C H A P T E R S E V E N

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Aries

Estaba a punto de llorar por el dolor en mis oídos, se los juro por todas las aguas que en cualquier momento me desmayaria. Sentía todo tan distante y lejano... me sentía tan vulnerable... tan lejos de casa y mi mente repitiendo esto no es real. Pero lo era, era la horrible realidad de estar alejada de mis padres, de mi reino, de mis amigos y hasta de mi propia forma natural... alejada del agua.

Luego de unos segundos ese horrible sonido se detuvo pero aún así sentía mi corazón latir a una velocidad increíble y mi respiración tratando de calmarse con cada latido, no sabía por cuánto tiempo la habría estado manteniendo pero de que fue por mucho tiempo, lo era.

Acaricie mis oídos a medida que sentía que el dolor se calmaba. Mis ojos aún estaban fruncidos por la intensidad de todo, a penas si podía respirar tranquilamente. Ya era como las 3 vez que nos estaban haciendo esto en el día y les juro que este dolor no era casi nada comparado a la primera vez, era simplemente diferente y mucho más liviano —ni se imaginan el primer intento—. Gloria y Patrick estaban felices por el poco avance que estaban obteniendo.

-¿Fue mucho más liviano que la otra vez? —preguntó Patrick, solo asentí aún con mis oídos ardiendo un poco. Ni siquiera veía a mis hermanas. -Eso es algo muy bueno. Por ahora lo dejamos aquí, a la tarde continuamos que es cuando los chicos no están 

Suspiré al saber que el dolor se había ido casi completamente. Me dejé caer contra el respaldo y abri los ojos para ver el techo de madera barnizada —que por cierto olí el barniz sin querer y es horrible—.

-¿Qué hacen por las mañanas? —pregunté suavemente ya que aún estaba un poco vulnerable.

-Ellos comenzaron a entrenar para la competencia de surf. Este año compiten por la copa senior en equipo y en individual la copa máster. —comentó Gloria con gran orgullo.

El surf. Un deporte que me llamaba la atención ya que tenía que ver con el mar y agua, pero aunque quisiera no me podía ni caer una sola gota en la piel o me saldría mi cola de sirena.

-Piscis es bastante fan —giré levemente mi cabeza para ver a Sagi —y a todas mis hermanas— en la misma posición que yo.  -A penas si dije Sidney, me bombardeó con todo eso. Agradezco de que haya mar en ese país.

La verdad es que le atinó al país nuestra hermanita. Al menos nos contó a todos lo que había dicho como para que no metieramos la pata bien hondo. Cosa que casi hago cuando me preguntó Cáncer antes de presentarnos, juro que casi voy al océano y salto para desaparecer al ver como balbuceaba, de suerte Patrick nos interrumpió y le pidió a Cáncer que lo ayudase a cortar el césped.

-Todos son grandes fanáticos del surf. Desde pequeños lo practican, ganaron bastantes competiciones —Patrick nos sonrió con orgullo hacia ellos. -Tal vez sus notas no son las mejores pero son buenos en algo, y con que les guste me hace feliz —okay, eso fue extremadamente tierno. -mientras no me reprueben nada —su cara cambió completamente a una que me recordó a mi padre. Por algo era su mejor amigo, ambos eran igual de severos.

Eso ya no fue nada tierno.

Gloria junto con su marido nos trajeron unas barras de chocolate —las cuales se habían vuelto mi adicción desde que llegué—, según ellos eso nos recompondría un poco. ¿Entonces si me siento mal me darán una barra de chocolate?. Bueno, para la próxima me enfermo y me dan una bolsa completa de barras de chocolate.

The Sirens [Zodiaco] [TS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora