C H A P T E R T W E N T Y S E V E N

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Piscis

Mi humor no podía estar más que grandioso.

Cabe resaltar que era puro sarcasmo y mi domingo iba de mal en peor, y eso que a penas estaba desayunando.

-¿Cariño...? —mi mamá tocó mi espalda y sentí como la dureza que había tenido hasta ahora, se desmonoraba.

Vi a mi mamá con los ojos de un cachorrito tirado en la calle, desamparado y sumamente solo. Ella me abrazó y yo la abracé por su cintura, ya que yo estaba sentado mientras desayunaba y ella a un costado mío.

-Gloria, no malcries al muchacho. Ya tiene casi 18 como para que ande lloriqueando por una simple muchacha —me giré con los ojos fruncidos.

-Callate, que la abuela siempre te salvaba las papas con mamá —le saqué la lengua y el arrugó su periódico al saber que yo tenía razón.

Volví con mamá quien seguía resfregando mi espalda. La verdad es que este noviazgo había sido muy tóxico, pero era tan adictivo estar ahí... se sentía bien por momentos y como que algo cambiaría si esperaba más, que todo estaría bien porque era cuestión de tiempo. Y al final, después de tanto esfuerzo, ella me terminó antes de que yo pudiera hacerlo... se sentía fatal.

-No era para ti, bebé —resoné mi nariz en su delantal. -Cariño, después cuesta quitar tus mocos pegotes, trata de no derramarlos en mi nuevo delantal —asentí lentamente y acarició mi cabello haciendo que cierre mis ojos. -Ya pasaste por mucho en ese noviazgo, hijito. Es hora de que descanses ¿si?

-Si, mami —me separé de ella para comer mis waffles con cierta tristeza.

-Hijo —me giré hacia el frío de mi padre. Había decidido hablar cuando mamá se fue a levantar a mis demás hermanos y a las chicas. -Busca a alguien que te haga feliz siempre y no momentáneamente. Porque cosas o personas que te hacen feliz por momentos, no se merecen tu tiempo, después de todo solamente son temporales —el waffle se cayó de mi tenedor al quedarme quieto en mi lugar. -Lissa es una niña que tampoco merecía la pena cariño, no sé si sea tan mala persona pero definitivamente no me gustaba para ti.

Me levanté de mi asiento y mi papá me veía algo confundido, con su periódico entre sus dos manos. Al llegar me lancé sobre él sobándome la nariz.

-¡Papi! —su periódico cayó por la impresión y no me abrazó, solamente se limitó a darme palmaditas.

-Si, si hijo, está todo bien —noté que se sentía incómodo.

-¡Te quiero mucho, papá! —resfregué mi nariz en su atuendo de domingo.

-Yo también hijito, pero no quiero mocos en mi camisa preferida —asentí rápidamente y me separé de él. -No sé dónde habrás salido tan llorón —murmuró y lo oí, pero lo dejaría pasar.

Volví a comer mi waffle sin ganas, encima era integral. Mamá había estado mucho con esos canales de dieta, según ella quería establecer un límite de calorías para tener una de las mejores familias de Hawaii.

Pero obviamente se trataba de un reto de televisión para ganar algún premio, ya todos conocían a mamá, así que terminamos aceptando a duras penas porque sino nos dejaría sin herencia y a papá sin sus sábados de carreras de caballos.

The Sirens [Zodiaco] [TS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora