Cambia su vida. [Corrigiendo]

Sonrisas de dulce.

Holaaa, estoy muy contenta de decirles que pronto seré tía de gemelos. Entonces estoy pensando mucho en la unión familiar últimamente y me permití escribir este pequeño capítulo con un poco de mi felicidad. El próximo capítulo se desarrollarán los anuncios de boda públicos y también la boda como tal. Eso nos estaría acercando al final de esta historia. Sin embargo todavía falta un poco para eso. Seguramente estará terminando en el capítulo treinta.

Bueno, si han llegado hasta aquí, les agradezco de antemano todo su apoyo, sus votos y sus lecturas, además de sus bonitos comentarios que de verdad aprecio y me ayudan mucho. Les mando muchos besos y les deseo lo mejor a todos. Que pasen una excelente noche y que siempre tengan salud y felicidad. ❤️✨

Después de una noche acalorada Jiang Cheng despertó en la tarde, las rayos del sol se filtraron por la ventana, y se obligó a despertarse completamente cuando el aroma familiar de la comida llegó a su nariz. Se levantó de la cama y se sentó aún mareado, el trapo húmedo que tenía en la frente se deslizó y cayó en sus manos. "Fiebre". Pensó para sí mismo y entonces... Imágenes completas de la noche anterior se pintaron en su mente. "No puede ser" .Se condenó a sí mismo. Hace dos días estaba golpeando a Lan XiChen por su descaro, y está noche no sólo fue un descarado también, sino que, él mismo incitó al hombre mayor. "No es como si lo hubiera obligado. Apenas y se contuvo".
Ante el recuerdo vívido de lo ocurrido sus mejillas se llenaron de sangre y entonces la voz dulce sonó para interrumpir su viaje a la luna.

—Te ves feliz A-Cheng. —Una risilla escapó de los labios de Jiang YanLi al ver como Jiang Cheng casi perdía el alma en respuesta. —Ya no tienes fiebre, pero estas muy rojo... Quizá si tengas un poco.

Jiang Cheng junto las cejas mientras se cubría la mitad del rostro con la sabana. —¿Te estás burlando de mi A-Li? —Preguntó con tono áspero y ojos brillosos.

Ella sonrió. —¿Hay algo de lo que debería burlarme?

Jiang Cheng arrojó la manta a un lado y se bajó de la cama, hasta llegar junto a su hermana que estaba sentada frente a la mesa. Ella vestía sus túnicas moradas con rosa, pero había en ellas los tejidos dorados demasiado obvios para ser ignorados. —Me alegra verte A-Li. Te he extrañado mucho. —El destapó el plato frente a él, el aroma que percibió fue ese mismo que tanto apreciaba. Sopa de Raíz de loto con costillas. El sonrió y le dedicó una mirada cariñosa a Jiang YanLi.

Después de terminar la comida traída por su hermana ella parecía impaciente observandolo. Jiang Cheng suspiró. —Yo decidí unir las Sectas. No lo consulte contigo antes...

Ella meneo la cabeza con suavidad en negación. —Sabias que yo estaría de acuerdo. Siempre. —Ella sonrió. —Tu eres el Líder, el dueño del Muelle de loto, no hay nadie más que tu para decidir el futuro de la Secta. —Tomó la mano de Jiang Cheng entre las suyas. —Siempre estoy orgullosa. Eres el Líder que mis padres quisieron que fueras. Mi pequeño hermano menor, ¿Como podría yo estar en contra cuando te ves tan feliz?