiaco] [TS]

C H A P T E R T W E N T Y T H R E E

Leo

Sonreí estirando el dibujo hacia arriba. Estaba tumbado en la cama, con mis brazos estirados hacia arriba, sosteniendo el dibujo que Géminis había hecho de mi.

Hasta en papel era muy guapo.

Era yo, viendo hacia el frente mientras nos explicaban la primera guerra mundial. Creo que había sido casi al comienzo de la clase, o bueno, la posición no me decía cuando me había convertido en la musa de ella.

-¿Y a ti que te sucede? —Capricornio me hizo dar un respingo.

-¿P-puedes tocar la puerta? —le reclamé mientras doblaba el papel rápidamente y me levantaba apresuradamente.

-Ni que estuvieras haciendo drogas en la habitación, dramatico —lo miré de mala gana al estar parado al frente de él, con los brazos cruzados.

-¿Qué quieres?

-¿Qué te sucede?

Ambos nos miramos un tiempo, con los ojos entrecerrados.

-¿Por qué preguntas...? —dije en una voz muy curiosa y sospechosa.

-Porque apenas si entré, casi te tiras por la ventana del susto. ¿De qué es ese papel? ¿De cocaína?

-Podría... —desvie la mirada. -En fin, ¿Que querías, hermanito?

-¿Viste que Cáncer y Aries andan muy raros? —mis ojos volvieron a él.

Al fin algo en lo que estaba de acuerdo.

-Desde hace unos días. Ayer los ví cuchicheando en la cocina y a penas si me acerqué, hicieron poses casuales. Creo que Cáncer se quebró algo cuando se cayó de la isla de la cocina —Capri me vio con una ceja levantada. -Que sexy, ¿Has pensado en ser modelo?

-Leo, céntrate —me vio un poco avergonzado. -Y gracias, ya lo sabía

Después dicen que yo soy el egocéntrico.

-¿Solo por eso viniste a irrumpir en mi sagrada privacidad? —le pregunté con mala cara.

-Leo, cagas con la puerta abierta en el baño del pasillo, ¿Desde cuándo te importa la privacidad?

-Desde que me acostumbré a ir al baño en mi habitación —el rodó los ojos y se dió la vuelta para salir.

Con una mano sobre el picaporte giró su cabeza y me vió con el ceño fruncido.

-¿Te gusta Géminis? —estoy seguro que mi cara era un completo cuadro porque Capri se giró nuevamente para avanzar un poco hacia mi.

-¿Qué?

-El dibujo es de géminis ¿no? —pero...

-¿P-pero cómo?

-¿Te gusta?

-No —le respondí con rapidez y eso hizo que Capricornio eleve una ceja.

-Contestaste muy rápido

-Hablo muy rápido desde siempre —mentira, era mentira, estaba nervioso por alguna razón.

Y no.

No me gustaba la tercera de las hermanitas.

-Ya... Leo sabes que no puedes salir con ella ¿no? —tragué saliva mientras tenía su mirada seria sobre mi. -Está prohibido, además, ellas se irán en un algún momento así que no pierdas el tiempo ¿si?

-¿Desde cuando sentir algo es una perdida de tiempo?

-Desde que son unas malditas sirenas, Leo. Y dudo que ellas se queden aquí por chicos, es muy estúpido —se dió la vuelta de nuevo dejándome con las palabras en la punta de la lengua. -Papá y mamá ya nos advirtieron, y si lo hacen, es por algo.