Capítulo 24. Nueva amiga.

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Fue algo complicado decirle a mi mamá que Chris es el padre de mi "bebé". Sinceramente no creo en las pruebas caseras.

Voy de camino al medico, necesitó cerciorarme de que en realidad esté embarazada.

Llegando al estacionamiento saqué el móvil y abrí mi correo.

Para: Christopher Stiker
De: Diana Logan
Asunto: Trato en persona

Chris, desearía tenrte aquí. Los días serán mas lentos hasta que llegues.

No puedo decirte por correo eso, es tema para tratarse en persona, lo siento.

Te quiero demasiado.

Diana Logan, la chica que te quiere más que a la pizza.

Cuando se mandó el mensaje salí del auto, me dirigí al consultorio y me iba cubriendo la cara con los lentes de sol más grandes que tengo.

Era tan incomodo estar ahí, fotos de mujeres embarazadas, retratos de bebés hermosos. Lo único que hacen es ilusionar a las mujeres, haciéndolas creer qué tendrán bebés así.

-Siguiente- dijo dulcemente la voz de una mujer que estaba detrás de la puerta. Era mi turno.

Entre y todo era tan intimidante para mi. En especial la camilla y la maquina para el ultrasonido.

-¿Diana Logan?-.

-Si, soy yo-.

-Sientate- tome asiento y me vio fijamente- ¿Qué edad tienes?-.

-Dieciocho-.

-¿Tienes novio?-.

-Algo así-.

-¿Con él tuviste relaciones?-.

-No, de hecho fue con mi mejor amigo-.

-Típico-.

Diablos, ésta mujer ha visto varias veces esto.

-Bueno, te haré algunas pruebas y sabremos si estás embarazada-.

No sé que fue peor: el hecho de que está mujer sea muy fría o cuando realizó la inspección general, lo cual ni quiero recordar. Cuarenta minitos de tortura, que emoción.

-Bueno niña, deberías estar muy feliz-.

-¿Por qué?-.

-Tienes tres semanas de gestación-.

-Ay Dios-.

-¿Tus padres saben de esto?-.

-Mi mamá-.

-¿Y el padre del bebé?-.

-En dos semanas lo veré y le diré-.

-Bueno, te haré otra cita, y espero que vengas junto a él y tu madre o padre, ¿okay?-.

-Okay-.

Dios, la cabeza me da vueltas una y otra vez, sin parar. ¡Tres semana de embarazo! Me siento tan rara.

-¿ Desperdicio de vida?- una voz irritante interrumpe mis pensamientos- ¿Qué haces aquí?-.

-¿Miriam?- ¡Diablos!

-Tu peor pesadilla, Diana-.

-¿Qué haces aquí?- la inspeccioné de pies a cabeza, sigue siendo un espagueti andante.

-Tú contesta primero-.

-¿No es bastante obvio?

-Igualmente-.

-¡¿Qué?!-.

-Siete semanas, ¿y tu?-.

-Tres-.

-Yo no diré nada... sí tú ni dices nada...¿trato?-.

-Está bien... ¿amigas?-.

-Confidentes y compañeras de hospital-.

El momento fue interrumpido por una llamada entrante para mi

-¿Hasta mañana?- preguntó ella.

-Posiblemente-.

Revisé...¡Es una llamada de Wil!

-¿Hola?-.

-¿Sabes lo hermosa qué es tu voz?-.

-Oh Will- las lágrimas empezaron a correr- No sabes lo bueno que es escucharte-.

-¿Cómo estás?-.

-Ahora estoy mejor- y con tres semanas de embarazo, yupi- ¿ y tú?-.

-Ansioso, quiero saber esa sorpresa-.

-Es que no se si decirte por teléfono-.

-¡Vamos! ¿Tan grave es?- su tono de voz cambió.

-¡No! Bueno... yo no lo veo así-.

-¡Dime!-.

-¿Estás sentado?-.

-Si-.

-¿Has considerado la idea de ser padre a los dieciocho?-.

-¡¿Qué?!-.

-Tres semanas de gestación- respondí como si presumiera algo.

-¿Mio?-.

-Eres el único, ¿recuerdas?-,

-¿Cómo pasó?-.

-Ni hagas preguntas ilógicas-.

-Okay, lo acepto-.

-¿Qué aceptas?-.

-Acepto a ese bebé que llevas dentro de ti, a eso que ambos hicimos- se queda en silencio un momento- Diana... ¿aceptarías una historia conmigo? ¿Una vida entera?-.

-Primero llega y ya veremos que pasa-.

-Okay... antes de colgar tengo que decirte algo...-.

-¿Qué?-.

-Te quiero y al pequeño ser que está dentro de ti-.

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