The Sirens [Zodiaco] [TS]

C H A P T E R T E N

Un saludito recargado de amor para @Jesi-chann y @CChachel. ¡Gracias por su apoyo tan incondicional :"D❤!

Leo

1 sola cosa.

Estábamos jodidos hasta la cabeza.

Les explicaré con más detalles. Nuestros padres se habían ido esta mañana a una fiesta, nos ofrecieron ir con ellos pero nos negamos ya que teníamos que entrenar. Créanme que sí entrenamos, pero lo que comenzó como una reunión de amigos en casa, acabó con una fiesta multitudinaria que se nos había hecho imposible controlar.

¿Cuánto tiempo nos queda?

50 minutos exactos.

¿Qué hora era?

Como las dos de la mañana.

Todo en casa estaba lleno de vasos de color rojo, habían papeles tirados por allí, comida —que trajeron— y hasta manchas de cerveza. Estaba hecho un maldito desorden todo, era imposible que pudiésemos limpiar todo esto solos.

No sabía como habíamos acabado así. La fiesta se dio como a las ocho de la noche, que en realidad era una pequeña reunión de a penas diez personas, contándonos. Así es, solo habíamos invitado a cuatro personas, pero esas personas invitaron como aproximadamente noventa —se los juro—. Mientras noventa y cuatro personas se divertían, nosotros estábamos evitando que subieran hacia arriba, rompieran cualquier cosa delicada, despedazaran los libros.

¿Así nos veíamos en otras casas?

-Ya está, estamos muertos —sentenció Tauro viendo todo el desorden en la sala. Lastimosamente no podía negarle aquello, esto solo era la sala de estar, no se quieren imaginar el patio, la piscina y la cocina.

-¿Qué haremos?. Yo quiero salir lo último que queda de vacaciones, no quiero pasarmela encerrado —al momento en que Piscis dijo eso oímos como alguien bajaba las escaleras. Era Géminis, bajaba con cuidado viendo todo el desorden que era esto.

Ella era una chica muy linda, en su cabello habían pequeños tirabuzones que se transformaban en una gran melena ruluda de color castaño oscuro, su tez era morena y sus ojos de un lindo color almendra. Sus labios eran bastante gruesos dándole un aire bastante atractivo —aún más de lo que ya era—, tenía una hermosa nariz que de seguro casi todas las chicas en Honolulu querían tener. Demonios, realmente era hermosa.

-Veo que ya terminaron su fiestita —nos dijo una vez que camino por toda la sala pateando vasos y papeles. -¿Cuando llegan?

-En 45 —le respondí y ella alcanzó a hacer una mueca porque sabía que estábamos en un aprieto.

-Buena suerte —caminó directo al umbral gigante que daba al comedor y nosotros nos miramos pensando lo mismo.

-¿Nos podrían ayudar? —preguntó Cáncer a lo que ella se detuvo y giró lentamente con una sonrisa divertida.

-Si, claro —estaba a punto de suspirar por lo que había dicho pero luego esa sonrisa se borró. -¿Saben? Tuve el deseo de que pagaran por lo del diario, por tocar nuestras cosas sin permiso y molestarnos. ¿Y qué mejor que se hundan en sus propias aguas? —nos sonrió con malicia.

No podía creer que ella era una de las chicas que parecían dulces y amables todo el tiempo. Pero en cierta parte tenía razón, habían pasado 6 días desde aquello y nos trataron de lo peor en ese tiempo. Sin dudas eran chicas muy rencorosas y vengativa cuando querían.