Cambia su vida. [Corrigiendo]

La Celebración.

(Día antes de la celebración)

Lan WangJi llegó sin problemas a la ciudad de QiHei, cerca del camino Qiongqin.

Vio las túnicas color rosa y se acercó.
Habló con voz serena. —Luo-guniang.

La mujer mencionada dió la vuelta, devolviendo el saludo con formalidad.
—HanGuang—Jun

Ambos se inclinaron en reconocimiento por el otro.

—Gracias por venir.

La mujer sonrió. —No hay problema, es una sorpresa haber recibido una carta de su parte HanGuang-Jun.

Lan WangJi asintió. —Me gustaría conversar con usted.

Probablemente nadie podría pensar en una buena razón para que Lan WangJi hablara con ella, pero mucho menos una mejor razón para rechazarlo.

—Claro, ¿De qué le gustaría hablar?

Lan WangJi la había citado en el pueblo más cercano temprano por la mañana. El bullicio era menor que durante las tardes pero no quería seguir en medio de la calle. Había una posada que ofrecía comida y hospedaje. Ya que sólo necesitaban la primera, Lan WangJi le indicó con la mano hacia el lugar.
—¿Me acompaña dentro?, necesito tiempo.

Luo QinYang aceptó.

Ambos caminaron hasta el lugar, Lan WangJi pidió una mesa apartada como siempre. A pesar de que no importaba donde iba, su ropa de luto y su aspecto angelical siempre llamarían la atención. Aún así siempre trato de mantenerse lejos de la gente y el bullicio.

El hombre que atendía era especialmente vivaz y enérgico, los guió hasta una mesa apartada del resto que tenía una cortina de bambú en la esquina más recondita del lugar. El chico sonreía como si fuera el sueño de su vida atenderlos.

Lan WangJi miró a la mujer. —Invitaré la comida, puede ordenar Luo-guniang.

Luo QingYang era una mujer recatada, y bastante independiente. Por lo que su primera reacción fue rechazar la cortesía. —HanGuang-Jun, no es necesario, de verdad.

Lan WangJi asintió. Comprendiendo que insistir no siempre era lo correcto para la otra parte. —Puede ser un té.

La mujer sonrió. —Ya que insiste, eso estaría bien.

El hombre que servía en la tienda se acercó. Con la sonrisa enmarcando su rostro y sus hoyuelos adornando cada extremo de su boca. —¿Qué les gustaría ordenar?

Luo QingYang fue la primera en ordenar. Aún con la mirada baja. —Un té verde esta bien.

Lan WangJi asintió —Lo mismo.

El joven asintió con estusiasmo.—En un momento los traeré.

Cuando se retiró detrás de la cortina y los pasos se alejaron Lan WangJi habló:
—Luo-guniang, mañana se celebrará el primer mes de Jin RuLan.

Ella levantó la vista. —Si... Es bien sabido.

—¿A usted le desagrada Jin ZiXuan?

Luo QingYang levantó las manos rápidamente. —No, claro que no, de hecho, es un alivio que no haya sido como Jin GuangShan, y muchos otros discípulos del clan Jin, como Jin Zixun. Estoy muy agradecida con él por su ayuda en la Cueva de la Matanza XuanWu, así como con usted y todos los jóvenes que no me entregaron.

Tan pronto como terminó, sus pestañas temblaron y bajó la mirada. —Después de todo lo que pasó no pude agradecer correctamente, al final también terminé abandonando la Secta Jin. Muchos de los jóvenes que me ayudaron ese día murieron posteriormente en la guerra.