Capítulo 33. Despertar.

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[NARRACIÓN WILL]
°Seis meses y diez días después°

Con el fin de cuidar a Scarleth, seguir estudiando y trabajando, opté por transferirme a una universidad que está a cuarenta minutos de la casa de mi mamá.

-Will, ¿vas a visitar a Diana?-.

-La pregunta ofende, mamá-.

-Perdona. ¿Llevaras a "Leth"?- le decimos Leth de cariño a Scarleth porque Mimi no puede pronunciar bien el nombre de la bebé.

-Si, mamá. No me gusta ir solo-.

-Bueno, ella ya está lista para salir- se retira por un momento y regresa con mi preciosa.

-Que hermosa nena- la tomo en mis brazos y le doy un sonoro beso en su frente.

También pedimos que transfirieran a Diana al hospital que está cercano a casa. Fuimos a Yale para notificar lo que le pasó a Diana y la suspendieron hasta que ella mejore.

-Okay, bebé, ya estás lista para ir con mamá- le dije mientras abrochaba su porta bebés. Ella sonríe. Adoro verla sonreír, se parece tanto a Diana, a veces tiene un ligero parecido a Chris.

Mientras iba de camino al hospital le tenía música a Scarleth para que estuviera despierta y se quedara dormida antes de llegar al hospital.

Debo confesar que desde hace días tengo que presentimiento de que va a pasar algo malo. Puede que sea algo bueno, no sé, pero me preocupa lo que sea que valla a pasar, me preocupa que le afecte a Scarleth...

-Ya llegamos, bebé- Scarleth sonrió- Ay, que hermosa nena-.

Salí del auto y me dirigí a sacar a Scar del porta bebé para ponerla en su carreola. Así es, soy un chico de dieciocho años que anda con su bebé en carreola. Es lo mejor.

De tanto que visito a Diana, la mayoría de las enfermeras ya me conocían y más porque siempre llego con Scarleth. Las enfermeras adoran la bebé, debo admitir que tiene un gran carisma natural.

Considero que Scarleth es de las bebés más bellas que he visto en toda mi vida. Ojos café claro, nariz respingada como la de Diana, tez blanca, es muy risueña y tiene unas largas pestañas que te envuelven y hace que te claves en su mirada, simplemente hermosa.

-¡William!-.

-¡Clarissa!- Clarissa es la enferma de ojos azules que estuvo siempre conmigo.

-Y veo que vino esta bebé hermosa- se inca frente a Scarleth- ¿Cómo está la bebé?-.

-Está de lo mejor- Clarissa le sonríe a la bebé y vuelve a dirigir a mi.

-Veo que si- me toma la mano- Que bueno que viniste hoy-.

-¿Por qué?-.

-Durante la mañana, la enfermera que cuida de Diana, vio que ella movió una mano-.

-¿Qué? ¿Enserio?- ¡Diana! Mi corazón se aceleró.

-Si. ¿Quieres ir?-.

-Más que nunca-.

No puedo creerlo, Diana se movió, reaccionó. Soy la persona más feliz de esta tierra, ella puede regresar conmigo, por fin conocerá a Scarleth.

Sentía que los pasillos del hospital se habían más largos, sentía que nunca iba a llegar con ella.

-Valla que estás emocionado- dijo Clarissa en un tono algo burlón.

-Obviamente voy a estar emocionado. Diana dio una señal que despertará-.

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