C H A P T E R F O U R T E E N

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Piscis

-¡¿Cómo demonios no me lo dijiste?! ¡Soy tu maldita novia, imbécil! —mantuve mi cabeza agachada, jugando con mis dedos sentado en el sillón.

Estaba gritando hace como  treinta minutos, y les juro que mis oídos se atrofiarían si seguía gritando de esa manera. Parecía una maldita foca marina mezclada con una cacatúa que le gustaba la ópera, solo que era desafinada.

Lo sé, mis comparaciones son increíbles y hermosas.

Pero no era hora para comparar a mi novia con una rara especie que llamé Focatúa.

-¡¿Al menos me estas escuchando?! —alcé mi cabeza asintiendo casi mecánicamente. -¡¿Por qué rayos están viviendo aquí?! ¡¿Contigo?!

-No solo están conmigo Lissa, también estan mis hermanos y mis padres. Además de que esta no es solo mi casa, hay otras personas viviendo aquí, y son las que me dan de comer y me educan. Así que a mi no me eches la culpa —Lissa se me quedó viendo quieta, tanto que podía decir que alguien ña había convertido en estatua.

¿Alguna de las Sea tendrá poderes tipo medusa?.

Si es así, gracias a cualquiera de ellas.

-Realmemte eres un idiota, me largo. Llámame cuando no intentes engañarme —tomó sus cosas que reposaban en el sillón individual. Okay, solo estaba pensando en las mil maneras de matarme, no estaba convertida en estatua.

-Lissa, escúchame —me levanté apresuradamente mientras ella caminaba con rapidez hacia la puerta.  -Por favor, no seas inmadura —la perseguí pero no se detenía.

-¡No me vuelvas a decir inmadura, imbécil! —abrió la puerta y la cerró con una cruda brutalidad.

Suspiré y subí las escaleras ignorando las ganas que tenía de correr tras ella. No estaba de humor, no podía creer que pensara que la engañaba con alguna de las hermanas, eso era completamente imposible. Ella era mi novia pero no tenia ni un gramo de confianza en mi, ¿de que servía estar en una relación si no había confianza?, era como comer un sándwich sin pan o una hamburguesa sin la hamburguesa —valían las vegetarianas—. Realmente era algo fundamental en cualquier relación.

¿Engañandola?

¿De dónde carajos sacó que la estaba engañando?

Para empezar, el que se debería quejar aquí, soy yo. Ella anda coqueteando con todos mis amigos y por más peleas y reproches que le dé, lo sigue haciendo.

¿Soy un tarado?

Si, lo soy. Pero de alguna manera ya me había acostumbrado a ella y a sus estupidos berrinches.

En lo único que tiene razón es en que eres un imbécil.

Oh cállate mini-yo.

Al terminar de subir a la segunda planta, me di con Sagitario, estaba apoyada contra la puerta de su habitación y viendo a la nada misma. Se veía preocupada y culpable. Lo último que me faltaba, que alguien más saliera afectado de esta pequeña pelea entre mi novia y yo.

-Hey —Sagitario levantó la cabeza inmediatamente al escuchar mi voz. -¿Qué ocurre?

-Lo siento —se acercó a mi a paso lento. En su voz había una latente culpabilidad.

The Sirens [Zodiaco] [TS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora